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1 oct 2024

Lo del animalismo


(Por Javier Garisoain) - 

La "Ley de protección de los derechos y el bienestar de los animales" entró en vigor el 29 de septiembre y daba un plazo de un año para acabar con las tiendas de mascotas. Así pues desde este pasado domingo sólo los criadores registrados están facultados para vender perros, gatos y hurones y deben de hacerlo mediante un contrato escrito de compraventa que quedará anotado en el Registro de Animales de Compañía. La ley prohíbe vender animales de menos de dos meses así como la exposición al público de esos animales.
 
No lo duden, el objetivo de estas leyes y de toda esta ideología de moda no es dificultar la venta de animales sino ir allanando la venta de personas. ¿No estaré exagerando? ¿Cómo llego a esta conclusión? Por una parte porque, modestia aparte, uno va forjando cierto olfato político y sabe que en estas cosas de las ideologías convertidas en ley no se da puntada sin hilo. Por otro lado porque al final todo acaba teniendo su lógica:

1. La ideología animalista humaniza a los animales y trata de confundir a la gente en algo tan evidente como que las personas valen más que los animales.

2. Los poderes ideológicos y económicos mundialistas extienden cada vez más un criterio materialista y utilitarista de la persona. Los débiles o improductivos sobran y alguien envía a Harari para que nos lo diga a la cara, con desparpajo. Y que a los demás sería conveniente tenerlos sumisos y esclavizados.

3. Cada vez más los nuevos adeptos de esta ideología creciente se ven a si mismos como animales y por tanto son cada vez mas propensos a admitir prácticas esclavistas o de sumisión acrítica del ser humano. El desarrollo del discurso lo van a calcar del neofeminismo. Al principio dirán que sólo quieren la igualdad... al final acabarán como suelen acabar estas cosas: sí, somos iguales, pero unos son más iguales que otros. Todo el mundo sabe que los animales domésticos llevan quince mil años sufriendo en manos de los hombres ¿no? Pues ahora nos toca pagar. Así es como se cierra el círculo.

¿Y quién estará promoviendo esta aberración? Espero que alguien investigue acerca de quien financia los chiringuitos animalistas. ¿Qui prodest? ¿A quién aprovecha? Pues eso.

29 sept 2024

Política y religión



(Por Javier Garisoain Otero) - 

Llevo casi toda la vida pensando en estos asuntos así que lo que voy a escribir ahora no es fruto de un rato de estudio, ni de una documentación previa, ni un copia y pega de otros autores. Hablaré como un simple político católico porque ni soy un erudito, ni un académico, ni un intelectual. Podría incluir alguna bibliografía, con encíclicas solemnes como la Quas Primas del papa Pío XI sobre la soberanía de Cristo Rey, documentos pontificios clarificadores como el Catecismo o como la exhortación apostólica Christifideles Laici de San Juan Pablo II, o cualquiera de las obras clásicas del Carlismo, del tradicionalismo político o del catolicismo militante en general como las de Aparisi, Donoso Cortés, Mella, Wilhelmsen, Alvaro d'Ors, del mismo Chesterton o de tantos otros. Pero no voy a hacerlo. 

En esto de las lecturas recomendables, supongo que debido a mi edad y a los buenos maestros que he tenido he llegado al punto en que todo lo que leo me parece aprovechable. Leo a San Isidoro o a Menéndez Pelayo y me admiro de la sólida cadena que une a los grandes pensadores hispánicos antiguos y modernos. Leo a Rousseau, a Marx o a cualquier ideólogo averiado y me divierte descubrir a cada paso sus inconsecuencias, sus dislates y sus mentiras. El truco es que no escribo nada de mi cosecha. O sí. Tal vez sea de mí cosecha gracias a lo que otros sembraron antes. En cualquier caso debo aclarar que lo que diré a continuación sobre la religión y la política lo diré como carlista, es decir, como católico práctico*.

Relación entre la religión y la política
La religión es, por definición, un concepto muy superior a la política. La religión es aquello que nos religa con la trascendencia, con los principios y realidades eternas, con el ser mismo de las cosas, de la creación y del Creador. La política en cambio es el arte de lo contingente, de lo temporal, del servicio en las cosas imperfectas de este valle de lágrimas. Pero el hecho de que sea una dimensión inferior a la religiosa, y que deba ser impregnada por ella, no quiere decir que no tenga su importancia. La tiene, como cualquier otra dimensión de nuestra vida, ya sea la cultura, el arte, la música o el comer. No está bien que un hombre libre viva sin interesarse de alguna forma por las cosas de la polis. Aquellos que dicen vivir prescindiendo de la política es como si hubieran decidido amputarse una parte de su vida. Y eso no está bien. 

El laicismo
En los tiempos de la vieja Cristiandad los hombres vivían sobrenaturalizándolo todo. Antes de que Santa Teresa dijera aquello de que también entre los pucheros anda el Señor ya había cristianos que lo sabían y que así lo vivían. Pero luego pasó lo que pasó: el orden de aquella Cristiandad, que no era para nada un mundo perfecto sino un pobre mundo que hacía lo que podía en la buena dirección, creciendo y mejorando paso a paso, construyendo con harto trabajo, fue violentado por un proceso revolucionario que dio al traste con todos sus progresos verdaderos. La irrupción de una serie de herejías, doctrinas averiadas e ideologías trajeron al Occidente la peste del naturalismo. Y cuando ese naturalismo logró, gracias a la revolución francesa, penetrar en la vida política de las naciones cristianas -en eso consiste el liberalismo- es cuando la religión, por orden y decreto de los poderosos, quedó relegada a la pura conciencia de cada individuo, rebajada al mismo nivel que los caprichos, la afición futbolística o los colores favoritos. A esto es a lo que llamamos laicismo: crea usted lo que quiera en su fuero interno pero viva en comunidad y trate las cosas de la política como si Dios no existiera. O, usando el símil de Chesterton, deje usted en la puerta el sombrero de su fe cuando entre en el Parlamento.

El Papa y el Emperador
Una de las joyas destruidas por la Revolución es la que en la antigua Cristiandad mantenía el equilibrio entre el orden espiritual y el orden temporal personalizados en el Papa y el Emperador. Se trata, se trataba, de un equilibrio difícil, siempre en tensión, cuyo fruto era, en última instancia, el crecimiento general y la construcción de un orden respetuoso con la Verdad de las cosas. Todas las otras antiguas y nuevas civilizaciones, todas las tradiciones o culturas políticas de la historia, han simplificado esta cuestión divinizando al rey como los egipcios, los chinos o los romanos; uniendo en la misma persona al gobernante y al sumo sacerdote como los califas, los lamas o los anglicanos; o simplemente sometiendo cualquier poder espiritual a la bota del jefe como suelen hacer las ideologías más totalitarias. 

He aquí una de las formas de encontrar la religión verdadera: todas las religiones que se identifican o se someten al poder temporal son falsas. Tan sólo la Iglesia Católica ha luchado y luchará de forma creíble por ser testigo -o sea, mártir- de la Verdad, caiga quien caiga, cueste lo que cueste, y mande quien mande. Todas las demás religiones son religiones ideológicas o ideologías religiosas. Falsas religiones que acertarán a veces en algo, y hasta se opondrán a veces a los tiranos, pero que al final carecen de auténticos mártires de la Verdad.

