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21 jul 2024

Sed perfectos en un mundo imperfecto



(Por Javier Garisoain ) - 

Alguna otra vez he escrito sobre esto pero hay que insistir en ello. 

El mundo moderno está empeñado en crear estructuras impolutas sin importar la podredumbre que contengan. Cree supersticiosamente que dejará de haber corruptos cuando el sistema perfeccione al máximo sus métodos científicos de control. Y no se da cuenta de que una manzana podrida hace más daño a las demás cuando es trasladada con sus compañeras a una perfecta caja hermética que si se mezcla con las sanas en un viejo cesto roto y aireado. No se da cuenta de que las flores más hermosas crecen cuando hay estiércol y que mueren cuando se les obliga a crecer en un ambiente estéril. 

En el mundo tradicional, y de forma especialmente vigorosa en la tradición de los países católicos, nos enseñaron que el foco no había que ponerlo en la perfección de las estructuras sino en la de las personas.

Porque el mandato de Jesús fue "sed perfectos" y no "cread estructuras perfectas". Hay que luchar contra las "estructuras de pecado" -que decía San Juan Pablo II-, sí, pero no soñando con estructuras impecables.  Las estructuras deben permitir y facilitar la perfección de las partes y de las personas -basta con eso- y no convertirse en aquellos sepulcros blanqueados que por fuera relucen como los palacios de cristal de Bruselas y por dentro están llenos de basura.

Aunque este mundo es imperfecto está hecho para dar cobijo a la perfección. Por eso lo grande suele ser feo y lo pequeño hermoso. Cualquiera de las grandes cosas que nos rodean son imperfectas y desequilibradas cuando se contemplan en su conjunto, pero  albergan en su seno maravillosas perfecciones. Así es como son las cosas. 

18 jul 2024

Lo de los funcionarios

(Por Javier Garisoain) - 

Uno de nuestros varios problemas políticos, y no el menor, es el desmadre de un funcionariado invadido por la inmoralidad y la falta de vocación. Hay demasiados funcionarios, sí, porque si no trabaja mas que una tercera parte de ellos tendrá que haber muchos para que esa tercera parte sea suficiente. 

Si es usted funcionario y se está enfadando conmigo al leer esto significa que no nos estamos entendiendo. Enfádese usted, pero no conmigo. No mate al mensajero. 

Estoy hablando de una lacra real. Y ante ella unos -los de los partidos progre-socialistas- huyen hacia adelante y siguen contratando personal pensando que si bien es verdad que no van a trabajar lo que deberían, al menos así se incrementará la masa de estómagos y votantes agradecidos. Otros, por reacción a esta inmoralidad general, caen en la tentación de soñar un mundo sin funcionarios. Grave error. Los funcionarios son necesarios. Son imprescindibles para el buen gobierno de una sociedad compleja. Lo que hace falta es que sean buenos funcionarios, que trabajen motivados, que cobren sueldos dignos... Se les tiene que exigir, lo mismo que se exige a cualquiera en un negocio particular. Y se les tiene que poder echar cuando no cumplan. 

¿Quedan aún buenos funcionarios? Sí, y seguramente son más de los que parece. Lo que pasa es que no consiguen trabajar como quisieran porque se tienen que sentar físicamente al lado de compañeros vagos y quejicas. Si yo fuera director general de algo habilitaría una oficina separada para ellos, para los que de verdad quisieran ganarse el jornal.

Y no solo eso, respetaría más su experiencia y su poder de decisión. ¿Soy muy crítico con los funcionarios? Sí, soy exigente... ¡porque quiero que sean ellos los que gobiernen! Creo que debieran ser ellos, personas entregadas, preparadas, con vocación, con afán de servicio, los encargados de llevar el peso del gobierno en el día a día y no lo que tenemos ahora, esas hordas de asesores y enchufados que entran y salen de los ministerios o consejerías, cada cual con su capricho y su ocurrencia, de la mano del partido ganador. 

Generalizo, pero no demasiado, si digo que hay departamentos de la Administración en los que el funcionariado es apenas una sombra. Un ejército medio inútil para el que se mantienen las oficinas y sobre cuya inoperancia deciden los políticos electoralistas contratando o externalizando las tareas cuando de verdad quieren sacar algún trabajo adelante. Cualquiera que haya tratado con alguno de los tentáculos de la Administración sabe a qué me refiero. 

En realidad lo que ha pasado con los funcionarios es lo mismo que pasó hace dos siglos con los reyes legítimos: se ha producido una usurpación. Lo que se le está exigiendo al funcionario número uno (el jefe del estado), es lo mismo que se espera de todos los demás servidores públicos: que sean como robots, que firmen lo que les pongan por delante, que no rechisten, que cobren y que miren para otro lado. ¿Quién, con un mínimo de dignidad, aguanta eso?

16 jul 2024

¿Sólo es un deporte?



(Por Javier Garisoain) - 

Pensándolo fríamente podríamos dejar la cosa en que los triunfos deportivos son eso, nada más que efímeras alegrías deportivas. Algo que nunca viene mal. Aunque sean en deportes inventados por los ingleses como el fútbol o el tenis. Pero esta sensación de unidad y de patriotismo que se está exteriorizando ahora de manera inimaginable ¿no podría mantenerse y encauzarse en la lucha por la España tradicional, para recuperar de alguna manera nuestra propia identidad hispana tan maltrecha?

