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26 abr 2025

Verdad y concordia (ante las leyes de la ideología memorialista)

 


VERDAD Y CONCORDIA

Por Javier Garisoain

1. Cómo estamos

Verdad y concordia , o verdad y caridad

Lo ideal sería que este fuera el punto de vista, y el modo de acercarnos a las cosas del pasado: buscando conocer la verdad, y tratando de mantener la concordia entre los miembros de una misma comunidad humana.

Mentira y discordia

Pero la triste realidad es que las fuerzas dominantes, políticas, culturales, ideológicas... se han empeñado en hacer de la historia y del pasado una fuente de conflictos interminables. No les basta con el enfrentamiento del presente, no les resulta suficientemente alentador pensar en un futuro lleno de guerras. Necesitan justificar su afán de discordia manteniendo siempre abiertas las heridas del pasado, o utilizando la historia, adulterada por la manipulación y la mentira, como arma arrojadiza, siempre pensando en la pura conquista del poder. Vivimos por tanto en un mundo en el que están triunfando la mentira y la discordia.

¿La historia la escriben los vencedores?

Siempre se había dicho que la historia la escribían los vencedores. Se trata de una realidad que estaba asumida y que tenía cierto sentido, sin embargo eso nunca quiso decir que los vencidos no tuvieran derecho a su propia memoria, o a investigar la historia desde su punto de vista. Lo que está pasando ahora no es eso de que la historia la escriban los vencedores. Es algo más: lo que se nos ha venido encima es una prolongación o una variante de las ideologías modernas que podríamos denominar "memorialismo".

Definición de memorialismo

El memorialismo es una herramienta política, al servicio de intereses de parte o de partido, que entronca directamente con las manipulaciones de la leyenda negra anticatólica y antiespañola, que utiliza la mentira sin avergonzarse de ello, y que emplea una historia degradada, convertida en mera memoria, como arma para aniquilar al adversario.

El papel de los historiadores en este proceso

La búsqueda de la verdad siempre fue vista por los historiadores honrados como el ideal permanente de su profesión. Conviene aclarar que honradez no tiene nada que ver con imparcialidad. Generalmente una declaración de parcialidad suele ser la actitud más limpia, mientras que, por el contrario, las promesas altisonantes de imparcialidad suelen esconder intereses inconfesables. Aún hoy, el mundo académico de la historia, con tantos clarooscuros, conserva en gran medida un afán por el rigor y la veracidad. Es bastante lógico, porque un historiador es al fin y al cabo una especie de notario del tiempo y si admitiera estar escribiendo la historia adulterándola al dictado del poder perdería todo su prestigio y credibilidad.

Memoria partitocrática

Es por eso que los políticos manipuladores prefieren hablar de memoria y no de historia. Primero lo intentaron con el contradictorio término de "memoria histórica", que trataba de apropiarse del prestigio de la profesión de historiador para sus fines. Finalmente han optado por una expresión de nuevo cuño, "memoria democrática" en la que rescatan por enésima vez la palabra más manida, más inútil y más mentirosa del mundo. Si la memoria fuera de verdad democrática, o sea, del pueblo, de todo el pueblo, entonces no habría ningún problema. Pero lo que pretenden pasar como democrático es en realidad partitocrático, es decir, que se trata de defender la versión histórica oficial de un partido. No es el relato de todos, aceptado con tranquilidad por todo el pueblo, sino el conjunto de unas consignas impartidas por los dirigentes de un partido. Y eso, se mire como se mire, es lo menos democrático del mundo. Es un arma política tiránica que se justifica en el poder de la mayoría (es decir, en el poder de aquel grupo que cuente con el 51% de los votos del parlamento).

La batalla por el relato

La historia, en cualquier caso, recorre siempre una cadena descendente que empieza por lo académico, las tesis doctorales y las monografías, que casi nadie lee; sigue con los escritos divulgativos; se diluye en el mundo audiovisual, el arte y los monumentos, la literatura y el folclore, y acaba arrastrada por el suelo convertida en pura propaganda. Todo este proceso es lo que ha venido en llamarse el relato. Es un proceso que, hasta ahora, podía darse en distintas direcciones, dirigido por diversas corrientes, partidos o intereses. Y esto es lo que se llamaba "la batalla por el relato". El problema es que ahora los ideólogos del memorialismo, han cruzado todas las líneas rojas y han perdido toda verguenza a la hora de manipular, mentir para cancelar o censurar de forma tiránica aquello que no sea de su agrado.

2. Distintas épocas, distintas manipulaciones

Algo que me llama la atención es cómo la manipulación histórica no es uniforme a la hora de acercarse a los diferentes períodos históricos. Posiblemente porque toda manipulación requiere un esfuerzo y porque hay épocas en las que no debe ser tan acuciante la necesidad de mentir al servicio de la política.

El relato fino del post-terrorismo

Comencemos por la historia más reciente y por el relato del post-terrorismo. En la historia de ETA hay que hilar fino -dicen-. El discurso oficial no admite -y hay que reconocer que en esto hace bien- que se cuente una historia de blancos y negros. Sí que es verdad que hay un intento claro de blanqueamiento de los partidos terroristas, pero se hacen muchos matices por uno u otro lado: etarras sí, pero sin delitos de sangre; capítulos de terrorismo de estado sí, pero decidido democráticamente... . Y todo tiene su lógica porque la historia es muy compleja y es difícil explicarla a base de líneas rectas.

El relato de blancos y negros de la guerra civil

Sin embargo, este encaje de bolillos que se exige para lo más reciente, por alguna razón no sirve para la guerra civil de 1936-1939 o para los años del franquismo. Cualquier intento de afinar el discurso, de hablar de buenos que no eran tan buenos o de malos que no eran tan malos es rechazado violentamente por el discurso oficial. Y se las han arreglado de tal forma que han aprobado leyes que dificultan o impiden el mismo debate académico. Usan la fuerza del estado para imponer un relato maniqueo.

La peculiaridad de las guerras llamadas carlistas

Curiosamente las otras guerras civiles, las llamadas guerras carlistas, permanecen en una zona intermedia en la que historiadores, divulgadores o recreacionistas gozan todavía de una gran libertad. Como si ahí no hubiera hecho falta manipular tanto. O como si fuera un debate superado sobre el que no se necesita actuar. Este es un asunto que daría para otra conferencia, sólo quería dejarlo aquí apuntado.

La leyenda negra

Por último ¿qué pasa con toda nuestra historia anterior a los conflictos que trajeron la modernidad y la revolución? En el esquema mental del manipulador memorialista todo aquello que tenga más de 200 años es un asunto que pertenece al negociado de la leyenda negra. Los procesos de la conquista de América, la unidad de los estados peninsulares, la Reconquista, la cristianización de nuestro territorio, hasta la romanización... todos ellos entran de lleno en los dominios de la leyenda negra y del indigenismo. Esta es una batalla distinta a la que estamos explicando hoy. Es una auténtica batalla por el relato de carácter internacional, geoestratégico podríamos decir, y se está llevando a cabo con valentía y grandes éxitos por un plantel de historiadores y divulgadores de la Hispanidad que tienen todo nuestro respeto. Naturalmente que existen muchos paralelismos con la batalla del memorialismo, y de vez en cuando salen a la luz, pero, como digo, todas estas historias antiguas no preocupan tanto a los ideólogos del memorialismo.

3. Los monumentos

En este momento la batalla por los monumentos es la huella más visible -y posiblemente la más dolorosa- que están dejando las leyes de la memoria.