La confesionalidad es un bien
Otro término que es importante entender en su contexto es el de la confesionalidad religiosa. Por muy contaminado que esté un católico de liberalismo nunca podrá afirmar que es mala la confesión pública y comunitaria de la fe. Una familia, un pueblo, una región o una patria que rezan, alaban o confiesan su amor a la fe verdadera prefiguran el cumplimiento del salmo 71: "Se postrarán ante tí, Señor, todos los pueblos de la tierra". ¿Cómo podría ser malo eso desde el punto de vista de un creyente? Ahora bien, alegan los enemigos de la confesionalidad el escrúpulo de una posible falta de respeto a la libertad individual. Esta objeción, que en teoría podría ciertamente dar graves quebraderos de cabeza, no se corresponde con la realidad histórica. La realidad es que la imposición y la falta de respeto ha partido precisamente de la ideología liberal. Ha sido la Revolución la que a lo largo de dos siglos ha venido imponiendo leyes ateas a pueblos cristianos. Esto es algo que en España hemos vivido en primera persona con la imposición tramposa y criminal de la constitución del 78. Decían los liberales que lo primero era la democracia ¿de verdad? ¿y qué hay más "democrático" que el que los gobernantes asuman la religión y creencias del pueblo gobernado? Eso es precisamente lo que asumieron los nobles visigodos en los concilios de Toledo. Y por eso puede decirse que allí es donde nació España. La Revolución hace al revés. Ese fue uno de los triunfos del luteranismo: -"Cuius regio, eius religio"- el dar carta blanca a los poderosos para someter -antidemocráticamente- a sus pueblos, imponiéndoles una religión con la fuerza del estado moderno. Ese tipo de confesionalidad es anticatólica y cuando se ha seguido para favorecer aparentemente al catolicismo ha dado lugar a graves antitestimonios. Hay que tener en cuenta que la finalidad de la política no es cambiar las cosas en el sentido de modificar la sociedad, las costumbres, las mentalidades... Menos aún con la implantación de regímenes creados ex-novo según la típica mentalidad constitucionalista. Todo eso no es sino tiranía y opresión infame. La política está para dirigir una sociedad, respetando, como hacían los viejos reyes cristianos, los fueros, leyes y costumbres que hubiere. Por eso tenían que ir a las Cortes a jurar antes de reinar. Por eso se comprometían a mejorar siempre lo posible, pero siendo extremadamente cautelosos en los cambios porque los cambios de verdad, los cambios sociales no corresponden a procesos políticos sino al ámbito cultural o espiritual, y a un ritmo muy diferente del político. 

La religión como límite de la política
Incluso los no creyentes pueden entender que la religión ofrece dos grandes utilidades al mundo político. El primero es servir como límite. El segundo como inspiración. 
Como límite, la religión tiene la facultad de establecer unas líneas rojas, un marco moral, que quedan fueran del capricho del gobernante. Ese límite es por ejemplo el que protege a los débiles de los abusos de los poderosos. Es el que evita realmente al absolutismo político que lejos de ser una cosa del pasado, una deformación de las viejas monarquías, es la manera contemporánea de entender la política en las democracias partitocráticas actuales en las que el partido gobernante puede legislar cualquier absurdo con tal de que cuente con la mayoría absoluta. 
Otra forma de expresar el límite podría ser con los llamados principios no-negociables. Benedicto XVI insistió en este concepto, que está muy vinculado al puro derecho natural y que nunca insistiremos suficientemente en que es un límite muy limitado, valga la redundancia. Porque es un límite que señala algunos puntos imprescindibles para que pueda ser sostenible una mínima convivencia en cualquier comunidad política: la vida, la familia, la libertad de educación y el bien común. 
Es interesante también analizar el concepto de tolerancia relacionado con esos límites que aporta la religión al mundo político. Estrictamente hablando sólo podemos ser tolerantes quienes creemos que existen unos límites externos, que son los que aporta la religión. Por eso somos los únicos que, a la hora de la verdad, como condenamos el pecado sin paliativos, podemos permitirnos el lujo de respetar y tolerar al pecador. En cambio, para el típico político absolutista moderno ¿qué sentido podría tener la tolerancia? Una vez que alcanza la mayoría absoluta... ¿qué razón o qué límite habría de existir para marcar la separación entre lo tolerable y lo intolerable? Si un político consigue la mayoría absoluta... ¿no tenderá a declarar intolerable todo aquello que quede fuera de su voluntad absoluta?

La religión como inspiración de la política
Otra forma mucho más positiva es entender la religión como corazón de la política, como el alma que impulsa la acción del servicio político. En esta línea la religión ya no se dirige al mundo político con meras advertencias sobre límites, abusos o pecados sino que ofrece una razón para servir, para proteger a los débiles o para, en última instancia dentro de la concepción católica de la política, instaurar todo en Cristo siguiendo la doctrina de la Soberanía Social de Jesucristo.  

Leyes y constituciones
La política se desarrolla con las decisiones cotidianas, pero también con el establecimiento de leyes, normas que perduran en el tiempo y que ayudan a ordenar la convivencia. Esta es una parte fundamental de la política que sería inútil abordar ahora en un párrafo. Sí que me gustaría apuntar una idea y es referente al constitucionalismo. La experiencia del proceso constitucional español de 1978 recogió lo peor de los experimentos constitucionales del siglo XIX y XX y llevó su ruptura revolucionaria a su máxima expresión, al menos en el elemento nuclear del texto constitucional como es el de la aconfesionalidad. El caso de la Constitución del 78 lo comparo con el del matrimonio civil. El pecado de dos cristianos que se casan por lo civil es grave porque supone un desprecio al mismo Cristo. Habiendo instituido nada menos que un sacramento que supone la consagración del matrimonio natural, poniéndolo en presencia de Dios, el matrimonio civil rechaza la presencia divina en ese preciso momento. Se mire como se mire es un desprecio. Pues el caso de la redacción de un texto constitucional es similar, aunque con una gravedad proporcional porque afecta a la vida de millones de personas. Que una nación, una comunidad política, formada por todos los españoles, establezca una norma jurídica suprema y que en ella no se reconozca esa dimensión religiosa común, esos límites y esa inspiración cristianas de las que hemos hablado un poco antes es, se mire como se mire, una traición al mismo Dios y a ese pueblo creyente que se dice servir. 

El peligro de los extremos y las exageraciones
Por último, no me gustaría terminar esta exposición sin mencionar la idea del equilibrio necesario. El pensamiento político tradicional no necesita entrar en las categorías de izquierda o derecha, tampoco en cualquiera de las dicotomías maniqueas en las que se suele interpretar la acción política. El filósofo Francisco Canals lo llamó "armonía sintética" que consiste, sencillamente, en rescatar todo lo bueno venga de donde venga. Ese bien es lo único que engendra tradición. En el asunto de la religión y la política que estamos analizando existen dos peligros que hay que evitar y armonizar. Uno sería el laicismo y otro el integrismo. El peligro del laicismo ya lo hemos mencionado aclarando el porqué debe ser rechazado por un católico. En cuanto al integrismo, entendido como la intromisión en el gobierno o las tareas propiamente políticas de los clérigos o de laicos con talante clerical debe ser rechazado porque es un desorden que rechaza la legítima automía del orden temporal, orden que es propio del laicado y que, como hemos ido viendo, ha de tener su vida propia, siempre limitada e inspirada por los bienes superiores de la religión. 

F. Javier Garisoain Otero

*Cómo olvidar aquellas palabras del venerable papa Pío XII: «Los requetés, los Católicos prácticos. Los que salvaron a España. Cuantos se habían propuesto la difícil y peligrosa tarea de defender y restaurar los Derechos y el Honor de Dios y de la Religión. Los llevo muy adentro en mi corazón y los bendigo.» 

11 sept 2024

Crónica del Foro Alfonso Carlos 2024 celebrado en Toledo

 (Ahorainformacion.es/ J.G.) - 

Este pasado fin de semana se ha celebrado en Toledo una nueva edición del Foro Alfonso Carlos I, la "universidad de verano" de la Comunión Tradicionalista Carlista. Un espacio en el que los carlistas convocan a expertos y a militantes para aprender con espíritu universitario y vocación política.

La España rural: tradición y despoblación

Inauguración del Foro

Después de una oración inicial dedicada a San Miguel dió inicio la primera sesión, el viernes por la tarde, en la que tomó la palabra Javier Garisoain, presidente de la Comunión, para agradecer a los inscritos su presencia y para presentar el tema general del Foro así como al primer conferenciante. En esta ocasión el tema elegido ha sido el de la España rural con la intención de conocer su historia y sus glorias, sus problemas, las graves crisis que la azotan y para reflexionar sobre las posibles vías de lucha en su defensa. 

¿Es el Carlismo un movimiento rural? Cuando el liberalismo triunfante empezó a escribir la historia del siglo XIX trató de encasillar al Carlismo como movimiento rural, o lo que es lo mismo, "campesino, atrasado e ignorante". Sin embargo esta no es sino una más de las mentiras del liberalismo. El Carlismo era rural porque España era rural. El Carlismo era el alma de España, que se resignaba a morir. En cambio la revolución sí se puede decir que fue una revolución urbanita, nacida en las logias e impulsada por una nueva clase burguesa enriquecida por las desamortizaciones. 