Esta es la cuestión: ¿Es el fútbol tan sólo un opio del pueblo que sacia y controla nuestro afán de tener una Patria grande? ¿O podría ser una grieta a través de la cual, de forma inesperada, se abriera paso la idea de que somos más y mejor de lo que nos quieren hacer creer? ¿El inicio insospechado de un despertar con el que sacudirnos esta condición miserable de colonia sometida? El tiempo lo dirá, pero la solución está en nuestras manos.

El seleccionador Luis de la Fuente (del Bosque, de la Fuente... hay un patrón hasta en los apellidos) con ese aplomo que le caracteriza, lo ha dicho claramente en la celebración: "Unidos como estamos somos más fuertes. ¡Viva España!».

Pero lo mejor es cuando hablamos sobre qué tipo de unidad queremos. La división acorazada de los medios progres ha tratado de desviar -sin éxito- la atención hacia la cuestión de los futbolistas "racializados", como si unidad fuera lo mismo que multiculturalismo woke. O como si fuera la primera vez que hay deportistas negros en alguna selección. Vayan a explicar eso de tener moros en nuestra selección a los Regulares de Melilla que hace cien años que acogen moros en sus filas al servicio de España. El padre de Yamal es marroquí, cierto, pero por alguna razón se está insistiendo en que su madre es ecuatoguineana. En España tenemos memoria pero nunca fuimos racistas, es estúpido que nos hagamos ahora antirracistas.

No. La unidad que se palpa en multitud de gestos y conversaciones no es esa que habrían deseado los ideólogos del sistema, sino una unidad con elementos más profundos.

Es unidad en la fe, tal como lo han sabido transmitir en algunas de sus declaraciones el propio entrenador y otros jugadores como Rodrigo Hernández (Rodri), el mejor jugador del torneo que acaba de concluir. O como, por cierto, la bandera de España con el Sagrado Corazón que ha lucido en Wimbledon la familia de Carlos Alcaraz.

Es unidad entre todas las regiones de España, con pantallas y celebraciones en todos los pueblos, barrios y ciudades, también en los del lloriqueo separatista; unidad que incluye la presencia normalizada en la selección de jugadores vascos o catalanes, a pesar de la rabia y desesperación de los políticos antiespañoles.

Es unidad hispana, contra la leyenda negra, con invocaciones a Blas de Lezo y hasta con una reivindicación del Gibraltar español que ha sido propiciada gracias al equipo inglés, contrincante en la final. (Grandiosos por cierto los memes del rey de Inglaterra inaugurando el lienzo de Gibraltar español).

Es unidad también contra el mal gobierno, que se ha manifestado en gestos discutibles pero rotundos como las caras largas de los deportistas en su visita a Moncloa o en el no-saludo de Carvajal al presidente Sánchez.

Es unidad contra los rollos feministas o elegetebepé que están brillando por su ausencia como nunca, tal vez porque sus voceros no han sabido cómo meterlos en la noticia.

Y es, en fin, unidad en torno a principios sanos, sensatos y normales, nunca demasiado manidos, como son el esfuerzo, el sacrificio, la disciplina, el coraje, el mérito, el compañerismo, la generosidad o la familia. 

Por encima de algunas inevitables gamberradas hay tantas cosas buenas y normales en el acontecimiento... Hasta algún comentarista ha denominado jóvenes carlistas a un grupo espontáneo que salió a vitorear a España en Irún. Y en cierto modo tiene su lógica, porque estamos llegando al punto en que cuando se sale a la calle vitoreando a España, a la España de verdad, a la de siempre, es que no se puede ser mas que carlista. Salvo honrosas excepciones no queda más auténtico patriotismo que el que defiende la España Tradicional. Entonces ¿serán carlistas esos jóvenes? Muchos sí, claro, aunque aún no lo saben.

11 jul 2024

Por qué no soy marxista


(Por Javier Garisoain) - 

Circula por ahí una entrevista que hizo el difunto Sánchez-Dragó al difunto Gustavo Bueno en la que este se declara marxista porque dice que "el marxismo es un episodio en la historia de la cultura y del pensamiento" y que como "ha influido decisivamente en el curso de la humanidad no se puede prescindir de él". Pues que me perdone el bueno de Bueno pero eso no es ser marxista. Porque por esa regla de tres también habría que ser nazi en tanto que el nazismo es un episodio del que tampoco podemos prescindir. Supongo que en aquel momento a don Gustavo le dio un poco de pereza renegar de su marxismo juvenil. Ya se ve que el marxismo es algo bastante pegajoso.

Pero ser marxista es algo más. Para ser marxista hay que tener la superstición de que Marx fue un genio clarividente cuando la realidad es que fue un pseudoerudito desgraciado, amargado, colérico... y sucio.

El marxismo es una pseudorreligión que gracias a los 70 años de propaganda soviética ha endiosado a un pobre hombre. Es normal que sus adeptos piensen que estoy blasfemando contra su profeta cuando lo único que hago es poner las cosas en su sitio. Lean cualquier biografía un poco seria de Carlos Marx y verán que las intuiciones brillantes que tuvo -porque alguna tuvo-no justifican la veneración ciega que le tributan los comunistas.