Los monumentos de la izquierda

Hablemos de los monumentos. Cuando llegaron al poder los herederos de los partidos de izquierda, los perdedores de la guerra del 36 (que debería llamarse la guerra del 34, por cierto) ¿No podrían haberse contentado con hacer otros monumentos o memoriales? ¿No les bastaba con levantar monumentos a los suyos? Esta claro que eso no era suficiente para ellos. Admitamos que detrás del esfuerzo memorialista por recordar a personas represaliadas por el franquismo pudiera haber, en parte, un deseo razonable de reparación, de justicia, de poner el foco en una serie de víctimas olvidadas. Pero si ese esfuerzo viene acompañado de la destrucción de los monumentos de los otros... ¿cómo puede ser creíble cualquier discurso que hable de reconciliación, concordia o convivencia? El discurso dirá lo que sea pero el gesto es revanchista, guerracivilista y de enfrentamiento permanente.

El futuro de los monumentos

En los últimos años toda la política oficial memorialista tiene el empeño de marcar el territorio, levantando nuevos memoriales y, principalmente, borrando los testimonios visibles que recordaban hasta ahora la victoria histórica del adversario. Y eso es lo que estamos sufriendo:

  • En el valle de los Caídos

  • En el monumento de Navarra a sus Muertos en la Cruzada

  • En la cripta y mausoleo de Montserrat

  • y en las miles de placas, pequeños monumentos y cruces que recuerdan a las víctimas, a los mártires y a los combatientes del bando llamado nacional.

En todos estos casos la actitud de los memorialistas oscila entre la simple destrucción del objeto al estilo talibán y la resignificación.

Como he dicho antes no siempre podemos afirmar que la historia la hacen los vencedores. Lo que está claro es que los monumentos sí los levantan los vencedores. Y que los derriban los perdedores.

Hablamos de los monumentos, de las piedras que están a la vista de todos. Pero no olvidemos que el objeto de la resignificación es mucho más amplio y que abarca otros aspectos como los nombres de las calles y localidades, la elaboración de libros de texto y planes educativos, la dirección de medios de comunicación gubernamentales, la cultura audiovisual, la censura general contra todo aquello que contradiga el discurso oficial... ¿Cuál es el límite? No quisiera dar ideas pero ¿y si se les ocurriera un día dictar la resignificación de los archivos?

4. Los que han comprado el discurso

El conservadurismo compra el memorialismo

Lo más sorprendente quizás de la irrupción de la ideología memorialista en nuestras vidas no es que se haya convertido en el arma arrojadiza preferida de los grupos izquierdistas. Lo chocante -o no- es que haya sido comprada por los grupos derechistas moderados. Hace ya muchos años que el PP, acomplejado de aparecer como heredero del franquismo, optó por sumarse a la condena del Alzamiento y del régimen anterior y después, siempre con el retraso típico de los conservadores, a todas las aberrantes leyes de memoria. No solo no se han opuesto con vigor a ellas, sino que generalmente se han sumado con gusto. Con retraso pero con gusto. Este típico movimiento del conservadurismo no debiera sorprender a quien sepa que la derecha es una parte de la Revolución, que el conservadurismo consiste en conservar los destrozos hechos previamente por la izquierda.

El doloroso caso del conservadurismo católico

Además tenemos que mencionar aquí una variante especialmente dolorosa y es la del conservadurismo católico. O lo que es lo mismo, la del liberalismo católico, que es hoy por hoy la posición tristemente mayoritaria entre las jerarquías eclesiásticas y en gran parte del pueblo católico español. Esta posición, que es esencialmente derrotista y cobarde y que utiliza el malminorismo como táctica, consiste en la práctica en rehuir cualquier enfrentamiento, buscar siempre la cercanía del poder y justificar todos los retrocesos con el argumento de que al menos en cada uno de ellos se ha podido salvar algo.

La Iglesia somos todos

Este es un tema complejo y no se puede despachar con brocha gorda, con algaradas o con gestos teatrales como el de retirar la contribución a la Iglesia en la declaración de la renta. Por supuesto que hay malestar y enfado. Porque a menudo la actitud con la que la jerarquía eclesiástica -y los líderes del catolicismo en general- se enfrentan a toda esta serie de ataques a la verdad y a la concordia reflejan una tremenda debilidad. Es doloroso ver una Iglesia en retirada, angustiada por unas estadísticas demoledoras y sin vigor para dar un testimonio valiente, no para abrazarse a un bando político, sino en defensa de la verdad y de la caridad. En este asunto los carlistas queremos hacer un llamamiento a la reflexión de todos los católicos. Para empezar porque la Iglesia somos todos los bautizados. Porque la Iglesia es algo más que la Conferencia Episcopal, a Dios gracias. Además la situación no es nueva, llevamos ya 200 años desnortados, sin acabar de aprender que el sometimiento de la Iglesia a los poderosos es pan para hoy y hambre para mañana, que puede otorgar cierta tranquilidad a corto plazo pero que genera podredumbre y debilidad en el tiempo. Estamos de acuerdo en que hay que dar al César lo que es del César. Pero este reconocimiento expreso de la autonomía de lo temporal necesita un discernimiento para distinguir correctamente qué es lo del César y qué es lo de Dios. Venimos de una historia en la que el César era cristiano. Y ya no lo es. No podemos, como cristianos, seguir viendo a los gobernantes como si fueran aquellos reyes cristianos de la Edad Media. Lo que tenemos ahora son en su mayoría políticos anticristianos, beligerantes anticristianos. La diplomacia vaticana ha de tener su sitio, por supuesto, pero también las voces proféticas están reclamando su papel.

La hora de los laicos

De todas formas, tal vez un error extendido sea esperar más de la cuenta de los poderes episcopales quienes, hoy por hoy, ya no están en situación de imponer ni de exigir nada. Es la hora de los laicos, dicen. También fue la hora de los laicos en 1936. Creo que es importante recordar que en aquel entonces, cuando los católicos españoles se alzaron en armas contra un gobierno que consideraban ilegítimo -porque los que impulsaron el alzamiento, se mire como se mire, eran laicos católicos-, no fueron a pedir permiso a los obispos.

5. Verdad y concordia. Cómo deberían ser las cosas

Nosotros soñamos con una sociedad en la que el recuerdo y la historia se vivan desde el respeto a la verdad y a la concordia.

Respeto por la verdad

. Una sociedad respetuosa con la verdad debería dejar trabajar a los historiadores, debería estar atenta a la voz del saber, de la ciencia y reconocer su autoridad. Las universidades deberían ser, en este sentido, refugios de libertad, donde los estudiosos pudieran dedicarse con honradez y sinceridad a su trabajo.

. En cualquier caso cualquier acercamiento a la verdad de la historia debería hacerse concienzudamente, huyendo de los dogmatismos y los maniqueismos, especialmente cuando lo que se estudia son guerras civiles o enfrentamientos fratricidas en los que hay víctimas, mártires y verdugos. Y donde las culpas y los méritos son colectivos y también individuales.

Patriotismo

. El respeto por la convivencia, es más, por la concordia, por la caridad mutua, es imposible si no se cultiva la virtud del patriotismo, del amor al prójimo y a la propia identidad. Si no se venera la tradición propia, si no se combate la leyenda negra esparcida por nuestros enemigos históricos.

. La verdad nos hará libres. Y la libertad nos hará amigos unos de otros, nos unirá.

6. Una reflexión para ir terminando: ¿por qué lo hacen?

En mi opinion los que están potenciando esta gran manipulación legal de la historia lo hacen porque no tienen trascendencia, no creen en la vida eterna, no esperan ninguna justicia más allá de la justicia terrena que ellos puedan aplicar. No creen en el perdón y la reconciliación, tan solo en someter al enemigo y vencerle del todo.

Mienten porque creen que no hay mandamientos. Y mienten porque no tienen esperanza.

7. Final

No vencerán. Ya pueden tener a su favor todos los medios posibles y todo el dinero que la verdad es la verdad. La verdad es mucha verdad. España es mucho España. Mil veces se ha intentado borrar la historia, picando jeroglíficos, quemando libros, retocando fotografías... no se puede, es imposible. Además está el efecto pendular que suelen tener las imposiciones forzadas y que anima a muchos a vivir con la ilusión de reconstruirlo todo.