El programa de este curso ha incluido un amplio repaso a la historia y el presente del mundo rural desde el punto de vista espiritual, demográfico, social, económico, agrícola y político. 

P. Gabriel Calvo Zarraute: El alma de España. Evangelización y abandono

La primera ponencia, a cargo del prestigioso sacerdote e investigador Gabriel Calvo, se centró en la crisis espiritual y el doloroso abandono del mundo rural que contrasta con la brillante evangelización de los paganos de la antigüedad. Existen una serie de fechas históricas que son el preludio de una gran crisis. Tal vez la más dañina y la más olvidada es la serie de desamortizaciones que destruyeron los conventos, las misiones populares y que casi acabaron con esa élite espiritual que eran las órdenes religiosas. En tiempos más recientes la fecha más dramática es la de 1959, fecha del primer plan de estabilización franquista en la que una apuesta por la industrialización provocó las primeras grandes oleadas de inmigración dirigida a los suburbios de las zonas industriales. En los años 70 se sumaron tres graves crisis que provocaron un derrumbe sin precedentes, especialmente acusado en el campo: la crisis social de la industrialización, la crisis política del fin del régimen de Franco y la constitución, y la crisis religiosa del postconcilio. 

En la actualidad existen parroquias en las que los únicos libros que se utilizan son los de entierros. Las perspectivas en cuanto al número de sacerdotes o de conventos son negras. El impresionante patrimonio católico distribuido por todos los rincones de nuestro territorio corre peligro de ruina en una especie de nueva auto-desamortización. Actualmente se está produciendo una retirada más o menos ordenada y a veces un simple abandono del mundo rural por parte de la Iglesia. Se trata de una dura realidad que es necesario asimilar sin endulcorantes si se quiere enfrentar de forma libre.  ¿Estaremos, en fin, en los tiempos que describe el Catecismo en sus puntos 675 y 677? No se sabe. En cualquier caso nuestra obligación es la lucha, no el triunfo. 

José Antonio Ruiz de la Hermosa: Crisis demográfica y sustitución en la España vacía

El sábado por la mañana, la segunda ponencia fue dirigida por José Antonio Ruiz de la Hermosa, investigador y divulgador que centró su intervención en un análisis demográfico y de población española. Ante la repetición alarmista de "la España vacía" Ruiz de la Hermosa comenzó su intervención asegurando que España siempre ha estado vacía. El problema es que ahora está peor distribuida, y que se ve amenazada por varios desórdenes. La gesta de la Reconquista o la misma construcción de la América hispana se llevaron a cabo con una población peninsular de apenas cinco o seis millones de personas. Las guerras antiguas, la Reconquista, la constante emigración hacia América y Europa, la mortalidad elevada... impidieron un crecimiento sostenido de nuestra población. Los períodos en los que la población crece a un mayor ritmo son el siglo XVIII y el siglo XX. La situación actual está protagonizada por modelos de transición que han amortiguado la despoblación como es la costumbre de la segunda vivienda (o la casa de verano en el pueblo) y, más recientemente por el enorme reto que supone una inmigración desordenada. Inmigración especialmente problemática la de religión musulmana por razones evidentes, y que está siendo alentada de forma suicida por unos políticos que no obedecen al bien común de los españoles sino a intereses oscuros de poderes internacionales.

Pilar Esquinas Rodrigo y José Manuel Sanz Burgos (Acuaiuris): La guerra del agua

Llegados a este punto del Foro, el ánimo de los asistentes iba oscilando entre la depresión y la preocupación. La intervención de los promotores de la Asociación Acuaiuris consiguió despertar en los oyentes el enfado y la indignación. Con la simpatía y profesionalidad que les caracteriza, Pilar y José Manuel fueron desgranando los distintos frentes que han ido descubriendo en su lucha ejemplar contra los traficantes del agua, contra los políticos corruptos y contra los "ecolojetas" falsos, expertos en la creación de negocios con dinero público. Gracias a sus explicaciones pudimos entender de primera mano como todas las medidas que tienen que ver con la presunta alerta climática tienen una nula base científica; cómo el derribo de presas es real y está provocando un grave empobrecimiento basado en la teoría absurda de la restauración fluvial; cómo la obsesión de los nuevos líderes mundiales es someter el agua a las leyes del mercado y controlarla mediante el negocio de las depuradoras, las tuberías, los contadores y las embotelladoras; cómo las confederaciones hidrográficas y todas las instituciones del agua han perdido su carácter profesional independiente en manos de políticos corruptos. La trama que hay detrás de todos estos hechos, y otros más como son el expolio de las energías llamadas renovables o la amenaza de las granjas de datos, fue cobrando forma al analizar el asunto de las falsas declaraciones de sequía, una figura legal que, en manos de gobiernos sin escrúpulos, les permite actuar a su antojo y de forma dictatorial.

Tertulia de agricultores: gente de campo y sentido común

Tras la comida, servida en el mismo centro de Toledo, las sesiones de la tarde fueron abriendo el debate y la búsqueda de herramientas para hacer frente a la destrucción del mundo rural. Una simpática tertulia, que contó con la participación de Luis Gil, José Luis Palacín, Marisa Pena y Juan de la Cruz San Román, nos demostró que aún hay mucha gente de campo que sigue en pie, trabajando día a día, conscientes de la infinidad de trabas a las que se enfrentan, pero, al mismo tiempo, dispuestos a dar la batalla en defensa de una forma de vida que es mucho más que una situación laboral. Valiosos testimonios directos sobre la situación del campo en Cantabria, en Aragón, en Albacete o en La Rioja que fueron además enriquecidos por las aportaciones del público. 


Mesa redonda final: tradición y despoblación

En la mesa redonda final, a la que se incorporaron Javier Garisoain y José Antonio Gallego, consejero de la Comunión, se hizo un repaso de los asuntos tratados o apuntados y se trató de aportar algo de luz sobre posibles soluciones o, al menos, sobre cuáles podrían ser las formas más eficaces y convenientes de lucha, aquí y ahora, para defender el tesoro que es la España rural, sus gentes, sus formas de vida, su espiritualidad, sus tradiciones, su patrimonio y su economía que, al fin y al cabo, es el sustento material del que viven o deberían vivir los españoles urbanitas. 

A modo de conclusiones, entresacamos los siguientes consejos o vías de acción en forma de decálogo: 

1. Hay que conocer la verdad. De nada sirve denunciar los últimos desmanes del gobierno o recordar la última tractorada si no se acomete una visión de conjunto de los problemas de la España rural. Esa visión general exige remontarse al origen del proceso revolucionario liberal que es el padre de todas las ideologías que han venido después.

2. Hay que difundir esa realidad y denunciar todos y cada uno de los ataques que recibe el campo: las mentiras del cambio climático antropogénico, el negocio de los grupos ecologistas, la rapiña de los fondos de inversión, la burocracia creciente que asfixia a autónomos y pequeñas empresas, la falta de libertad generalizada que aplasta con normas abusivas cualquier emprendimiento.

3. Hay que formarse en la lucha legal, organizar talleres de derecho activista para aprender a usar las leyes vigentes contra los enemigos de lo rural. 

4. Hay que meterse en política. Eso quiere decir concretar el compromiso y actuar dejando de lado cualquier tentación individualista o derrotista. Desde el concejo o la cooperativa hasta la política electoral convencional queda todavía mucho por hacer. 

5. Hay que abrir los ojos a la sociedad. La responsabilidad del Carlismo no pasa por postularse como un partido más que vuelva a caer en los mismos errores de la partitocracia. Nuestra misión es hacer ver a la gente, y a los distintos grupos que luchan cada uno a su aire, que el debate no es izquierda o derecha. Que tampoco se trata de elegir entre democracia o dictadura. Más allá de esas trampas del sistema es preciso entender que las soluciones no vendrán de ningún partido sino de los mismos españoles cuando comprendan que ya existía libertad antes del liberalismo, sociedad antes del socialismo, comunidad antes del comunismo o ecología antes del ecologismo. Cuando lo comprendan y se pongan manos a la obra con imaginación y confianza. 