Carlos Marx fue una mala persona, desagradecido y rencoroso, no ayudó nunca a ningún obrero, despreció a los que tuvo cerca, vivió como un parásito bohemio a costa del burgués empresario y rentista Engels. Sólo cuatro de sus ocho hijos llegaron a la edad adulta. Dos de ellas se suicidaron, el hijo oculto que tuvo con Helene, la sirvienta sin sueldo de la familia, Freddy, nunca fue reconocido por Marx. Hijo de judío converso se avergonzaba de su propia sangre. Fue un mediano poeta y periodista que se las daba de profeta, pero en ningún caso un autor serio ni científico. Toda el aura gloriosa de Marx es simple propaganda comunista. En realidad fue el colmo de la incoherencia. Y sí, además era un tipo bastante desaseado. Y ahora díganme si he exagerado en algo. Lean cualquier biografía medio neutral del personaje y búsquense algún otro profeta de vida un poco más edificante. Y de escritos un poco menos soporíferos.

Dicen los forofos del último profeta ateo que el comunismo marxista trajo cambios políticos importantes. Por supuesto. Esos "cambios" en busca del sistema político perfecto están recogidos en "El Libro Negro del Comunismo" que contabiliza así los más de 80 millones de muertos causados por la puesta en práctica de las profecías enloquecidas de Marx: 

60 millones en la República Popular China 
20 millones en la Unión Soviética 
2 millones en Corea del Norte 
2 millones en Camboya 
100 mil en los regímenes comunistas de Europa oriental 
100 mil en Hispanoamérica 
30 mil en África 
100 mil en la represión en la zona republicana durante la guerra civil española

En China el llamado "Gran Salto Adelante" del periodo 1958-1961, causó la Gran hambruna china y la destrucción del Tíbet. La Revolución Cultural del periodo 1966-1976 no fue mejor.

En la Unión Soviética la lista es terrible: campos de concentración del Gulag en el periodo 1918-1930; fusilamiento de rehenes o personas confinadas en prisión sin juicio y asesinato de obreros y campesinos rebeldes entre 1918 y 1922; liquidación y deportación de los cosacos del Don en 1920; la Hambruna de 1921-1922; la deportación de los kuláks de 1930 a 1932; la muerte de seis millones de ucranianos durante el Holodomor de 1932-1933; la Gran Purga de 1937-1938; la deportación de personas provenientes de Polonia, Ucrania, los países bálticos, Moldavia y Besarabia en los periodos 1939-1941 y 1944-1945; la deportación de los alemanes del Volga en 1941; la deportación y abandono de los tártaros de Crimea en 1943, de los chechenos en 1944 y de los ingusetios en 1944.

En Camboya el comunismo trajo cambios formidables como, por ejemplo, la deportación y exterminio de la población urbana.

Y todo esto sin contar los infinitos males espirituales causados por una pseudorreligión atea que normalizó la inmoralidad, la manipulación propagandística y la mentira como atributos del gobernante.

En fin, que cuidado con blanquear al marxismo como si fuera una inocua escuela de pensamiento. Hay por ahí marxistas declarados que a veces nos causan simpatía porque defienden un catolicismo ateo o un hispanismo racional. ¿Pudieran ser aliados en algún momento del pensamiento tradicional? Pudiera ser. Pero ojo, su pensamiento carece de consistencia porque mientras no renieguen de su ideólogo de cabecera no tendrán ninguna credibilidad.


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A partir del minuto 36:

10 jul 2024

Comunismo islamista



(Por Javier Garisoain) - 

Ahora mismo, en Francia y en toda Europa el comunismo y el islamismo van de la mano y por algo será. Para la mayoría de los políticos izquierdistas el Islam es un aliado. Es normal. Al fin y al cabo la umma (la comunidad) mahometana es un antecedente del comunismo marxista. 

El Islam no es una religión sino una ideología con algunos tintes supersticiosos que promueve un reino de Cristo sin Cristo, una comunidad sin Padre y sin caridad, un estado califal todopoderoso, y un voluntarismo sin limites basado en la ley del más fuerte. 

El Alá musulmán es como el Gran Arquitecto masónico, un ser lejano que no se mete en nuestras cosas. "Alá es grande" dicen, pero su lejanía lo empequeñece. Nuestro Dios cristiano en cambio se hace pequeño, y como está tan cercano resulta enorme. 

Además, para los mahometanos o para los comunistas no existe nada parecido a la sabiduría católica que distingue entre el Papa y el Emperador. Para todos ellos quien tiene la última palabra es el califa o el "amado lider" de turno. El sistema de purgas no lo inventó Stalin sino los Omeya. 

Algunos comunistas más inteligentes, como Santiago Armesilla o Roberto Vaquero, ven el Islam como un competidor molesto, e intentan una tercera vía que deje a salvo el "catolicismo ateo" de uno o el "patriotismo obrero" del otro. Pero nada de eso es creíble. Podrán renegar de la brutalidad yihadista, pero no lograrán despegarse de su inhumanidad mientras no renieguen de la ideología marxista.