Mientras tanto no lograrán que nos pasemos al lado oscuro del odio. Porque nosotros sabemos que no se puede vivir con rencor, que no se puede vivir con miedo. Que lo contrario de la mentira y la discordia son la verdad y la caridad. El triunfo aparente del memorialismo en nuestros días se nos va a hacer muy largo, posiblemente, pero estén seguros de que caerá estrepitosamente. Y que lo veremos.

Zaragoza, 12 de abril de 2025

Conferencia convocada por la Comisión Gestora de la Comunión Tradicionalista Carlista de Aragón





21 abr 2025

El nazionalismo ha muerto



Lo del peneuvismo es de traca. Ya no saben decir en qué consiste ser vasco: "vasco es el que nace en Euskadi y Euskadi es donde viven los vascos".

Al final los mismos peneuvistas -cada vez más envejecidos, tristes y amargados por cierto- han vaciado de contenido el concepto cultural, étnico o tradicional de vasquidad porque ahora lo único que interesa o que cuenta es lo puramente administrativo o político. Si pagas impuestos o cobras paguita del gobierno de Vitoria entonces eres vasco aunque te llames Hassan o seas chino. 

El nacionalismo empezó confundiendo cultura con política y al final, como eso es insostenible, han terminado laminando todo el hecho cultural vasco para sustituirlo por la tiranía burocrática euskadiana. Para este viaje no necesitaban alforjas. Desde el principio debieron quedarse en la defensa de la política, la foralidad de las provincias vascongadas y de Navarra y ya está. Claro que eso, en lucha contra el uniformismo españolista liberal, ya lo defendía el Carlismo. 

Lo que hicieron Arana y compañía mezclando la personalidad foral de Navarra y Vascongadas con el ridículo racismo germanófilo fue un error mayúsculo. Ahora, lo mismo que les pasa a los ingleses o a gran parte de los europeos, la mala conciencia y la vergüenza de haber sido racistas supremacistas les hace levantar la bandera del autoodio nihilista. Solamente hay una ideología más ridícula que el racismo y es el antirracismo.




Y lo que digo para los peneuvistas lo digo también para estos, claro. Esta versión progre del nazionalismo aún parece que tiene algo de fuelle pero también caerá. Estrepitosamente. Los jóvenes que se paran a pensar un poco acaban abandonando la secta. Esa pose obrerista marxista, ecofeminista, hispanófoba y progre está construida sobre un mar de mentiras e incoherencias como, sin ir más lejos, el hecho de que celebren cada año el "día de la patria", ¡el domingo de Resurrección! 

Al final tiene su lógica que sus manifestaciones las encabecen un grupo de joaldunak: los cencerros que anuncian el carnaval.

https://youtu.be/OvobVsg-WSg?si=zvYM57JdhvihM_Ka

La esperanza está en cosas como esta. Me ha encantado este vídeo de Iker Ganuza -basquecraft- y Txomin -exploraciones Txomin- porque utiliza un tono tranquilo e inteligente que hace unos años era impensable debido al ambiente cerrado y de miedo general que habían creado el nazionalismo y el terrorismo etarra en particular. Y previamente el españolismo del centralismo liberal, claro. El asunto de la esvástica peneuvista lo pasan muy por encima. Entiendo que no quieran hacer sangre pero lo cierto es que una parte del primer nazionalismo era nazi, era abiertamente racista, supremacista y envidiaban los logros de la alemania de Hitler. No solo por la versión política nacional-socialista sino por la misma filosofía del nacionalismo alemán, el espíritu del pueblo y toda esa basura medio pagana. 

Al final el nacionalismo no es mas que una ideología extranjera, ajena totalmente a lo que fue la identidad vasca durante siglos, que fue importada por Arana y compañía como herramienta con la loable intención de defender la cultura vasca. Pero fue un gran error, porque al confundir cultura con política la que salió perdiendo fue la cultura, que quedó acartonada y sometida a los intereses de la burguesía peneuvista al principio y a las ideologías marxistas después. 

La cultura vasca merecía y merece ser defendida, pero al margen de la política. Trabajos como este de Iker ayudan muchísimo a reordenar las cosas.


20 abr 2025

Por qué no soy conservador


Hace unos días Enrique García-Máiquez publicó uno de sus interesantes artículos y lo hizo en defensa de cierto tipo de conservadurismo que él parece identificar con la bonhomía, el diálogo respetuoso y la buena educación. Le respondí en la red social de Musk que yo también estoy muy de acuerdo en fomentar la conversación, el buen humor, la concordia y la discusión sin pelea... ¡pero que eso no es conservadurismo! Porque todas esas cosas tan simpáticas ya existían antes de que los hipócritas ingleses se dedicaran a tomar el té como si nada. En mi opinión, y en pocas palabras, el conservadurismo es una ideología política nefasta, derrotista y malminorista que consiste en aceptar partes de la revolución a cambio de conservar cierta tranquilidad. Esto es lo que pienso, y puedo discutir sobre ello sin pelear.

A García-Máiquez lo que le parece nefasta es mi definición porque dice que tiene otras mejores y que le gustaría discutir sobre ello. El problema está en el -ismo. Claro que conservar las cosas buenas es loable. Pero cuando hacemos de la conservación el eje de la acción política nos alejamos de la realidad y hasta de la vida misma. Para entender todo esto siempre recomiendo la lectura de un folleto del historiador y sacerdote P. Federico Suárez titulado "Conservadores, renovadores e innovadores en las postrimerías del antiguo régimen". Es muy clarificador al respecto. En cualquier momento de crisis la actitud que permite equilibrar sensatez y valentía es la renovadora, o lo que es lo mismo, la tradicional, o sea, la reformadora ("Ecclesia semper reformanda"). La pura conservación te acartona, mientras que la innovación te desestabiliza. Por eso la tradición es la solución a esa pregunta de qué es lo que merece la pena conservar.

Estábamos en esto cuando el gran Gregorio Luri, tercia en la conversación y me dice: "Querido Javier, el conservador no es el que no corre, sino el que revisa los frenos." No he tenido más remedio que darle las gracias porque esta metáfora nos ayuda enormemente a clarificar nuestro desacuerdo.
 
La Revolución -o sea, el mundo de la modernidad, del individualismo, de las ideologías y del naturalismo en política- es como una autopista endiablada -una "highway to hell"- en la que los innovadores o progresistas van desenfrenados, y los conservadores yo creo que circulan con miedo y, como bien señala Luri, confiando en sus frenos. Lo que desde el punto de vista tradicional recomendamos es evitar esa peligrosa autopista y avanzar con cabeza, paso a paso, en la buena dirección, por un camino tal vez más humilde y estrecho pero mejor a la larga. El camino de la tradición es el camino propio, el de tu pueblo y de tu gente, es el que está adaptado a tus circunstancias. En cambio lo que nos ofrece el mundo moderno es vivir como extranjeros en nuestro propio suelo, porque nos obliga a transitar por las vías trazadas de antemano por los ideólogos. En tal caso, ciertamente, bien estará cuidar los frenos. Pero resulta un poco triste renunciar a encontrar un camino alternativo. 

El conservadurismo, tal como lo veo, es la forma en la que algunos tratan de sobrevivir dentro de un mundo progresista. Y hacen lo mismo que los buceadores para sobrevivir bajo el agua: conservar el oxígeno. He hablado de miedo y de cobardía. Enrique y Gregorio me dirán que ellos no tienen miedo. Que el conservador es un ser despreocupado y alegre como la reencarnación de Marco Aurelio. No lo se... hay gente para todo. No juzgaré la valentía de cada cual. Pero mira por donde me he enterado -porque para el oráculo de internet ya no hay secretos- de que existe un tipo llamado Corey Robin, politólogo de la Universidad de Brooklyn que ha estudiado a fondo estos temas y que cuando se le pregunta acerca de qué grupos políticos podrían identificarse con el miedo responde, por este orden: 1. Conservadurismo 2. Totalitarismo 3. Liberalismo de la ansiedad y 4. Populismo de derecha. Así que por ahora me quedo con mi definición, feliz de seguir siendo carlista, vacunado por igual contra la ideología progre como contra la conservadora.