6. Hay que volver al campo, pero volver de verdad. No para ser teletrabajadores urbanitas desterrados sino para implicarse de verdad en las formas de vida rurales y en las buenas tradiciones que aún perviven. 

7. Hay que sostener, recuperar o crear auténticas comunidades, luchando para que sean cada vez más autónomas o libres en economía, en educación, incluso en autodefensa. 

8. Hay que buscar, conocer y apoyar todos los núcleos de resistencia que estén ya actuando: disidentes individuales, grandes o pequeñas instituciones, iniciativas "guerrilleras" de toda clase. 

9. Hay que prepararse. Para lo que pueda venir, o para lo que va a venir.

10. Hay que confiar en la Providencia. Hemos hablado de España, de esa España rural que es todavía en muchos rincones un testimonio de la España católica. No se trata por tanto de emprender una pura lucha material, pues sin un auténtico Ideal, sin la luz espiritual que aporta el Evangelio no habrá forma de defender esa España rural que amamos. 

Y así, con estos ideales y propósitos, es como concluyeron los debates. Después de una excursión nocturna y cena compartida extramuros de Toledo concluyó el día más intenso del foro. 

Por último, el domingo, después de la Santa Misa, celebrada en la iglesia de los PP. Carmelitas, un grupo de foristas se trasladó tal como estaba previsto al parque PUY DU FOU donde pasaron unas horas disfrutando del mejor parque de España. Una iniciativa que merece todo nuestro aplauso por haber sabido juntar con sensibilidad y rigor la enseñanza de nuestra mejor historia y el entretenimiento familiar para todos los públicos. 



4 sept 2024

La hermana realidad



La hermana realidad es la realidad de las cosas. La verdad. Y es el servicio a la verdad lo que nos enfrenta a todas las ideologías, al relativismo, al voluntarismo caprichoso y a la mentira.

Y a más cosas. Porque esto es muy grande. A esta guerra natural en la que se baten nuestros pobres cerebros embotados hay que saber que se superpone un enfrentamiento espiritual, cósmico, porque Dios es el Dios de la verdad, aunque duela, y los demonios son siempre mentirosos, para halagarnos. 

Si la Fe que nos ofrece el Evangelio tuviera fisuras o negara cualquier verdad nadie podría alcanzar la conversión. Porque nuestra fe es exigente y verdadera, en tanto que las ideologías de Satán ofrecen explicaciones simpáticas y falsas. Uno no lo entiende todo al abrazar la fe. No lo abarca todo, porque esto no va de saltos mágicos y porque somos limitados. Lo que sí hace el hombre de fe es empezar a entender. Porque siguiendo a Quien es camino y vida se descubre cada día una nueva parte de verdad.

Tal vez lo mejor de todo sea que la verdad elimina los miedos. ¿Qué es lo que tememos sino las sombras, las traiciones y los sustos? La luz en cambio, la fidelidad, la confianza... despejan todos los temores. Amar la verdad es como estar en casa. De ahí viene el típico descaro que caracteriza a los santos y a los mártires.

¿Quieres conocer la verdad y vivir sin miedo? ¿Quieres ser auténtico? Entonces elige la pastilla correcta y sé libre. Todo lo demás te hará siervo de una matrix terrible y mentirosa. 

2 sept 2024

Neoestoicos



No se si es que los algoritmos de internet la han tomado conmigo o si es que la presente moda de propaganda estoica es tan fuerte como parece. No dejan de llegarme en twitter ristras de consejos básicos para machos alfa y recetas para tener una voluntad de hierro.

Todo eso está muy bien. Es lógico que la evidente blandenguería progre esté dando lugar a una ola creciente de neoestoicismo. ¿Será el típico mecanismo pendular de la historia mediante el cual los tiempos de crisis y decadencia acabarían produciendo hombres fuertes?.

Llegados a este punto es inevitable recordar la ingeniosa y un tanto fatalista cita del ex-marine y novelista estadounidense Michael Hopf: "Los tiempos difíciles crean hombres fuertes; los hombres fuertes crean tiempos fáciles; los tiempos fáciles crean hombres débiles; y los hombres débiles crean tiempos difíciles".

Estas palabras dicen la verdad pero no toda la verdad. Más parecen escritas por un budista oriental que por un cristiano. Lo cierto es que en la historia, en el mundo y en la naturaleza existen muchas cosas cíclicas -el huevo, la gallina, el huevo, la gallina...- pero no todo es circular. Hay un principio y hay un final. Hay una esfera y hay una cruz tal como nos lo enseñaba Chesterton. Hay un alfa y un omega.

Ojo por tanto con la amnesia del alma que nos está haciendo olvidar a Aquel que nos trajo la Gracia y el Espíritu y que se encarnó en la historia para romper con los ciclos de la fatalidad pagana. Ojo con el neoestoicismo. No somos hijos de Marco Aurelio o de Séneca sino de Pablo, Agustín y Aquino. Que el mundo de las ideologías haya enloquecido sobre las viejas ideas del Evangelio no nos da derecho a confiar nuestra vida a la oscuridad de los sabios precristianos.

Los cristianos conocemos bien esa tentación voluntarista, porque hemos tenido y tenemos aún aquí la amenaza del pelagianismo. O la del semipelagianismo, con las secuelas traumáticas que vienen asociadas al rigorismo, al conservadurismo, al puritanismo o, en su versión más extrema, al fariseismo.

Cuidado con la exageración de la voluntad, el amor propio y la testosterona. Bien están la reciedumbre, la hombría, y el vivir como adultos, pero no olvidemos que al final no nos salvaremos sin confianza, sin fe, sin caridad, sin abandono y sin infancia espiritual. Porque como bien dice la sabiduría del pueblo cristiano, al final de la jornada el que se salva sabe, y el que no, no sabe nada.

21 jul 2024

Sed perfectos en un mundo imperfecto



(Por Javier Garisoain ) - 

Alguna otra vez he escrito sobre esto pero hay que insistir en ello. 

El mundo moderno está empeñado en crear estructuras impolutas sin importar la podredumbre que contengan. Cree supersticiosamente que dejará de haber corruptos cuando el sistema perfeccione al máximo sus métodos científicos de control. Y no se da cuenta de que una manzana podrida hace más daño a las demás cuando es trasladada con sus compañeras a una perfecta caja hermética que si se mezcla con las sanas en un viejo cesto roto y aireado. No se da cuenta de que las flores más hermosas crecen cuando hay estiércol y que mueren cuando se les obliga a crecer en un ambiente estéril. 

En el mundo tradicional, y de forma especialmente vigorosa en la tradición de los países católicos, nos enseñaron que el foco no había que ponerlo en la perfección de las estructuras sino en la de las personas.

Porque el mandato de Jesús fue "sed perfectos" y no "cread estructuras perfectas". Hay que luchar contra las "estructuras de pecado" -que decía San Juan Pablo II-, sí, pero no soñando con estructuras impecables.  Las estructuras deben permitir y facilitar la perfección de las partes y de las personas -basta con eso- y no convertirse en aquellos sepulcros blanqueados que por fuera relucen como los palacios de cristal de Bruselas y por dentro están llenos de basura.

Aunque este mundo es imperfecto está hecho para dar cobijo a la perfección. Por eso lo grande suele ser feo y lo pequeño hermoso. Cualquiera de las grandes cosas que nos rodean son imperfectas y desequilibradas cuando se contemplan en su conjunto, pero  albergan en su seno maravillosas perfecciones. Así es como son las cosas. 

18 jul 2024

Lo de los funcionarios

(Por Javier Garisoain) - 

Uno de nuestros varios problemas políticos, y no el menor, es el desmadre de un funcionariado invadido por la inmoralidad y la falta de vocación. Hay demasiados funcionarios, sí, porque si no trabaja mas que una tercera parte de ellos tendrá que haber muchos para que esa tercera parte sea suficiente. 

Si es usted funcionario y se está enfadando conmigo al leer esto significa que no nos estamos entendiendo. Enfádese usted, pero no conmigo. No mate al mensajero. 