Los peores enemigos del cristianismo siempre han sido los herejes o los ideólogos postcristianos. Mahoma y Marx tienen mucho el común. Muchísimo. Sus estados comunistas crecerán mientras haya un ambiente previo de embrutecimiento como el que provoca el liberalismo. Por eso los cristianos hemos de luchar, por este orden, primero contra la raíz corrosiva liberal, y luego contra todo el fanatismo comunista: contra el de la estrella roja y contra el de la media luna.

3 jul 2024

Las redes sociales son parte del mundo real



¿Recuerdan el caso de Alberto Pugilato, el músico neonazi que golpeó hace un mes al cómico Jaime Caravaca por responder con un mensaje soez y aberrosexualista en twitter a la tierna foto que Pugilato había publicado con su hijo de tres meses? Ha sido un caso sonado por diversos motivos, por dejar en evidencia la ordinariez de los progres; por demostrar que cuando haces algo bien da igual cuáles sean tus ideas; por dejar en ridículo al ministro socialista que pedía la cabeza del "agresor" cuando el mismo agredido ni ha querido denunciar e incluso ha pedido perdón por su infame mensaje inicial...

En mi opinión lo más interesante de este caso es que ayuda a borrar los límites entre lo virtual y lo real. Y eso es bueno. Porque en realidad esto que llamamos virtual también es real. Yo no soy un bot, soy un tipo de carne y hueso que está dedicando unos minutos de su vida a compartir esta reflexión. Es como si saliera a decirla a gritos en la plaza, con la diferencia de que aquí me leen un número mucho mayor de personas.

Ojalá todos entendamos que escribir en una red social no puede ser diferente a decir las cosas a la cara.

La cobardía y el mal gusto tan típicos en muchos usuarios se acabaría si supieras que te puede caer un guantazo como te pases de la raya.

El oficio de bufón siempre ha tenido sus riesgos, nadie lo duda, porque consiste en jugar con los limites de la paciencia ajena, pero la bofetada que ha recibido Jaime Caravaca, y él lo sabe, no ha sido un accidente laboral sino la consecuencia lógica de una cobardía de mal gusto que él escribió sin pensar que podría encontrarse en persona con el otro.

Esa maldita polarización creciente que tanto nos asusta se rebajaría si fuéramos todos un poquito más cuidadosos al escribir sobre nuestro prójimo, que ahora es todo aquel que tenga un móvil en el bolsillo.

Lo del velo


La crítica al velo islámico por parte de muchos occidentales es muy superficial. Y para criticarlo no se les ocurre mejor cosa que recordar con nostalgia los tiempos aquellos de las suecas en bikini, las minifaldas y el destape. 

Como si ir medio en cueros fuera más digno que una manifestación expresa de pudor. 

Hay cosas mucho peores que el velo en la cultura musulmana, como por ejemplo su falta de caridad con los conversos a Cristo, o su idea de yihad violenta como método de expansión de su credo. 

En la Europa cristiana, como en los países islámicos, el velo femenino ha sido desde tiempo inmemorial un signo de pudor llevado por las mujeres con libertad y dignidad. No es un símbolo propiamente religioso, ni político. 

Entre nosotros el uso riguroso se ha reservado a las monjas o religiosas consagradas. En el islamismo radical en cambio, como no tienen ni filtro ni medida, pretenden extenderlo de forma obligatoria a todas las mujeres y llevan algunos incluso su obsesión purista a aberraciones como el burka.

Así que no nos confundan. Que no le confundan señora. Que por ir malamente desvestida podrá ser una mala mahometana, pero que así nunca será mejor cristiana.

Un mes después de las elecciones europeas


Se va a cumplir casi un mes de las elecciones europeas y parece que fue un siglo. Esto es porque estamos acostumbrados a ver los procesos electorales como lo que son en realidad, una máquina, una tramoya, un rodillo.

Es verdad que la mitad de los electores españoles no fueron a votar. Algunos lo habrán hecho por desengaño consciente. Otros por simple dejadez. Y otros tantos sí que fueron, y hemos llegado a un punto en que la gente ha hecho callo, o ha asumido que la corrupción y el derroche de la casta es algo normal e inevitable. Porque los casos de corrupción ya no restan votos. A nadie.

La masa votante vota por colores y no parece que se cuestione mucho más. A los que votan rojo les da igual la famosa deriva sanchista; a los que votan azul les importa un bledo que les digan a la cara que son coalición con los rojos en Europa; a los que votan verde les da lo mismo meter en sus listas a progres ex-rojos como Girauta y compañía, o ese extraño sionismo radical a lo Milei.

Los partidos del sistema son lo que son. No dan más de sí.

¿Y fuera del sistema? La irrupción de Alvise es una anécdota porque desgraciadamente no profundiza. Su tono desenfadado, directo y bruto supone un desahogo para muchos. Es como una válvula de escape que sirve para bajar la presión. Es verdad que representa el hartazgo de los que quieren menos corrupción, mas patriotismo, más libertad y más seguridad. Pero el hecho de que Alvise aludiera en su discurso de la noche electoral al Chiquilicuatre en su discurso dice mucho sobre su programa.