1 abr 2025

Un poco de geoestrategia


La mayor parte de los países del Atlántico Norte no pertenece a la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Más aún, 14 de los 32 estados miembros de la OTAN no tienen costa en el Océano Atlántico. ¿En qué consiste entonces ese conglomerado militar?

La NATO nació como una alianza de los países del norte del Atlántico Norte. Para defensa de los intereses de Londres y Nueva York. España no pinta nada ahí porque lo nuestro es o debiera ser, en todo caso, el sur del Atlántico Norte. Y el Atlántico Sur.

Algo más tarde, a Londres y NY se unió Tel-Aviv. En esa cosa entramos con el PPSOE de González y Aznar. Ahora España es parte de una comparsa indigna que se mueve zarandeada por la propaganda y el miedo. No hay proyecto común detrás de esa fachada, porque los ideales de la OTAN, incluso aunque decaiga la ridiculez woke ecoelegetebepé, no son mejores que los del Partido Comunista Chino ni por supuesto que los del Moscú actual.

Pero aún hay más. Marruecos, el ladrón del Sáhara, la narcomonarquía emergente, el país que más celebra nuestra decadencia es nuestro aliado gracias a la OTAN y bajo la mirada patriarcal del Tío Sam, socio preferente de la Alianza y títere colonial lo mismo que nosotros. "Tócala de nuevo, Sam", que decía aquel en Casablanca.

Yo no digo nada, pero el mundial de fútbol hispano-marroquí (algo más que pan y circo), ideado vaya usted a saber por qué sabios (los de "África empieza en los Pirineos", supongo), ¿no apesta a globo-sonda, a una especie de prefiguración de una amorfa republiquita intercontinental? ¿A algo así como un Panamá euroafricano para custodiar el "canal" de Gibraltar?

La pregunta que a estas alturas nos hacemos todos los que no vemos la tele es: ¿Dónde está, en definitiva, nuestra amenaza geoestrategica? ¿Estará allá, en Moscú, la Madre Rusia, la patria de Tchaikovsky, la víctima superviviente del marxismo, a tres mil kilómetros de distancia? ¿O más bien en Rabat, el vecino complicado, punta de lanza ahora moderadita y tolerante, vanguardia engañosa del totalitarismo islamista que viene detrás, como siempre, al estilo yihadista?

¿Es entonces por tanto Marruecos nuestro mayor enemigo? Responderé a esto con una preciosa palabra hispanoárabe: ¡Ojalá! Si Marruecos fuera nuestro enemigo podríamos amarle. El drama es que hoy por hoy nuestro mayor enemigo somos nosotros mismos. El mayor enemigo de la España tradicional es la españita de la Revolución, la que se regodea en el autoodio, la que se suicida demográficamente, la que babea sumisamente ante Bruselas o ante la OTAN. Hasta que no recuperemos nuestra identidad ¿a quién nos vamos a enfrentar? Si no nos amamos primero a nosotros mismos ¿cómo vamos a poder amar al prójimo? ¿O cómo podríamos permitirnos el lujo de tener buenos enemigos?



Lo de Rupnik


Me entero del caso de Marko Ivan Rupnik, sacerdote, exjesuita y artista esloveno cuyas obras están siendo "canceladas" en Lourdes -y supongo que pronto lo serán en otros lugares conocidos- con ese estilo un tanto puritano del mundo moderno que tiene la mala costumbre de confundir autor y obra, mezclar mensaje con mensajero.

Personalmente no conozco a ese señor cura-artista de nada; no tengo ni idea de cuál ha sido su trayectoria más allá de lo que acabo de leer en la wikipedia; no es asunto mío estudiar los altibajos de su vida espiritual, psicológica o sexual. Tampoco me emocionan particularmente sus obras. Lo que tengo muy claro es que esa actitud de arremeter contra las obras para castigar al pecador es una actitud infantil y absurda.

Las creaciones humanas, ya sean literarias, musicales o artísticas de cualquier clase, cobran vida propia en cuanto salen de las manos y la mente de su creador. Si Rupnik merece un castigo, que sea castigado. Pero no la tomen con sus obras, que son inocentes de los delitos de su padre. Dice el obispo de Tarbes que algunas víctimas de Rupnik se han negado a pasar por la puerta santa de Lourdes porque está decorada con dibujitos de su agresor. Con todos mis respetos, si yo fuera el obispo de Tarbes les habría dicho a esas señoras, con todo mi cariño, que eso es una tontería, que el símbolo de la puerta santa está por encima de un mosaico, por encima del carpintero que puso las bisagras y por encima del artista que se ocupó de la decoración del lugar.

Si hubiéramos de tapar o destruir todas las obras de arte pintadas o esculpidas por algún presunto delincuente no quedarían en pie ni los bisontes de Altamira. ¿Qué artista, aparte de Fra Angélico -y vaya usted a saber si no las mataba callando- no hizo algún agravio, no abusó, no molestó o no hirió nunca a sus semejantes? Los artistas son, con frecuencia, personalidades atormentadas, sufrientes, inconstantes, llenas de contrastes e incoherencias. Gente que vive en el límite. Así es como, con frecuencia, levantándose por encima de sus miserias, llegan a ver y a plasmar con sus manos las luces que otros, con una vida seguramente más anodina y morigerada, no somos capaces de apreciar.

Rupnik podrá ser un desgraciado, no lo sé, pero dejen en paz a sus mosaicos si lo que expresan es santo y bueno. No oculten los cuadros del asesino Caravaggio. No dejen de disfrutar en las iglesias con el requiem del masón Mozart. No quemen los libros de los escritores alcohólicos o toxicómanos porque perderán la mitad de la literatura mundial. Y sería una pena.

28 dic 2024

Todo a la vez

Las explicaciones de la realidad no son la realidad. Cada vez que diseccionamos algo dificultamos la explicación de todo. Cada vez que memorizamos un capítulo de la vida afeamos el conjunto. Cada vez que decimos que el arco iris tiene siete colores ocultamos que está compuesto por una gradación infinita de tonalidades. Cada vez que partimos un pastel nos dejamos parte del mismo en el cuchillo. Los mapas reflejan la realidad, pero no son la realidad. 

La primera ciencia, la más infantil y la más divertida es la taxonomía: la clasificación de las cosas. ¿No fue esa la primera tarea que asumió como propia Adán en el Paraíso? Ahora sabemos que dar nombre a los animales, a las plantas y a todos los seres u objetos es una ciencia sin fin. Porque para desesperación de nuestros pequeños cerebros el mundo no es matemático sino casi matemático. No es perfecto sino casi perfecto. En el mundo científico hay tantas normas como excepciones a la norma. Por eso el racionalismo siempre se queda corto y acaba superado por cosas tan incomprensibles como la relatividad, la curvatura del espacio-tiempo, o los saltos en la evolución.

Y si esto es así en el mundo físico no digamos en el de las ideas. De hecho es posible que no exista entre ambos mundos ese abismo tajante que solemos imaginar. Puede que la división entre lo visible y lo invisible no sea en el fondo mas que otra convención a la que nos aferramos para ir tirando. Y no creo que haga falta hacerse budista para sospecharlo. Lo cierto es que las pesquisas de los científicos y los descubridores a veces se reducen a eso, a hacer visibles cosas invisibles como los microbios, el átomo, las ondas, el núcleo terrestre o los agujeros negros... Tanto el espíritu como la materia son partes de la hermana realidad, esa que no depende de nuestra opinión. Tal vez no fuera extraño que también ahí, como en el arcoiris, hubiera estados intermedios. Algo de eso dicen que andaba rumiando Nikola Tesla al final de sus días. 