Estoy hablando de una lacra real. Y ante ella unos -los de los partidos progre-socialistas- huyen hacia adelante y siguen contratando personal pensando que si bien es verdad que no van a trabajar lo que deberían, al menos así se incrementará la masa de estómagos y votantes agradecidos. Otros, por reacción a esta inmoralidad general, caen en la tentación de soñar un mundo sin funcionarios. Grave error. Los funcionarios son necesarios. Son imprescindibles para el buen gobierno de una sociedad compleja. Lo que hace falta es que sean buenos funcionarios, que trabajen motivados, que cobren sueldos dignos... Se les tiene que exigir, lo mismo que se exige a cualquiera en un negocio particular. Y se les tiene que poder echar cuando no cumplan. 

¿Quedan aún buenos funcionarios? Sí, y seguramente son más de los que parece. Lo que pasa es que no consiguen trabajar como quisieran porque se tienen que sentar físicamente al lado de compañeros vagos y quejicas. Si yo fuera director general de algo habilitaría una oficina separada para ellos, para los que de verdad quisieran ganarse el jornal.

Y no solo eso, respetaría más su experiencia y su poder de decisión. ¿Soy muy crítico con los funcionarios? Sí, soy exigente... ¡porque quiero que sean ellos los que gobiernen! Creo que debieran ser ellos, personas entregadas, preparadas, con vocación, con afán de servicio, los encargados de llevar el peso del gobierno en el día a día y no lo que tenemos ahora, esas hordas de asesores y enchufados que entran y salen de los ministerios o consejerías, cada cual con su capricho y su ocurrencia, de la mano del partido ganador. 

Generalizo, pero no demasiado, si digo que hay departamentos de la Administración en los que el funcionariado es apenas una sombra. Un ejército medio inútil para el que se mantienen las oficinas y sobre cuya inoperancia deciden los políticos electoralistas contratando o externalizando las tareas cuando de verdad quieren sacar algún trabajo adelante. Cualquiera que haya tratado con alguno de los tentáculos de la Administración sabe a qué me refiero. 

En realidad lo que ha pasado con los funcionarios es lo mismo que pasó hace dos siglos con los reyes legítimos: se ha producido una usurpación. Lo que se le está exigiendo al funcionario número uno (el jefe del estado), es lo mismo que se espera de todos los demás servidores públicos: que sean como robots, que firmen lo que les pongan por delante, que no rechisten, que cobren y que miren para otro lado. ¿Quién, con un mínimo de dignidad, aguanta eso?

16 jul 2024

¿Sólo es un deporte?



(Por Javier Garisoain) - 

Pensándolo fríamente podríamos dejar la cosa en que los triunfos deportivos son eso, nada más que efímeras alegrías deportivas. Algo que nunca viene mal. Aunque sean en deportes inventados por los ingleses como el fútbol o el tenis. Pero esta sensación de unidad y de patriotismo que se está exteriorizando ahora de manera inimaginable ¿no podría mantenerse y encauzarse en la lucha por la España tradicional, para recuperar de alguna manera nuestra propia identidad hispana tan maltrecha?

Esta es la cuestión: ¿Es el fútbol tan sólo un opio del pueblo que sacia y controla nuestro afán de tener una Patria grande? ¿O podría ser una grieta a través de la cual, de forma inesperada, se abriera paso la idea de que somos más y mejor de lo que nos quieren hacer creer? ¿El inicio insospechado de un despertar con el que sacudirnos esta condición miserable de colonia sometida? El tiempo lo dirá, pero la solución está en nuestras manos.

El seleccionador Luis de la Fuente (del Bosque, de la Fuente... hay un patrón hasta en los apellidos) con ese aplomo que le caracteriza, lo ha dicho claramente en la celebración: "Unidos como estamos somos más fuertes. ¡Viva España!».

Pero lo mejor es cuando hablamos sobre qué tipo de unidad queremos. La división acorazada de los medios progres ha tratado de desviar -sin éxito- la atención hacia la cuestión de los futbolistas "racializados", como si unidad fuera lo mismo que multiculturalismo woke. O como si fuera la primera vez que hay deportistas negros en alguna selección. Vayan a explicar eso de tener moros en nuestra selección a los Regulares de Melilla que hace cien años que acogen moros en sus filas al servicio de España. El padre de Yamal es marroquí, cierto, pero por alguna razón se está insistiendo en que su madre es ecuatoguineana. En España tenemos memoria pero nunca fuimos racistas, es estúpido que nos hagamos ahora antirracistas.

No. La unidad que se palpa en multitud de gestos y conversaciones no es esa que habrían deseado los ideólogos del sistema, sino una unidad con elementos más profundos.

Es unidad en la fe, tal como lo han sabido transmitir en algunas de sus declaraciones el propio entrenador y otros jugadores como Rodrigo Hernández (Rodri), el mejor jugador del torneo que acaba de concluir. O como, por cierto, la bandera de España con el Sagrado Corazón que ha lucido en Wimbledon la familia de Carlos Alcaraz.

Es unidad entre todas las regiones de España, con pantallas y celebraciones en todos los pueblos, barrios y ciudades, también en los del lloriqueo separatista; unidad que incluye la presencia normalizada en la selección de jugadores vascos o catalanes, a pesar de la rabia y desesperación de los políticos antiespañoles.

Es unidad hispana, contra la leyenda negra, con invocaciones a Blas de Lezo y hasta con una reivindicación del Gibraltar español que ha sido propiciada gracias al equipo inglés, contrincante en la final. (Grandiosos por cierto los memes del rey de Inglaterra inaugurando el lienzo de Gibraltar español).

Es unidad también contra el mal gobierno, que se ha manifestado en gestos discutibles pero rotundos como las caras largas de los deportistas en su visita a Moncloa o en el no-saludo de Carvajal al presidente Sánchez.

Es unidad contra los rollos feministas o elegetebepé que están brillando por su ausencia como nunca, tal vez porque sus voceros no han sabido cómo meterlos en la noticia.

Y es, en fin, unidad en torno a principios sanos, sensatos y normales, nunca demasiado manidos, como son el esfuerzo, el sacrificio, la disciplina, el coraje, el mérito, el compañerismo, la generosidad o la familia. 

Por encima de algunas inevitables gamberradas hay tantas cosas buenas y normales en el acontecimiento... Hasta algún comentarista ha denominado jóvenes carlistas a un grupo espontáneo que salió a vitorear a España en Irún. Y en cierto modo tiene su lógica, porque estamos llegando al punto en que cuando se sale a la calle vitoreando a España, a la España de verdad, a la de siempre, es que no se puede ser mas que carlista. Salvo honrosas excepciones no queda más auténtico patriotismo que el que defiende la España Tradicional. Entonces ¿serán carlistas esos jóvenes? Muchos sí, claro, aunque aún no lo saben.

11 jul 2024

Por qué no soy marxista


(Por Javier Garisoain) - 

Circula por ahí una entrevista que hizo el difunto Sánchez-Dragó al difunto Gustavo Bueno en la que este se declara marxista porque dice que "el marxismo es un episodio en la historia de la cultura y del pensamiento" y que como "ha influido decisivamente en el curso de la humanidad no se puede prescindir de él". Pues que me perdone el bueno de Bueno pero eso no es ser marxista. Porque por esa regla de tres también habría que ser nazi en tanto que el nazismo es un episodio del que tampoco podemos prescindir. Supongo que en aquel momento a don Gustavo le dio un poco de pereza renegar de su marxismo juvenil. Ya se ve que el marxismo es algo bastante pegajoso.

Pero ser marxista es algo más. Para ser marxista hay que tener la superstición de que Marx fue un genio clarividente cuando la realidad es que fue un pseudoerudito desgraciado, amargado, colérico... y sucio.

El marxismo es una pseudorreligión que gracias a los 70 años de propaganda soviética ha endiosado a un pobre hombre. Es normal que sus adeptos piensen que estoy blasfemando contra su profeta cuando lo único que hago es poner las cosas en su sitio. Lean cualquier biografía un poco seria de Carlos Marx y verán que las intuiciones brillantes que tuvo -porque alguna tuvo-no justifican la veneración ciega que le tributan los comunistas.