Gracias a Alvise pasaremos algunos buenos ratos, disfrutaremos viendo algunos encontronazos con la casta o cuando saque los colores a más de uno pero ¿habrá algo más que eso? ¿Algo más que un corte de mangas con un punto de esperpento? Hará falta más, mucho más que eso para reconducir las cosas a una cierta normalidad, para que los españoles dejen de ser una masa amorfa y vuelvan a ser un pueblo.

Ultraderecha homosexualista



Vox ha diseñado y lanzado recientemente una campaña dirigida supuestamente a captar el voto de los homosexuales. En ella afirma que "Nosotros defendemos a las personas homosexuales". ¿Qué quieren decir eso? ¿De qué o de quién las defienden?

¿De los que pensamos que la homosexualidad es un desorden y el aberrosexualismo político una ideología corrosiva?

Si lo que quieren es que no haya palizas a los afeminados que denuncien cualquier clase de paliza callejera y punto. Que hagan como hacen con lo de la "violencia intrafamiliar" con la que se pide simplemente respeto para todos sin rollos feministas. ¿No?

Con este tipo de campañas Vox se hace un poquito el progre para que le perdonen la vida y dejen de llamarles fachas. Tal vez ganen algunos votos peperos.

Que les vaya bien, pero que no nos hablen de regeneración moral, de tradiciones o de reconquista. La resurrección de la España tradicional no vendrá de recortes en la verdad sino de su defensa radical, con caridad hacia todas las personas, y con intransigencia en los principios.

Lo más curioso es que el ala derechista de Vox, o sea, el guerrillero Alvise, también ha considerado oportuno pagar una pequeña cuota al aberrosexualismo reinante. En el discurso de su exitosa noche electoral decidió incluir la presunta homofobia de los musulmanes en la lista de los primeros problemas de España.

Y digo "presunta homofobia" a propósito porque la relación del islamismo con las aberraciones sexuales daría para hablar largo y tendido. El hecho de que las ultimas versiones rigoristas del islam -como las icónicas grúas de Teheran- sean represoras del homosexualismo no nos puede hacer olvidar que en otras escuelas, momentos y lugares los mismos musulmanes han tolerado y promovido todo tipo de vicios y aberraciones. El niño mártir San Pelayo es un buen testigo de ello. Porque fue asesinado por no consentir en ser sodomizado por Abderraman III y sus muchachos. En la refinada Córdoba del siglo X llegó a existir un barrio casi exclusivo para afeminados.

Esto sucede porque el Islam carece realmente de coherencia doctrinal o teológica. Tiene escuelas, corrientes... pero nada serio en conjunto. Por eso depende del poder político que levante la espada en cada momento. El Islam, más que una religión es un movimiento político, y por eso se suele llevar bien con los comunistas. Porque en realidad son comunistas. La "umma" islámica se parece mas al "partido" de los regímenes comunistas que a la comunión de los santos católica.

En fin, volviendo a esos gestos "gay friendly" de la derecha más derechosa: hay que condenar cualquier ataque gratuito a cualquier persona, claro que sí, pero ¿por qué entrar en ese juego de decir que aquí en occidente el homosexualismo es parte de nuestra cultura y poco menos que una institución que haya que defender? No. Ese no es el camino. "Demasiado mariconeo" también aquí, me temo.

2 jul 2024

Una crítica un poco bruta a la monarquía



Hace unos días, el escritor falangista Eduardo García Serrano, en una de las llamadas "tertulias de Ardemans" se vino arriba al comentar el episodio de la enésima firma notarial del actual jefe del estado y dijo lo siguiente:

"Esta repugnante monarquía que padecemos devastó el siglo XIX español. El indeseable de Fernando VII nos costó..., ¡bueno!, la p*** de su hija, la isabelona, nos costo... , el oligofrénico meapilas de su tito, el Carlos María Isidro, nos costó tres guerras carlistas. ¡España desangrándose por estos p**** borbones!"

¡Uf! 

Don Eduardo, si lee usted este mensaje, en primer lugar, encauce un poco sus ímpetus hombre. No se crea que por imitar el estilo avinagrado de Jiménez Losantos, le van a hacer más caso. 

Con ese vómito dirigido al rey legítimo, don Carlos María Isidro, Carlos V, se equivoca usted totalmente. Don Carlos no fue perfecto (los monárquicos de verdad no aspiramos a reyes perfectos) pero fue un dignísimo rey. Lea algo un poco serio sobre su azarosa vida. 

Si hubo tres guerras civiles en el XIX, esas que denominaron "carlistas", no fue por meras disputas genealógicas sino porque hubo españoles que no se resignaron a que su Patria se convirtiera en otra más de las republiquitas bananeras en que se fragmentó la Monarquía Católica. 

Eran españoles que se oponían al afrancesamiento ideológico. Que ofrendaron sus vidas para luchar contra los frutos podridos de la revolución francesa entre los que se incluyen -tomen nota- las ideas neopaganas, el culto a la diosa-nación, la glorificación del estado, la militarización de la política, la apuesta por la voluntad pura y el recurso a la fuerza bruta. Algunas de esas ideas, remozadas y repeinadas por algunos jóvenes europeístas hace 90 años, ya las defendieron antes los espadones liberales -los espartero, los o'donnell o los narváez- y lo único que consiguieron entonces fue sumergir a nuestra patria en la humillante condición de colonia. 