Cada vez que hacemos una lista de conceptos o vamos por partes nos perdemos algo importante por el camino. Nuestras listas son inevitables, nos ayudan a memorizar, y a transmitir nuestros conocimientos a los jóvenes, pero esta descomposición de la sabiduría, que nos parece tan necesaria para aprender, no es mas que un truco que usamos para entender las cosas. También el aparato digestivo descompone los alimentos para hacer posible la asimilación de nutrientes. 

No podemos vivir sin orden, y no podemos hablar sin ordinales. "Primero va esto, luego va aquello". "Esto es más importante, y después lo otro..." Sin embargo para Dios no es así. Para Él todo es a la vez, todo ocupa el mismo espacio y el mismo tiempo. Aunque ese todo, siendo todo, tampoco es una masa informe de energía, sino un conjunto armonioso de seres, límites y formas. Cuando Dios nos enseña los Mandamientos no es para que tengamos a mano una lista de verificación, sino para que entren en nuestra mollera. Son sólo diez -y uno hacer fiesta-, pero cuando nos volvemos mezquinos, farisaicos, racionalistas o cientifistas, se nos convierten en mil preceptos, o en cien mil. Cuando vino el Hijo nos pidió el esfuerzo de entender que todo era uno, que bastaba con un solo mandamiento: el del amor. 

Y así sucede con todo. La huella divina es la unidad, la armonía gradual, los cambios imperceptibles, los trajes a medida. Ojo con las listas, las explicaciones, el encasillamiento, las divisiones arbitrarias y el sesgo pedagógico a la hora de contemplar la realidad. Más humildad. Al final la verdad es una, y siempre nos supera. Mañana celebraremos que nuestro planeta ha completado otra vuelta al sol y que la era de Cristo ha cumplido 2024 años. Pura convención, pues lo que hace la Tierra visto desde el centro de la galaxia no es una órbita elíptica sino una helicoide; y porque la era del Verbo es la del alfa y la omega. Pura y bendita convención, en fin, porque gracias a ella podemos decir: ¡feliz año nuevo!


25 dic 2024

Paradojas de la Navidad

No hay nada más paradójico que la Navidad. Eso quiere decir que no hay nada más auténtico pues, tal como nos enseñó Chesterton, la paradoja es la huella que deja lo verdadero. Y allí donde reside la verdad se acumulan las paradojas de la misma forma que la concentración de caminos permite a los habitantes de cualquier país llegar a su capital común lo mismo desde el norte que desde el sur. 

Navidad significa natividad, nacimiento. Es vida y es muerte, porque toda irrupción en el tiempo es, por definición, temporal y, como tal, prefigura un final. Es vida en el seno de Santa María y es muerte el día de los Santos Inocentes. Aunque -otra paradoja- la Navidad cristiana no es única pues tiene su réplica en la segunda "natividad" de Jesús, en la otra pascua, la del renacimiento o resurrección que cierra la historia de los Evangelios con final feliz. 

Navidad es pobreza y es riqueza. Es no tener siquiera un techo y hablar de reyes que se postran y regalan oro. Es grandeza y es pequeñez. Dejar huella en la conjunción de los planetas y calentarse con el vaho de una mula. Es sabiduría e inocencia. Profecías rumiadas por los estudiosos y sorpresa en pastores analfabetos. Es lo ordinario y lo extraordinario. Un niño más, entre miles de millones, que sigue teniendo su fiesta de cumpleaños en todo el mundo dos mil años después. Es íntimo y es popular. Una celebración que invita a la introspección, a los momentos íntimos, al rincón familiar, pero que también, por alguna razón, impulsa a iluminar las calles, incluso las de aquellos que perdieron la fe. 

La Navidad es, a la vez, magnífica y cultísima como el Mesías de Haendel y suave y simple como el Stille Nacht y los villancicos. Es fría como la nieve y la noche y cálida como las hogueras y las palmeras. Desde el punto de vista literario la historia de la Navidad ofrece varias lecturas paradójicas. Es un cuento para niños, y a la vez una trama novelesca de primera categoría para lectores exigentes. 

La Navidad es, en fin, un canto sorprendente a la espiritualidad encarnada, o a la carne divinizada. Legiones de ángeles, espíritus puros, comparecen en la primera Navidad para glorificar la materialización de Dios. Y esta es seguramente la más sublime paradoja, el abajamiento del Todopoderoso. El Primero que se hace último, ahora en el pesebre y después en la cruz. Y todo como un signo profundo que nos deja pensando. Pues esa y no otra es la función que, como el juego de los puzzles, cumplen las paradojas: nos ayudan a pensar, a recomponer el dibujo de las cosas, a encontrar la verdad de todo.

¡Feliz Navidad!



8 dic 2024

Los bonetes colorados de Colón

Hace unos días cayó en mis manos una edición del Libro de la primera navegación y descubrimiento de las Indias, obra de Cristóbal Colón, editado y comentado por Carlos Sanz en 1962. 

Todo lo relacionado con Colón y los primeros viajes del descubrimiento de América anda siempre envuelto en controversia. Ni siquiera se sabe con certeza cual de las Bahamas es la Isla de Guanahaní, la primera en la que desembarcaron el Almirante y los hermanos Pinzón, bautizada por eso como San Salvador. Se sabe que era una isla bastante poblada, de vida primitiva aunque con una agricultura desarrollada. 

El diario manuscrito de Colón ya no existe. Se perdió como tantas cosas y tantos papeles en la historia. Su contenido, sin embargo, se conoce en gran medida gracias a que el padre Bartolomé de las Casas transcribió y compendió gran parte del documento original. 

En la narración de los hechos ocurridos el famoso 12 de octubre de 1492, inmediatamente después de describir el desembarco el mismo Colón deja por escrito lo siguiente: 

"Yo, porque nos tuviesen mucha amistad, porque conocí que era gente que mejor se libraría y convertiría a nuestra Santa Fe con amor que no por fuerza, les di a algunos de ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor, con que hubieron mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla". 

Y entonces, al leer esto, es cuando yo, carlista de toda la vida, hispanista convencido, amigo de la boina... que tanto creía haber leído y oído me doy cuenta -una vez más- de mi tremenda ignorancia y me pregunto ¿cómo es posible que haya oído antes nada de esto? 

Porque, vamos a ver, un bonete de finales del siglo XV, se mire como se mire, es una prenda de cabeza, de lana abatanada, redonda, tejida de forma que requiere un rabillo en su centro. Pero es que además eran colorados aquellos bonetes. Y eso es lo que en lenguaje actual llamaríamos, simplemente, boinas rojas. Y fueron el primer regalo. Una baratija simpática en palabras de Colón, que lo menciona como de pasada, como sin darle demasiada importancia, pero fíjense en el resultado: aquellos isleños ignotos "hubieron mucho placer y quedaron nuestros".

Luego la historia se complica, y más si cabe en aquellos primeros momentos de los primeros encuentros hispanoamericanos del caribe. Historias de naufragios, traiciones, luchas, envidias, abusos y ambiciones se entremezclan con fatigas, celo apostólico, coraje sin límites... 

Pero en el primer momento había unos bonetes colorados. Boinas rojas desde el minuto uno de un encuentro que cambió la historia. 

Sería bonito pensar que quizás, todavía, quinientos años después, en algún rincón del Caribe, existe alguna familia que conserva como una reliquia un trocito de aquellos bonetes colorados que trajeron los españoles como señal de buena voluntad. 

Sería como una señal de todo lo que nos une, y de todo lo que aún tenemos por delante.