Carlos Marx fue una mala persona, desagradecido y rencoroso, no ayudó nunca a ningún obrero, despreció a los que tuvo cerca, vivió como un parásito bohemio a costa del burgués empresario y rentista Engels. Sólo cuatro de sus ocho hijos llegaron a la edad adulta. Dos de ellas se suicidaron, el hijo oculto que tuvo con Helene, la sirvienta sin sueldo de la familia, Freddy, nunca fue reconocido por Marx. Hijo de judío converso se avergonzaba de su propia sangre. Fue un mediano poeta y periodista que se las daba de profeta, pero en ningún caso un autor serio ni científico. Toda el aura gloriosa de Marx es simple propaganda comunista. En realidad fue el colmo de la incoherencia. Y sí, además era un tipo bastante desaseado. Y ahora díganme si he exagerado en algo. Lean cualquier biografía medio neutral del personaje y búsquense algún otro profeta de vida un poco más edificante. Y de escritos un poco menos soporíferos.

Dicen los forofos del último profeta ateo que el comunismo marxista trajo cambios políticos importantes. Por supuesto. Esos "cambios" en busca del sistema político perfecto están recogidos en "El Libro Negro del Comunismo" que contabiliza así los más de 80 millones de muertos causados por la puesta en práctica de las profecías enloquecidas de Marx: 

60 millones en la República Popular China 
20 millones en la Unión Soviética 
2 millones en Corea del Norte 
2 millones en Camboya 
100 mil en los regímenes comunistas de Europa oriental 
100 mil en Hispanoamérica 
30 mil en África 
100 mil en la represión en la zona republicana durante la guerra civil española

En China el llamado "Gran Salto Adelante" del periodo 1958-1961, causó la Gran hambruna china y la destrucción del Tíbet. La Revolución Cultural del periodo 1966-1976 no fue mejor.

En la Unión Soviética la lista es terrible: campos de concentración del Gulag en el periodo 1918-1930; fusilamiento de rehenes o personas confinadas en prisión sin juicio y asesinato de obreros y campesinos rebeldes entre 1918 y 1922; liquidación y deportación de los cosacos del Don en 1920; la Hambruna de 1921-1922; la deportación de los kuláks de 1930 a 1932; la muerte de seis millones de ucranianos durante el Holodomor de 1932-1933; la Gran Purga de 1937-1938; la deportación de personas provenientes de Polonia, Ucrania, los países bálticos, Moldavia y Besarabia en los periodos 1939-1941 y 1944-1945; la deportación de los alemanes del Volga en 1941; la deportación y abandono de los tártaros de Crimea en 1943, de los chechenos en 1944 y de los ingusetios en 1944.

En Camboya el comunismo trajo cambios formidables como, por ejemplo, la deportación y exterminio de la población urbana.

Y todo esto sin contar los infinitos males espirituales causados por una pseudorreligión atea que normalizó la inmoralidad, la manipulación propagandística y la mentira como atributos del gobernante.

En fin, que cuidado con blanquear al marxismo como si fuera una inocua escuela de pensamiento. Hay por ahí marxistas declarados que a veces nos causan simpatía porque defienden un catolicismo ateo o un hispanismo racional. ¿Pudieran ser aliados en algún momento del pensamiento tradicional? Pudiera ser. Pero ojo, su pensamiento carece de consistencia porque mientras no renieguen de su ideólogo de cabecera no tendrán ninguna credibilidad.


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A partir del minuto 36:

10 jul 2024

Comunismo islamista



(Por Javier Garisoain) - 

Ahora mismo, en Francia y en toda Europa el comunismo y el islamismo van de la mano y por algo será. Para la mayoría de los políticos izquierdistas el Islam es un aliado. Es normal. Al fin y al cabo la umma (la comunidad) mahometana es un antecedente del comunismo marxista. 

El Islam no es una religión sino una ideología con algunos tintes supersticiosos que promueve un reino de Cristo sin Cristo, una comunidad sin Padre y sin caridad, un estado califal todopoderoso, y un voluntarismo sin limites basado en la ley del más fuerte. 

El Alá musulmán es como el Gran Arquitecto masónico, un ser lejano que no se mete en nuestras cosas. "Alá es grande" dicen, pero su lejanía lo empequeñece. Nuestro Dios cristiano en cambio se hace pequeño, y como está tan cercano resulta enorme. 

Además, para los mahometanos o para los comunistas no existe nada parecido a la sabiduría católica que distingue entre el Papa y el Emperador. Para todos ellos quien tiene la última palabra es el califa o el "amado lider" de turno. El sistema de purgas no lo inventó Stalin sino los Omeya. 

Algunos comunistas más inteligentes, como Santiago Armesilla o Roberto Vaquero, ven el Islam como un competidor molesto, e intentan una tercera vía que deje a salvo el "catolicismo ateo" de uno o el "patriotismo obrero" del otro. Pero nada de eso es creíble. Podrán renegar de la brutalidad yihadista, pero no lograrán despegarse de su inhumanidad mientras no renieguen de la ideología marxista.

Los peores enemigos del cristianismo siempre han sido los herejes o los ideólogos postcristianos. Mahoma y Marx tienen mucho el común. Muchísimo. Sus estados comunistas crecerán mientras haya un ambiente previo de embrutecimiento como el que provoca el liberalismo. Por eso los cristianos hemos de luchar, por este orden, primero contra la raíz corrosiva liberal, y luego contra todo el fanatismo comunista: contra el de la estrella roja y contra el de la media luna.

3 jul 2024

Las redes sociales son parte del mundo real



¿Recuerdan el caso de Alberto Pugilato, el músico neonazi que golpeó hace un mes al cómico Jaime Caravaca por responder con un mensaje soez y aberrosexualista en twitter a la tierna foto que Pugilato había publicado con su hijo de tres meses? Ha sido un caso sonado por diversos motivos, por dejar en evidencia la ordinariez de los progres; por demostrar que cuando haces algo bien da igual cuáles sean tus ideas; por dejar en ridículo al ministro socialista que pedía la cabeza del "agresor" cuando el mismo agredido ni ha querido denunciar e incluso ha pedido perdón por su infame mensaje inicial...

En mi opinión lo más interesante de este caso es que ayuda a borrar los límites entre lo virtual y lo real. Y eso es bueno. Porque en realidad esto que llamamos virtual también es real. Yo no soy un bot, soy un tipo de carne y hueso que está dedicando unos minutos de su vida a compartir esta reflexión. Es como si saliera a decirla a gritos en la plaza, con la diferencia de que aquí me leen un número mucho mayor de personas.

Ojalá todos entendamos que escribir en una red social no puede ser diferente a decir las cosas a la cara.

La cobardía y el mal gusto tan típicos en muchos usuarios se acabaría si supieras que te puede caer un guantazo como te pases de la raya.

El oficio de bufón siempre ha tenido sus riesgos, nadie lo duda, porque consiste en jugar con los limites de la paciencia ajena, pero la bofetada que ha recibido Jaime Caravaca, y él lo sabe, no ha sido un accidente laboral sino la consecuencia lógica de una cobardía de mal gusto que él escribió sin pensar que podría encontrarse en persona con el otro.

Esa maldita polarización creciente que tanto nos asusta se rebajaría si fuéramos todos un poquito más cuidadosos al escribir sobre nuestro prójimo, que ahora es todo aquel que tenga un móvil en el bolsillo.

Lo del velo


La crítica al velo islámico por parte de muchos occidentales es muy superficial. Y para criticarlo no se les ocurre mejor cosa que recordar con nostalgia los tiempos aquellos de las suecas en bikini, las minifaldas y el destape. 

Como si ir medio en cueros fuera más digno que una manifestación expresa de pudor. 

Hay cosas mucho peores que el velo en la cultura musulmana, como por ejemplo su falta de caridad con los conversos a Cristo, o su idea de yihad violenta como método de expansión de su credo. 

En la Europa cristiana, como en los países islámicos, el velo femenino ha sido desde tiempo inmemorial un signo de pudor llevado por las mujeres con libertad y dignidad. No es un símbolo propiamente religioso, ni político. 

Entre nosotros el uso riguroso se ha reservado a las monjas o religiosas consagradas. En el islamismo radical en cambio, como no tienen ni filtro ni medida, pretenden extenderlo de forma obligatoria a todas las mujeres y llevan algunos incluso su obsesión purista a aberraciones como el burka.

Así que no nos confundan. Que no le confundan señora. Que por ir malamente desvestida podrá ser una mala mahometana, pero que así nunca será mejor cristiana.