El verdadero patriotismo español no está en el españolismo bravucón antimonárquico, ni en el revoltijo derechista republicano, sino en la veneración sincera de nuestras tradiciones políticas. 

Lo de Euskalerria



Ha publicado UPN (Unión del Pueblo Navarro) un resumen en 8 puntos con lo que, según ellos, es "El ABC de la historia de Navarra". Se trata de una respuesta a aquellos que de cuando en cuando, por aquello del "café para todos", tratan a Navarra como si fuera un experimento autonómico reciente. 

El texto explica algunas cosas, pero cojea a la hora de explicar el peliagudo concepto de Euskalerria o Euskal Herria.

Lo que hay que explicar es que Euskalerria es una realidad cultural venerable. Realidad cultural, étnica y lingüística antiquísima que por su propia naturaleza tiene unas fronteras difusas. 

Y hay que contar la verdad: que lo que se inventaron los euskadianos de Sabino Arana no fue Euskalerria sino el uso de esa realidad cultural, étnica y lingüística de Euskalerria para crear otra republiquita bananera separada de España. Al estilo de las otras 30 republiquitas en que se disgregó la vieja Monarquía Católica, la antigua unidad política global que tantos vascos (Legazpi, Urdaneta, Ursua, de Lezo...) contribuyeron a forjar. 

¡Qué casualidad que la iluminación euskadiana viniera de la mano del complejo anglofilo de los Arana! La union jack daltonica que adoptaron por emblema les delata para siempre como agentes necios de la política internacional antihispana y negrolegendaria. 

Hacen bien los de UPN en subrayar que lo político es Navarra, las Vascongadas, el fuero y España. Pero hacen mal al despreciar el sustrato cultural vasco - Euskalerria- que no es ni antinavarro ni antiespañol porque la cultura, y la etnia, y la lengua no viven contra nada. 

Al revés, lo que hay que hacer con ese sustrato cultural es liberarlo de ataduras políticas de corto alcance. 

Hay que luchar para que deje de estar manipulado y al servicio de un proyecto político raquítico que nació racista con Sabino y que ha derivado en una red funcionarial progre al servicio de los mismos amos anglos.

29 jun 2024

Lo de Rubén Gisbert



Rubén Gisbert es un brillante discípulo del jurista Antonio García-Trevijano, pensador liberal que fue durante las últimas décadas una voz disidente dentro del espectro autodenominado como "demócrata", muy crítico con la forma partitocrática que adoptó el régimen nacido en la Transición.

Coincido bastante con Gisbert y su escuela cuando piden algo de oxígeno y una libertad razonable, cuando denuncian la corrupción en general y la partitocracia que es la corrupción y la tiranía perfecta institucionalizadas.

Pero como tantos otros Gisbert se queda corto en su análisis porque no logra escapar de las categorías que estableció hace 200 años la revolución liberal. Si no nos liberamos de las ideologías de la modernidad seguiremos dando palos de ciego.

Ahora Gisbert quiere transformar su asociación Junta Democrática de España en un partido político. Montar un partido no parece de entrada la mejor solución para acabar con la partitocracia, a no ser que como hacemos los carlistas se limite a pasar por la ventanilla por imperativo legal para poder funcionar como asociación política. Veremos. España es un país de guerrilleros. Guisbert, como el mismo Alvise o como todos esos youtubers inquietos y preocupados por la ruina de nuestra Patria podrían ayudar mucho, cada uno a su estilo, si en vez de darse codazos unos a otros se dedicaran a conocer y promover la verdad de la España tradicional, esa España -esa Hispanidad- que era libre antes del liberalismo, social antes del socialismo, comunal antes del comunismo, patriota antes del nacionalismo, respetuosa con la mujer antes del feminismo y ecológica antes del ecologismo.

La verdad es lo que dice la tele

Publica el diario ABC hace un par de días una "noticia" con el siguiente titular: "El 92% de los españoles es consciente de que «el colapso climático ha comenzado»". La entradilla que incluye la autora del texto es esta:

"En el nuevo estudio liderado por Veolia, se exponen las inquietudes de la ciudadanía respecto a la crisis medioambiental y la aceptación de las soluciones para abordarlo".

Pero lo más interesante es cómo empieza la noticia:

“Es fácil darse cuenta cuando lees el periódico, enciendes la radio o pones la televisión que el clima está cambiando en todos los rincones del planeta."

O sea, que si no sigues los medios oficiales no te enteras.

Ese es el problema.

Es de locos. Si hay algo para lo que no necesitamos la tele es para saber qué tiempo hace. 

Y sin embargo nos están manipulando para que creamos lo que dice la tele antes que lo que vemos y sentimos por nosotros mismos. 

Si son capaces de engañarnos en esto imagínense qué milongas nos contarán sobre lo que no percibimos directamente.

13 jun 2024

Don Felipe firmó ¿Qué se esperaban? (Actualizado, con vídeo de tertulia con Patricio Lons y Javier Barraycoa)



Están los constitucionalistas tristes porque - ¡quién lo iba a pensar!- don Felipe no ha hecho nada y, tal como estaba previsto, ha firmado la amnistía a Puigdemont y compañía. ¿Qué se esperaban? Este jarrón chino ha firmado, lo mismo que su padre, todo lo que se le ha pedido. Y cosas mucho más inmorales que la amnistía. 

