Lamentamos el ataque a nuestra sede. Desde el
@PPNavarra defendemos, como hemos hecho siempre, el derecho a la vida. Las opiniones y las diferencias se combaten con diálogo y desde el respeto.
Todas las decenas de interacciones del público -excepto una que les apoya, vaya usted a saber por qué- oscilan entre el escarnio, la burla, el enfado y el cachondeo. Por mi parte no me he podido contener y les he respondido esto:
No lo lamentáis, porque seguramente pensáis que con ese tono victimista vais a ganar votos y además porque vais a pagar a alguien para que rasque cuatro pegatinasNo es un ataque. Ataque será cuando vayan con una maza.No defendéis el derecho a la vida. La verdad es que sois un partido promuerte. Sois abortistas desde hace décadas, cuando con Fraga aceptásteis la despenalización del aborto.No creeis en el diálogo sino en la democracia liberal. Para vosotros lo que diga la mayoría es la verdad. Así no se puede dialogar.Y no hableis de respeto. Sois una parte de la mafia partitocratica, el sistema mas irrespetuoso de nuestra historia.Respetad la verdad. Dejar de mentir.
Soy consciente de que empleo un lenguaje duro y poco amigable, pero así es como funcionan las cosas en Twitter. Ahí las cosas se dicen sin ambajes y si se participa es porque "se viene llorado de casa". El fondo de la cuestión es tan claro que creo que no merece la pena explicarlo más.
Un pepero me ha respondido: "a Sánchez le gusta tu tuit". No me dice que no tenga razón, sino que de alguna manera estoy alentando a Pedro Sánchez. Tampoco me he podido contener en este caso, lo siento:
A Sánchez le gusta mi tuit, en el que manifiesto mi rechazo a las mentiras y manipulaciones del PP, porque a Sánchez le gusta que todos los políticos del sistema mientan y que se vea que lo hacen. Si todos mienten se hace más difícil señalar a Sánchez como el campeón de los mentirosos.
Y es que el mayor mal que sufre la política española es la mentira. Es una lacra que empezó con el liberalismo, con aquel maldito lema de Liberté-egalité-fraternité que acabó pronto en esclavitud, sumisión y odio. Doscientos años después siguen engañando, o tratando de engañar, pero cada vez engañan menos. Estamos ya muy hartos de tanta mentira.
No hay comentarios:
Publicar un comentario