6 de diciembre de 2024:
Cinco siglos después, con nuestros bonetes colorados en el acto de entrega del Premio Hispanidad Capitán Etayo, acompañado por dos ilustres premiados: el periodista Eulogio López y Victorino Martín, presidente de la Fundación Toro de Lidia.

1 dic 2024

Lo de Gaza y el Papa


Hace unos días uno de esos políticos mercenarios contratados por el partido conservador llamado Hermann Tertsch (militante del Partido Comunista de Euzkadi en su juventud, antiguo director de opinión de El País y columnista en ese medio hasta hace cuatro días) se despachaba a gusto contra el papa diciendo en Twitter:

"No sé quién es en realidad este individuo. Sí sé que cada vez que habla de política coincide en sus posiciones y apoya a los peores asesinos, a los ladrones, a los violadores, a los terroristas, a los narcotraficantes y comunistas criminales. No hay un atisbo de bondad, generosidad ni dulzura en este personaje lamentable."


A mí me parece que esa no es manera de hablar del romano pontífice. Incluso aunque tengas alguna discrepancia con la política exterior del Vaticano el papa sigue siendo el vicario de Cristo. ¿No hay nadie en Vox que pueda explicar esto a su impetuoso eurodiputado ex-comunista? El problema es que a estas alturas ya todos sabemos que Vox, a pesar de su nombre latino, es más judío que católico. ¿Se imaginan a un diputado de Vox hablando de un rabino con esta falta de respeto? 

No seamos ingenuos. En la partitocracia el que paga manda. A ver si alguien va a pensar que ahora Hermann Tertsh se ha convertido en un santo padre de la Iglesia que habla en ese tono despectivo contra el papa porque está preocupado por no se qué deriva herética de la jerarquía. No. Lo que le preocupa a este señor, lo mismo que a un sector importante de Vox, es que la del papa sea una de las pocas voces que se alza contra el genocidio de Gaza y los intereses del sionismo.

Lo de Gaza es una masacre inmoral. Eso lo ve cualquier buena persona. Lo que nos diferencia a los que observamos con imparcialidad las brutalidades de unos y otros, en contraste con los aquejados de sumisión perruna a los intereses sionistas (o a los islamistas), es que cuando en las próximas décadas vayan muriendo judíos en todo el mundo gracias al odio que ahora alimentan y aplauden los fieles cipayos, nosotros no nos alegraremos y no nos sorprenderemos. Gracias a esa desproporcionada y cruel "autodefensa" de Israel, el sufrimiento se va a perpetuar y todo ese horror será una consecuencia lógica del horror actual. Los niños amputados o traumatizados de hoy serán los terroristas de mañana. Tan inteligentes que parecían los judíos acaparando premios nobel y ya ves, al final el odio y el orgullo ciegan a los injustos.

En toda esta historia, sin duda, los más necios son los españoles que sin necesidad alguna han tragado la propaganda anglo-sionista convirtiéndose en el perrito faldero de intereses que en nada benefician a España. O que para colmo favorecen más bien a Marruecos. Que no se diga que no se avisó. Dios tenga piedad de todos los inocentes que sufren lo indecible, principalmente de los cristianos de Oriente que esos si que son cada vez menos.

Y en cuanto a ese tono general de desprecio hacia el santo padre, ya se que hay gente muy nerviosa con algunas de las cosas que dice, y con otras de las que dicen que dice. Pero a ver si entendemos los católicos que hay que amar al papa como a nuestro padre que es (aunque chochee). Y que hay que amar al papa sin caer en la papolatría -cosa que siempre se entendió mejor en España que en cualquier otra nación-. No suframos más de la cuenta y entendamos que no todo lo que dice es palabra de Dios. Que el papa puede equivocarse en cien cosas -especialmente en las cosas políticas o en las futbolísticas- y más si como sucede con Francisco anda, por lo que sea, tan expuesto a los focos y los micrófonos.

Ignoremos las cosas que diga fuera de lugar, sus ocurrencias y sus argentinismos raros. Aplaudamos sus aciertos evidentes. Francisco es el papa de la confusión en ese asunto de las bendiciones -"todos, todos, todos"-, pero también es el autor -entre otras cosas- de la maravillosa exhortación apostólica sobre la confianza (https://www.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/20231015-santateresa-delbambinogesu.html), de la encíclica Dilexit Nos (https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2024/10/24/241024f.html). Y también por cierto de esta nueva carta (https://www.vatican.va/content/francesco/es/letters/2024/documents/20241121-lettera-storia-chiesa.html) con la que ha salido en defensa del trabajo honrado de los historiadores. La verdad nos hace libres. Por eso hay que cuidar bien la historia y cómo se cuenta. Porque la historia bien hecha es liberadora. 





29 nov 2024

El caso de José María Esparza, o cómo la historia la están escribiendo los vencedores



Admiro a Jose Mari Esparza, de verdad, el tesón apologético que ha demostrado durante décadas en defender todas las patrañas euskadianas imaginables pasadas por el atractivo disfraz del ultranavarrismo es digno de respeto. ¡Qué gran misionero habría sido si no hubiera cambiado la religión católica de sus abuelos por el nihilismo neopagano y sincretista de los nazionalistas postsabinianos! 

Gracias a su Altaffaylla Kultur Taldea, a su editorial Txalaparta y a la financiación proporcionada por todos los hispanófobos euskadianos, todo el conjunto de su incoherente ideología ha logrado un éxito insólito. Navarra ha cambiado en gran medida por culpa de Jose Mari Esparza, el más gramsciano de los rojos y separatistas de nuestros compatriotas. 

Los errores historicistas e interesados que defiende no merecen mas que desprecio por parte de los historiadores honrados. Y sin embargo ahí lo tienen, hablando desde los altavoces del poder sobre cómo se ha contado mal nuestra historia desde los altavoces del poder. Dice Esparza que la historia oficial la escriben los vencedores. Es verdad. Por eso llamaron guerras carlistas a las guerras liberales de nuestro siglo XIX. Y por eso él, que en su feliz ancianidad es portavoz de los vencedores, tiene tanto predicamento en los medios oficiales de los que ahora mandan. Porque Jose Mari Esparza, siendo en realidad un alma libre que se cree llena de amor a su tierra, se ha convertido en el cronista oficial preferido por los que odian a Navarra, odian a las Españas, odian la obra de la Hispanidad y se odian, en fin, a sí mismos. 

Esto viene a cuento porque acaba de sacar a la luz un libro en el que cuenta la historia peregrina de un Tomás de Zumalacárregui presentado como líder de una hipotética república vasca decimonónica que duró tres meses. El bueno del tío Tomás presentado como si fuera un antecedente anacrónico del rojoseparatismo. Sólo le ha faltado decir que era ecofemimista. ¡Venga ya, hombre! 

Jose Mari Esparza, en la foto del Diario de Noticias, órgano oficial de la ortodoxia heterodoxa, sonríe con su libro en la mano porque sabe que la gente -aún- ve un libro y piensa que si está en un libro será verdad. Los que pensamos un poco más, o los que tal vez por nuestro oficio de librero vemos día tras días cómo el papel lo aguanta todo, sabemos que siempre se han publicado libros de mierda, y que nunca se publicó tanta basura como ahora que se imprime bajo demanda.

En fin, el destrozo que él los suyos han hecho es grande. Pero la verdad es una y al final, antes de lo que nos pensamos, acabará brillando como merece.

Aquí está el enlace al Diario de Noticias:

24 nov 2024

Lo que más o menos he dicho en Madrid, delante del palacio de las Cortes


Aquí estamos, delante de este antro, de la sede de la soberanía, de la soberanía absoluta, de la mayoria absolutista... absolutamente ajena a los intereses del bien común de los españoles,y absolutamente sumisa a intereses extranjeros que nos convierten en una colonia controlada por una tiranía perfecta.

Aquí estamos. 