Es un falso rey. No rige. Está donde está para dar un aire de respetabilidad al sistema. Una apariencia de legitimidad al gobierno de la colonia que somos. Nada más.

No es nada nuevo. ¿Que todo esto es una pena? Bueno, llevamos décadas o siglos de pena. Todos los gobernantes de la revolución liberal son felones. España está irreconocible desde hace 191 años, cuando los españoles despiertos tuvieron que alzarse contra su propio gobierno. Estas amnistías de ahora son rifi rafes entre canallas. Ajustes de cuentas en la mafia política. Simples peleas de hienas ante los despojos de España.

Se nos acumulan los motivos. Al principio, cuando irrumpieron las ideologías de la modernidad entre nosotros, teníamos muchos medios y algunas buenas razones. Aunque no tantas como ahora. Ahora que nos sobran motivos para salir a quemar todos los palacios de todos los tiranos... nos faltan medios. Este es el drama de la contrarrevolución. Dios proveerá.

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Una ampliación y comentarios sobre este asunto y sobre la monarquía en general en este programa de Patricio Lons, que tuvo la amabilidad de invitarnos a participar a Javier Barraycoa y a mí: 




Sobre Milei, la justicia social, la desvinculación, el liberalismo y las relaciones de mierda



Javier Milei es un bocazas y su obsesión antisocialista -que no digo que no esté justificada- no le da derecho a arramblar con lo poco que queda de la doctrina tradicional de la soberanía social de Jesucristo. Va por ahí repitiendo que "la justicia social es una aberración", y se queda tan ancho. Si los comunistas manipulan y tergiversan la verdadera justicia social denúnciese. Pero que no vengan los acomplejados derechistas proyanquis a defendernos el individualismo liberal o su american way of life como panacea. Y menos aún si lo hacen como Milei contaminados por sectas sionistas.

La verdadera justicia social es el ideal al que debe aspirar cualquier sistema político. La defensa de los derechos comunitarios, la limitación de los abusos y del egoísmo, la defensa de los más débiles no tienen nada que ver con los vómitos de Marx. Lo aberrante son las ideologías, tanto las marxistas como las liberales, no la justicia social, que se basa en el derecho natural y en la búsqueda del bien común.

Y hablando de ideologías... el último número de la revista La Antorcha es una maravilla. ¡Qué importante es centrarse en este enfoque de los vínculos! En sus páginas se habla de desvinculación, de ideologías, de relativismo, de individualismo... Se analizan perfectamente las consecuencias que sufre una sociedad enferma en su raíz. Es una pena que no se llega a rematar la jugada explicando que esa famosa desvinculación no es otra cosa sino el efecto lógico del liberalismo.

Cuando los carlistas nos alzamos contra la revolución liberal lo hicimos en defensa de los vínculos. Y de la libertad. Porque a ver si nos enteramos: el liberalismo no vino para hacernos libres sino para convertir a la libertad en una diosa intocable. Los cristianos en cambio -y de forma especialmente lúcida los católicos españoles- siempre entendimos que la libertad es un medio, y que está para ser usada, y que se ejerce cada vez que nos comprometemos, cuando vivimos en comunidad o cuando pronunciamos unos votos.

¿Viva la libertad carajo? Pues vale, pero si quieres ser libre usa la libertad, asume tu propia tradición, refuerza tus vínculos y lucha por ellos frente a los individuos masificables del "non serviam".

Y termino con otra evidencia. Ciertas publicaciones del sistema están explicando a lo bruto la inmoralidad reinante en España, la crisis del matrimonio y la familia, diciendo cosas como que "La relación de "pareja abierta" se abre camino entre zetas y millennials". "Relaciones liberales" lo llaman. Y está muy bien que usen esos términos porque así al fin entenderán algunos que el liberalismo era esto: relaciones de mierda.

El tipo de relación que puede establecerse en el marco del liberalismo, que proclama la desvinculación y la autodeterminación absoluta del individuo, no puede ser mas que una relación puramente utilitarista, cosificante, superficial. Cicerón enseñaba que no es posible la amistad entre los inmorales. De forma análoga ninguna relación puede fructificar allí donde se ha impuesto la peste liberal. La única que se cuida es la que une al individuo con el poder. Ello nos permitirá tener una vida libertina... bajo la supervisión estricta del Gran Hermano.

26 abr 2024

Lo de Alvise


Atentos a esto de Alvise, que está intentando presentarse a las elecciones europeas con una candidatura independiente llamada "Se acabó la fiesta". Llevo tiempo diciendo que en tiempos revueltos es cuando surgen las guerrillas, los justicieros de buena intención y también, al mismo tiempo, los grupos de disidencia controlada, los señuelos y las falsas banderas. A veces es difícil distinguir unos y otros. En cualquier caso no es sano ni ilusionarse ingenuamente por todo, ni descartar cínicamente todo. Observar y analizar. El tiempo siempre pone a cada uno en su lugar.