Un mes después de las elecciones europeas


Se va a cumplir casi un mes de las elecciones europeas y parece que fue un siglo. Esto es porque estamos acostumbrados a ver los procesos electorales como lo que son en realidad, una máquina, una tramoya, un rodillo.

Es verdad que la mitad de los electores españoles no fueron a votar. Algunos lo habrán hecho por desengaño consciente. Otros por simple dejadez. Y otros tantos sí que fueron, y hemos llegado a un punto en que la gente ha hecho callo, o ha asumido que la corrupción y el derroche de la casta es algo normal e inevitable. Porque los casos de corrupción ya no restan votos. A nadie.

La masa votante vota por colores y no parece que se cuestione mucho más. A los que votan rojo les da igual la famosa deriva sanchista; a los que votan azul les importa un bledo que les digan a la cara que son coalición con los rojos en Europa; a los que votan verde les da lo mismo meter en sus listas a progres ex-rojos como Girauta y compañía, o ese extraño sionismo radical a lo Milei.

Los partidos del sistema son lo que son. No dan más de sí.

¿Y fuera del sistema? La irrupción de Alvise es una anécdota porque desgraciadamente no profundiza. Su tono desenfadado, directo y bruto supone un desahogo para muchos. Es como una válvula de escape que sirve para bajar la presión. Es verdad que representa el hartazgo de los que quieren menos corrupción, mas patriotismo, más libertad y más seguridad. Pero el hecho de que Alvise aludiera en su discurso de la noche electoral al Chiquilicuatre en su discurso dice mucho sobre su programa.

Gracias a Alvise pasaremos algunos buenos ratos, disfrutaremos viendo algunos encontronazos con la casta o cuando saque los colores a más de uno pero ¿habrá algo más que eso? ¿Algo más que un corte de mangas con un punto de esperpento? Hará falta más, mucho más que eso para reconducir las cosas a una cierta normalidad, para que los españoles dejen de ser una masa amorfa y vuelvan a ser un pueblo.

Ultraderecha homosexualista



Vox ha diseñado y lanzado recientemente una campaña dirigida supuestamente a captar el voto de los homosexuales. En ella afirma que "Nosotros defendemos a las personas homosexuales". ¿Qué quieren decir eso? ¿De qué o de quién las defienden?

¿De los que pensamos que la homosexualidad es un desorden y el aberrosexualismo político una ideología corrosiva?

Si lo que quieren es que no haya palizas a los afeminados que denuncien cualquier clase de paliza callejera y punto. Que hagan como hacen con lo de la "violencia intrafamiliar" con la que se pide simplemente respeto para todos sin rollos feministas. ¿No?

Con este tipo de campañas Vox se hace un poquito el progre para que le perdonen la vida y dejen de llamarles fachas. Tal vez ganen algunos votos peperos.

Que les vaya bien, pero que no nos hablen de regeneración moral, de tradiciones o de reconquista. La resurrección de la España tradicional no vendrá de recortes en la verdad sino de su defensa radical, con caridad hacia todas las personas, y con intransigencia en los principios.

Lo más curioso es que el ala derechista de Vox, o sea, el guerrillero Alvise, también ha considerado oportuno pagar una pequeña cuota al aberrosexualismo reinante. En el discurso de su exitosa noche electoral decidió incluir la presunta homofobia de los musulmanes en la lista de los primeros problemas de España.

Y digo "presunta homofobia" a propósito porque la relación del islamismo con las aberraciones sexuales daría para hablar largo y tendido. El hecho de que las ultimas versiones rigoristas del islam -como las icónicas grúas de Teheran- sean represoras del homosexualismo no nos puede hacer olvidar que en otras escuelas, momentos y lugares los mismos musulmanes han tolerado y promovido todo tipo de vicios y aberraciones. El niño mártir San Pelayo es un buen testigo de ello. Porque fue asesinado por no consentir en ser sodomizado por Abderraman III y sus muchachos. En la refinada Córdoba del siglo X llegó a existir un barrio casi exclusivo para afeminados.

Esto sucede porque el Islam carece realmente de coherencia doctrinal o teológica. Tiene escuelas, corrientes... pero nada serio en conjunto. Por eso depende del poder político que levante la espada en cada momento. El Islam, más que una religión es un movimiento político, y por eso se suele llevar bien con los comunistas. Porque en realidad son comunistas. La "umma" islámica se parece mas al "partido" de los regímenes comunistas que a la comunión de los santos católica.

En fin, volviendo a esos gestos "gay friendly" de la derecha más derechosa: hay que condenar cualquier ataque gratuito a cualquier persona, claro que sí, pero ¿por qué entrar en ese juego de decir que aquí en occidente el homosexualismo es parte de nuestra cultura y poco menos que una institución que haya que defender? No. Ese no es el camino. "Demasiado mariconeo" también aquí, me temo.

2 jul 2024

Una crítica un poco bruta a la monarquía



Hace unos días, el escritor falangista Eduardo García Serrano, en una de las llamadas "tertulias de Ardemans" se vino arriba al comentar el episodio de la enésima firma notarial del actual jefe del estado y dijo lo siguiente:

"Esta repugnante monarquía que padecemos devastó el siglo XIX español. El indeseable de Fernando VII nos costó..., ¡bueno!, la p*** de su hija, la isabelona, nos costo... , el oligofrénico meapilas de su tito, el Carlos María Isidro, nos costó tres guerras carlistas. ¡España desangrándose por estos p**** borbones!"

¡Uf! 

Don Eduardo, si lee usted este mensaje, en primer lugar, encauce un poco sus ímpetus hombre. No se crea que por imitar el estilo avinagrado de Jiménez Losantos, le van a hacer más caso. 

Con ese vómito dirigido al rey legítimo, don Carlos María Isidro, Carlos V, se equivoca usted totalmente. Don Carlos no fue perfecto (los monárquicos de verdad no aspiramos a reyes perfectos) pero fue un dignísimo rey. Lea algo un poco serio sobre su azarosa vida. 

Si hubo tres guerras civiles en el XIX, esas que denominaron "carlistas", no fue por meras disputas genealógicas sino porque hubo españoles que no se resignaron a que su Patria se convirtiera en otra más de las republiquitas bananeras en que se fragmentó la Monarquía Católica. 

Eran españoles que se oponían al afrancesamiento ideológico. Que ofrendaron sus vidas para luchar contra los frutos podridos de la revolución francesa entre los que se incluyen -tomen nota- las ideas neopaganas, el culto a la diosa-nación, la glorificación del estado, la militarización de la política, la apuesta por la voluntad pura y el recurso a la fuerza bruta. Algunas de esas ideas, remozadas y repeinadas por algunos jóvenes europeístas hace 90 años, ya las defendieron antes los espadones liberales -los espartero, los o'donnell o los narváez- y lo único que consiguieron entonces fue sumergir a nuestra patria en la humillante condición de colonia. 

El verdadero patriotismo español no está en el españolismo bravucón antimonárquico, ni en el revoltijo derechista republicano, sino en la veneración sincera de nuestras tradiciones políticas. 

Lo de Euskalerria



Ha publicado UPN (Unión del Pueblo Navarro) un resumen en 8 puntos con lo que, según ellos, es "El ABC de la historia de Navarra". Se trata de una respuesta a aquellos que de cuando en cuando, por aquello del "café para todos", tratan a Navarra como si fuera un experimento autonómico reciente. 

El texto explica algunas cosas, pero cojea a la hora de explicar el peliagudo concepto de Euskalerria o Euskal Herria.

Lo que hay que explicar es que Euskalerria es una realidad cultural venerable. Realidad cultural, étnica y lingüística antiquísima que por su propia naturaleza tiene unas fronteras difusas. 

Y hay que contar la verdad: que lo que se inventaron los euskadianos de Sabino Arana no fue Euskalerria sino el uso de esa realidad cultural, étnica y lingüística de Euskalerria para crear otra republiquita bananera separada de España. Al estilo de las otras 30 republiquitas en que se disgregó la vieja Monarquía Católica, la antigua unidad política global que tantos vascos (Legazpi, Urdaneta, Ursua, de Lezo...) contribuyeron a forjar. 