Y qué mala suerte... ahora está vacía. Bueno, en realidad siempre está vacía porque nunca está ahí la famosa soberanía española, su soberanía política. Pero es un símbolo y por eso hay que estar.

Hoy podríamos habernos quedado en el Cerro de los Angeles, celebrando a Cristo Rey. Por ejemplo sumándonos a la vigilia de la Adoración Nocturna (fundada por el carlista Luis de Trelles) Pero aquí estamos, a pie de calle, para lanzar nuestro mensaje. 

Alguno dirá... está todo fatal, hemos probado todo tipo de recetas, de partidos, de herramientas y recursos.... ¡Carlistas! estáis en el banquillo... calendad que salís. 

Pero NO... 

Algunos quisieran que saliéramos nosotros ahora para hacer de mamporreros del sistema, de salvadores de la derecha, y no, esa no es nuestra misión. No estamos aquí para defender los restos del sistema constitucional traidor a España. 

Tampoco somos una nueva sigla para alimentar la rueda de la partitocracia, para pisar moqueta y tomar nuestra parte del quesito electoral.  No. 

Nosotros somos lo que queda de la España Tradicional.

¡España!: nosotros somos la voz de tu conciencia. España: somos lo que te une a tu esencia, a tus raíces, a tu identidad, a nuestros clásicos, a la España católica de siempre, a esa España que, como suelo repetir, ya era libre antes del liberalismo, social antes del socialismo, comunal antes del comunismo. Que honraba a la mujer antes del feminismo, que respetaba a la naturaleza antes del ecologismo...

Esa España vive en nosotros y mientras quede un carlista en pie queda una ESPERANZA. 

Nosotros, aquí y ahora nos dirigimos a todos los Españoles, no solo a los carlistas o a los convencidos, no solo a los católicos, también a los hispanistas, a esa especie curiosa que son los "católicos ateos", a los amantes de la libertad, a los padres asustados, a los agricultores que ven cómo se desmorona su forma de vida, a las familias empobrecidas...

España podrá volver a sus raíces y ser ella misma si sigue el camino de la tradición política española, el camino que ha guardado el Carlismo. 

Aquí y ahora, nosotros aportamos a España, a toda la Hispanidad: 

1º. Unión con las raíces auténticas de España. Podremos tener a España perdida, sin rumbo, amnésica, sin identidad, sin saber a dónde ir, pero en el Carlismo está el ADN de la auténtica España, de la genuina, de la de siempre. Unida y plural. Católica y respetuosa a más no poder con todos los derechos legítimos. El Carlismo es el movimiento que nos conecta a los españoles del siglo XXI con nuestras raíces, con la España de nuestros clásicos, con Quevedo, Cervantes, Velázquez, Garcilaso, Cabeza de Vaca, Elcano, Cortés, Pizarro... 

2º. Moral de victoria. No existe ningún otro movimiento político en teoría más derrotado que el carlismo. Pudimos ser vendidos, pero nunca fuimos vencidos. Nosotros somos inasequibles al desaliento porque nuestra medida del triunfo no es ni el carguito propio, ni la creación de un chiringuito, ni andar pisando moqueta. Nosotros triunfamos cada vez que triunfan nuestros Ideales. Y eso es algo que está muy por encima de nuestras ocurrencias o nuestras trayectorias personales. 

3º. Visión de conjunto. España es tierra de guerrilleros y cada vez hay más, y eso es bueno, eso es que estamos vivos, que hay reacción. Pero necesitamos una visión de conjunto y esa sólamente la puede dar plenamente el Carlismo. Todos conocemos guerrilleros provida, profamilia, contra la corrupción, contra los ocupas, contra los socialistas, contra los separatistas, en defensa de nuestras tradiciones locales, en defensa de los toros, en defensa del dinero en efectivo, contra la pornografía y las adicciones, contra la leyenda negra... hay patriotas que no saben bien por qué son patriotas, y gente que añora una monarquía tradicional pero que no sabe argumentarlo... Ojo con ese lema de "El pueblo salva al pueblo".... sí, hasta cierto punto es verdadero, porque es verdad que hay que empezar desde abajo, pero hay que ir más allá. Para dar sentido a todas esas luchas, para encajar las piezas el Carlismo tiene mucho que aportar. 

Nosotros no vamos a perder el tiempo en criticar otras iniciativas, otras guerrillas, otras formas de afrontar los gravísimos problemas que nos aquejan. Unos optarán por la propaganda, otros por la vía jurídica, algunos seguirán empeñados en dar la batalla electoral. Muy bien todo. ¡Animo con todo!. Pero cuidado con el resentimiento, con la pura protesta, el desorden y la anarquía. No está mal empezar por ahí, por sacudirse el yugo de los tiranos, de los partidos, pero ojo, cuando nosotros gritamos "¡abajo el mal gobierno!" es porque queremos que haya uno bueno. Todavía cantamos que venga el rey de España a la corte de Madrid. Y eso es por algo. 

Nosotros no vamos a apoyar la teoría del "sálvese quien pueda" sino que vamos a aportar todo lo que podamos para que un día sea posible que haya un gobierno que mire por el bien común de todos los españoles, un gobierno limitado, legítimo, sin ideologías, que tenga esa visión de conjunto y ese ideal de servicio que es el del Evangelio y el mismo que aplicaron los buenos reyes de la Cristiandad: no será así entre vosotros, quien quiera ser el primero que sea vuestro servidor. 

4º. El Carlismo aporta una épica, una ética, una estética genuínamente española. No necesitamos ni anglicismos, ni copiar los estilos caducos del fascismo europeista racista, ni copiar el chauvinismo afrancesado. Somos españoles, ni mejores ni peores que otros, pero somos lo que somos y no tenemos que copiar a nadie. La guerra de la independencia empezó en 1080 pero, señores, todavía no ha terminado. 

5º. Una organIzación. Y sí, eso también, por qué no. Ahora parecemos poca cosa, pero ya ha sucedido otras veces, que han salido boinas rojas de debajo de las piedras. Por eso aquí, y ahora, hacemos un llamamiento a la acción. No somos un partido. Pero sí somos una organización. No somos ingenuos. Las cosas no se hacen solas. Hay que trabajar, hay que luchar. En la Comunión Tradicionalista Carlista tenemos Junta de Gobierno, Juntas regionales, círculos, herramientas para la formación, campamentos, cursos, aulas. Tenemos una actividad creciente en internet, lógicamente, con boletines, redes sociales, canales de vídeo, bazar... Tenemos unos grupos de propaganda que necesitan manos. Tenemos redes de solidaridad como la liga tradicionalista o el socorro blanco. Tenemos encuentros en defensa de la gran patria hispana como es el premio hispanidad capitán Etayo... Cada uno que elija su puesto. En nuestra Comunión ofrecemos militancia, trabajo, compromiso.

Las puertas están abiertas para quien quiera ayudar. Nada de folclore, nada de nostalgias, nada de "carlistismo", nada de andar mirándose el ombligo. Que cada cual elija aquel puesto en el que mejor pueda servir. Porque para eso estamos, para servir. 

Y para terminar en esta noche, ahora que no nos oyen los ocupas de ese palacio decadente, que por otra parte nunca escuchan a nadie:

NO TENGÁIS MIEDO. España es mucha España y que de cosas peores hemos salido. No es la primera vez que estamos gobernados por traidores, vendepatrias y paniaguados. 

Tened claro que la solución no vendrá de más partidos. Y no vendrá del miedo. No vendrá de la confluencia de los viejos antiguos progres tipo Jiménez Losantos con los jóvenes miedosos que se aferran a lo que sea con tal de quedarse tranquilos buscando su rinconcito conservador, a la sombra del amigo yanqui, por ejemplo. La solución vendrá del servicio.  -Háganos Dios hacer tal servicio que delante de su faz felices seamos-

Decía Valle Inclán que habría que declarar al Carlismo monumento nacional. 