¡Qué casualidad que la iluminación euskadiana viniera de la mano del complejo anglofilo de los Arana! La union jack daltonica que adoptaron por emblema les delata para siempre como agentes necios de la política internacional antihispana y negrolegendaria. 

Hacen bien los de UPN en subrayar que lo político es Navarra, las Vascongadas, el fuero y España. Pero hacen mal al despreciar el sustrato cultural vasco - Euskalerria- que no es ni antinavarro ni antiespañol porque la cultura, y la etnia, y la lengua no viven contra nada. 

Al revés, lo que hay que hacer con ese sustrato cultural es liberarlo de ataduras políticas de corto alcance. 

Hay que luchar para que deje de estar manipulado y al servicio de un proyecto político raquítico que nació racista con Sabino y que ha derivado en una red funcionarial progre al servicio de los mismos amos anglos.

29 jun 2024

Lo de Rubén Gisbert



Rubén Gisbert es un brillante discípulo del jurista Antonio García-Trevijano, pensador liberal que fue durante las últimas décadas una voz disidente dentro del espectro autodenominado como "demócrata", muy crítico con la forma partitocrática que adoptó el régimen nacido en la Transición.

Coincido bastante con Gisbert y su escuela cuando piden algo de oxígeno y una libertad razonable, cuando denuncian la corrupción en general y la partitocracia que es la corrupción y la tiranía perfecta institucionalizadas.

Pero como tantos otros Gisbert se queda corto en su análisis porque no logra escapar de las categorías que estableció hace 200 años la revolución liberal. Si no nos liberamos de las ideologías de la modernidad seguiremos dando palos de ciego.

Ahora Gisbert quiere transformar su asociación Junta Democrática de España en un partido político. Montar un partido no parece de entrada la mejor solución para acabar con la partitocracia, a no ser que como hacemos los carlistas se limite a pasar por la ventanilla por imperativo legal para poder funcionar como asociación política. Veremos. España es un país de guerrilleros. Guisbert, como el mismo Alvise o como todos esos youtubers inquietos y preocupados por la ruina de nuestra Patria podrían ayudar mucho, cada uno a su estilo, si en vez de darse codazos unos a otros se dedicaran a conocer y promover la verdad de la España tradicional, esa España -esa Hispanidad- que era libre antes del liberalismo, social antes del socialismo, comunal antes del comunismo, patriota antes del nacionalismo, respetuosa con la mujer antes del feminismo y ecológica antes del ecologismo.

La verdad es lo que dice la tele

Publica el diario ABC hace un par de días una "noticia" con el siguiente titular: "El 92% de los españoles es consciente de que «el colapso climático ha comenzado»". La entradilla que incluye la autora del texto es esta:

"En el nuevo estudio liderado por Veolia, se exponen las inquietudes de la ciudadanía respecto a la crisis medioambiental y la aceptación de las soluciones para abordarlo".

Pero lo más interesante es cómo empieza la noticia:

“Es fácil darse cuenta cuando lees el periódico, enciendes la radio o pones la televisión que el clima está cambiando en todos los rincones del planeta."

O sea, que si no sigues los medios oficiales no te enteras.

Ese es el problema.

Es de locos. Si hay algo para lo que no necesitamos la tele es para saber qué tiempo hace. 

Y sin embargo nos están manipulando para que creamos lo que dice la tele antes que lo que vemos y sentimos por nosotros mismos. 

Si son capaces de engañarnos en esto imagínense qué milongas nos contarán sobre lo que no percibimos directamente.

13 jun 2024

Don Felipe firmó ¿Qué se esperaban? (Actualizado, con vídeo de tertulia con Patricio Lons y Javier Barraycoa)



Están los constitucionalistas tristes porque - ¡quién lo iba a pensar!- don Felipe no ha hecho nada y, tal como estaba previsto, ha firmado la amnistía a Puigdemont y compañía. ¿Qué se esperaban? Este jarrón chino ha firmado, lo mismo que su padre, todo lo que se le ha pedido. Y cosas mucho más inmorales que la amnistía. 

Es un falso rey. No rige. Está donde está para dar un aire de respetabilidad al sistema. Una apariencia de legitimidad al gobierno de la colonia que somos. Nada más.

No es nada nuevo. ¿Que todo esto es una pena? Bueno, llevamos décadas o siglos de pena. Todos los gobernantes de la revolución liberal son felones. España está irreconocible desde hace 191 años, cuando los españoles despiertos tuvieron que alzarse contra su propio gobierno. Estas amnistías de ahora son rifi rafes entre canallas. Ajustes de cuentas en la mafia política. Simples peleas de hienas ante los despojos de España.

Se nos acumulan los motivos. Al principio, cuando irrumpieron las ideologías de la modernidad entre nosotros, teníamos muchos medios y algunas buenas razones. Aunque no tantas como ahora. Ahora que nos sobran motivos para salir a quemar todos los palacios de todos los tiranos... nos faltan medios. Este es el drama de la contrarrevolución. Dios proveerá.

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Una ampliación y comentarios sobre este asunto y sobre la monarquía en general en este programa de Patricio Lons, que tuvo la amabilidad de invitarnos a participar a Javier Barraycoa y a mí: 




Sobre Milei, la justicia social, la desvinculación, el liberalismo y las relaciones de mierda



Javier Milei es un bocazas y su obsesión antisocialista -que no digo que no esté justificada- no le da derecho a arramblar con lo poco que queda de la doctrina tradicional de la soberanía social de Jesucristo. Va por ahí repitiendo que "la justicia social es una aberración", y se queda tan ancho. Si los comunistas manipulan y tergiversan la verdadera justicia social denúnciese. Pero que no vengan los acomplejados derechistas proyanquis a defendernos el individualismo liberal o su american way of life como panacea. Y menos aún si lo hacen como Milei contaminados por sectas sionistas.

La verdadera justicia social es el ideal al que debe aspirar cualquier sistema político. La defensa de los derechos comunitarios, la limitación de los abusos y del egoísmo, la defensa de los más débiles no tienen nada que ver con los vómitos de Marx. Lo aberrante son las ideologías, tanto las marxistas como las liberales, no la justicia social, que se basa en el derecho natural y en la búsqueda del bien común.

Y hablando de ideologías... el último número de la revista La Antorcha es una maravilla. ¡Qué importante es centrarse en este enfoque de los vínculos! En sus páginas se habla de desvinculación, de ideologías, de relativismo, de individualismo... Se analizan perfectamente las consecuencias que sufre una sociedad enferma en su raíz. Es una pena que no se llega a rematar la jugada explicando que esa famosa desvinculación no es otra cosa sino el efecto lógico del liberalismo.

Cuando los carlistas nos alzamos contra la revolución liberal lo hicimos en defensa de los vínculos. Y de la libertad. Porque a ver si nos enteramos: el liberalismo no vino para hacernos libres sino para convertir a la libertad en una diosa intocable. Los cristianos en cambio -y de forma especialmente lúcida los católicos españoles- siempre entendimos que la libertad es un medio, y que está para ser usada, y que se ejerce cada vez que nos comprometemos, cuando vivimos en comunidad o cuando pronunciamos unos votos.

¿Viva la libertad carajo? Pues vale, pero si quieres ser libre usa la libertad, asume tu propia tradición, refuerza tus vínculos y lucha por ellos frente a los individuos masificables del "non serviam".

Y termino con otra evidencia. Ciertas publicaciones del sistema están explicando a lo bruto la inmoralidad reinante en España, la crisis del matrimonio y la familia, diciendo cosas como que "La relación de "pareja abierta" se abre camino entre zetas y millennials". "Relaciones liberales" lo llaman. Y está muy bien que usen esos términos porque así al fin entenderán algunos que el liberalismo era esto: relaciones de mierda.

El tipo de relación que puede establecerse en el marco del liberalismo, que proclama la desvinculación y la autodeterminación absoluta del individuo, no puede ser mas que una relación puramente utilitarista, cosificante, superficial. Cicerón enseñaba que no es posible la amistad entre los inmorales. De forma análoga ninguna relación puede fructificar allí donde se ha impuesto la peste liberal. La única que se cuida es la que une al individuo con el poder. Ello nos permitirá tener una vida libertina... bajo la supervisión estricta del Gran Hermano.