Estas palabras se han malintepretado porque no se trata solamente de la belleza estética de un movimiento noble, de caballeros, de damas, de familias enteras que sirven a ideales limpios. Hay mucho más. El Carlismo ha de ser conocido y querido, pero no para ser momificado en un museo sino para ser útil, para servir, para desgastarse todo lo que sea necesario. Y si el Carlismo se desgasta haciendo lo que tiene que hacer, si se deshace, bienvenido sea. Porque a nosotros no nos importa lo que le pase al Carlismo. A nosotros nos importa lo que le pase a España. 

¡Viva Cristo Rey!

¡Viva España!

¡Viva el Rey Legítimo!




Y aquí está el vídeo: 




14 oct 2024

El mundo virtual, un gigante con los pies de barro



Nunca hubo un sistema político tan fuerte y opresor, o capaz al menos de ejercer la mayor opresión, como el contemporáneo. Nunca hubo, al mismo tiempo, uno tan débil y vulnerable. Es un gigante con los pies de barro, que ha confiado su alma al cientifismo electrónico, que respira enchufado a una red de fibra óptica y a unos cuantos miles de satélites, y cuya sangre lubricante es un dinero digital que ya nadie sabría definir. Así que prepárense para cuando caiga.

No sabemos cómo podría ser el colapso, ese temido cisne negro... una tormenta solar, el meteorito que invocamos al contemplar la última chorrada woke, un retroceso generalizado en el coeficiente intelectual o en la mismísima salud mental de las masas... En cualquier caso cada vez tiene más sentido el rollo preparacionista. La próxima vez, en lugar de reírse de quien acumule latas de conserva acuérdese de cómo se burlaban hace mucho tiempo de un tal Noé. 

La degradación del mundo digital es cada vez más evidente y debería preocuparnos porque amenaza con llevarse por delante no sólo a los malditos gobiernos progres y a sus cipayos sino a cualquier estructura social u organización natural que haya caído en la omnipresente tentación digitalizadora. Todos estamos en peligro, porque todos hemos olvidado que "digital", en última instancia, remite a algo tan real y analógico como son los dedos. Porque hemos tragado con eso de las "competencias digitales" sin entender que los únicos que de verdad tienen competencia digital son los artesanos. Ya me dirán qué competencias tendrán los demás cuando se vaya la luz y no sepan qué hacer.

Degradación es también inseguridad. ¿Se acuerda alguien de que hace un año (oct23) se produjo el mayor hackeo de la historia de España? ¿De que desde entonces los atacantes disponen, tal como explicó con alarma algún experto, de todos los dnis de los españoles, así como de sus declaraciones de la renta, cuentas bancarias, direcciones, y vidas laborales? ¿Se ha parado alguien a pensar en la deriva inhumana que lleva la actual guerra de los drones? ¿En qué momento hemos normalizado los asesinatos preventivos y selectivos, por no hablar de la explosión remota de dispositivos electrónicos? ¿A nadie le preocupa que el internet de las cosas allane el camino al control remoto tanto de una nevera como de una central nuclear? 

Internet, por otra parte, se está llenando de basura. Cada vez hay más contenidos automatizados o generados por IA que se crean copiando y pegando sin el menor atisbo de inteligencia natural. Llevábamos milenios afinando el espíritu crítico, aprendiendo a desconfiar de la palabra, de la escritura, del arte, de la radio, del cine... Pero el nivel de desconfianza que nos empieza a exigir, de golpe y porrazo, la irrealidad virtual podría ser demasiado para nuestras pobres neuronas. 

Todo esto, y otras cosas que me dejo en el tintero me lleva a lanzar una predicción, y a plantear una incógnita. 

Internet morirá de éxito. Llegará un momento -no muy lejano- en el que usaremos internet exclusivamente como mensajería, para comunicarnos con personas concretas. Entraremos también posiblemente para divertirnos, como cuando se va al cine o se lee un cuento, pero dejaremos de tomarnos en serio cualquier cosa digital. Como reacción, y por puro instinto de supervivencia, el mundo analógico volverá al lugar que le corresponde y la gente -la que quiera vivir con un mínimo de dignidad- buscará eventos presenciales, conversaciones cara a cara, conciertos en vivo y libros en papel. Y lo hará liberándose de trámites digitales como el engorroso y chapucero bono juvenil. 

La incógnita más angustiosa es saber cuántos quedarán atrapados entretanto por la inhumanidad de las IA. ¿Cuántos serán los sumisos voluntarios a los poderosos? ¿Serán un lamentable 20%? ¿O llegarán al 80% como en las pesadillas del apocalipsis zombie? ¿Cuántas personas renunciarán a vivir su propia viva a cambio de vegetar en un sofá con el cerebro prestado y los sentidos enganchados a la Red-basura? He dicho que internet morirá, sí, pero me temo que morirá matando.

12 oct 2024

¡Feliz día de la Hispanidad!

La banda sonora del día de la Hispanidad podría ser infinita, pero por alguna razón se me ha ocurrido que esta preciosa canción representa lo mejor de nuestra gran hermandad hispana. 

Familia, tradición, arte, sentimiento, trascendencia, amor verdadero... Esto es lo que llevaron los españoles a las Indias, y esto es lo que el nuevo pueblo mestizo que surgió de aquel encuentro asumió como fundamento de una civilización maravillosa. 

¡Feliz día de la Hispanidad! 

¡Y viva la Virgen del Pilar! 






Aprovecho la ocasión para dejarles por aquí la nota de prensa en la que notificamos la concesión del PREMIO HISPANIDAD CAPITAN ETAYO 2024:



1 oct 2024

Lo del animalismo


(Por Javier Garisoain) - 

La "Ley de protección de los derechos y el bienestar de los animales" entró en vigor el 29 de septiembre y daba un plazo de un año para acabar con las tiendas de mascotas. Así pues desde este pasado domingo sólo los criadores registrados están facultados para vender perros, gatos y hurones y deben de hacerlo mediante un contrato escrito de compraventa que quedará anotado en el Registro de Animales de Compañía. La ley prohíbe vender animales de menos de dos meses así como la exposición al público de esos animales.
 
No lo duden, el objetivo de estas leyes y de toda esta ideología de moda no es dificultar la venta de animales sino ir allanando la venta de personas. ¿No estaré exagerando? ¿Cómo llego a esta conclusión? Por una parte porque, modestia aparte, uno va forjando cierto olfato político y sabe que en estas cosas de las ideologías convertidas en ley no se da puntada sin hilo. Por otro lado porque al final todo acaba teniendo su lógica:

1. La ideología animalista humaniza a los animales y trata de confundir a la gente en algo tan evidente como que las personas valen más que los animales.

2. Los poderes ideológicos y económicos mundialistas extienden cada vez más un criterio materialista y utilitarista de la persona. Los débiles o improductivos sobran y alguien envía a Harari para que nos lo diga a la cara, con desparpajo. Y que a los demás sería conveniente tenerlos sumisos y esclavizados.

3. Cada vez más los nuevos adeptos de esta ideología creciente se ven a si mismos como animales y por tanto son cada vez mas propensos a admitir prácticas esclavistas o de sumisión acrítica del ser humano. El desarrollo del discurso lo van a calcar del neofeminismo. Al principio dirán que sólo quieren la igualdad... al final acabarán como suelen acabar estas cosas: sí, somos iguales, pero unos son más iguales que otros. Todo el mundo sabe que los animales domésticos llevan quince mil años sufriendo en manos de los hombres ¿no? Pues ahora nos toca pagar. Así es como se cierra el círculo.

¿Y quién estará promoviendo esta aberración? Espero que alguien investigue acerca de quien financia los chiringuitos animalistas. ¿Qui prodest? ¿A quién aprovecha? Pues eso.