Los que aún no se han desengañado con su partido, o los que han creado otro con la intención de hacer lo mismo pretendiendo un resultado distinto, claman contra la irrupción de guerrilleros como Luis Pérez. Porque les resulta una figura incómoda. Porque los esquemas de la partitocracia parecían la única política posible. Y porque además les pone en evidencia.

Alvise tiene a su favor una baza importante y es, paradójicamente, su personalismo. Su proyecto es muy personal y eso lo hace limitado pero eficaz. El día en que Alvise monte un partido al uso perderá todas sus posibilidades. Le pasó lo mismo a Pablo Iglesias II. No olvidemos que el primer logo de Podemos era la cara del coletas, luego se convirtió en un P.C. de manual y entre purgas y sectarismos acabó en la irrelevancia. Antes que Alvise hubo otros experimentos similares como los de Ruiz-Mateos o Jesús Gil. La diferencia es que Luis Pérez, hasta que se demuestre lo contrario, no encabeza ni una revancha personal ni unos intereses empresariales concretos. Eso lo hace más interesante. Mas que un empresario cabreado Alvise es la moda de los youtubers llevada a la política. ¿Y qué hay detrás de un youtuber? Generalmente muy poca cosa, por eso, como los antiguos guerrilleros resulta difícil de controlar. Porque para alguien acostumbrado a la artillería pesada es más sencillo abatir rinocerontes que mosquitos.

No conozco personalmente a Luis Pérez, no sé realmente si es auténtico o si le financia alguien a cambio de agendas ocultas. Lo que sé es que en estos momentos de descomposición general del sistema Alvise está diciendo con vigor unas cuantas verdades básicas en defensa de la libertad y de la identidad española. Y eso se agradece. ¿Que le falta fondo doctrinal? Por supuesto. ¿Que se arrima demasiado a otros francotiradores de ideología liberal? Eso es lo quizás lo peor. Pero aun así ojalá hubiera unos cuantos Alvises, guerrilleros patriotas en lucha contra un sistema que ha convertido a España en una maldita colonia. Seguiremos atentos. Lo dicho, ni emocionarse ingenuamente, ni recelar de todo como un cenizo. La vida es lucha, respetemos a los que así la viven.

22 abr 2024

Algo sobre economía: diez principios básicos



Me preguntan que cuál sería la postura económica del Carlismo, pero yo creo que no es bueno que en economía exista una postura económica cerrada. La economía no es una ciencia exacta. No existen recetas mágicas que garanticen la prosperidad o la ausencia de errores. La economía es una parte de la moral, un campo en el que lo más importante es tener en cuenta cuáles son los límites, cuál es el marco de lo lícito moralmente hablando. Dentro de ese marco -definido hace mucho tiempo por la Doctrina Social de la Iglesia- cabe una amplísima discusión sobre cuáles podrían ser las medidas a tomar en cualquier momento. Así a bote pronto se me ocurren estos diez principios básicos a los que debería ajustarse una política económica tradicional:

1. La propiedad privada es un bien, pero no es un bien absoluto sino que ha de estar supeditado al bien común. Eso de "lo quemé porque era mío" es inaceptable. 

2. La propiedad ha de estar repartida y no concentrada, ni en manos de unos pocos, ni en manos del estado. Que todos vean físicamente los límites de su propiedad.

3. La propiedad privada es un derecho personal, pero también de los cuerpos sociales naturales. Familias, municipios, asociaciones, universidades, fundaciones, cooperativas, instituciones religiosas, sociedades o asociaciones varias... necesitan disponer de un patrimonio para actuar con libertad.

4. La propiedad ha de fluir de unas generaciones a otras dentro de las familias y dentro de cada uno de los cuerpos sociales naturales. Saber que somos un eslabón en la cadena nos hace humildes a la vez que responsables. Herederos y libres a la vez.

5. La libertad de mercado es buena, pero no puede dejarse en manos de "la mano invisible". El anarcocapitalismo lleva necesariamente al consumismo y al abuso de los poderosos. 

6. La autoridad tiene el deber de supervisar, arbitrar, moderar y ordenar el mercado para que no se perjudique a los más débiles. Debe castigar todos los abusos como la publicidad engañosa o la usura.

7. Gran parte de los abusos vienen actualmente de la mano de la economía virtual, la especulación financiera, los fondos de inversión anónimos... todo lo que sea economía real, bienes tangibles -como quizás una vuelta al patrón oro- facilitará una economía más justa. 

8. Los sindicatos o asociaciones laborales deberían articularse en una organización sindical única, con amplias competencias, y tener una representación política directa en las Cortes. Lo mismo para los colegios profesionales y para todos los legítimos intereses económicos.

9. La mejor ayuda para la empresa no es la subvención sino la eliminación de trabas, burocracia e impuestos. 

10. El gasto gubernamental, apoyado en una deuda pública monstruosa, es un lastre para la economía general y un robo a las generaciones futuras. Es un derroche continuo en prebendas y subvenciones por culpa de la corrupción y de un sistema electoral clientelista. 

Creo que no hace falta decir mucho más. Agradecería sin embargo comentarios constructivos si alguien opina que me he dejado algo importante en el tintero.

21 abr 2024

Si el poder fuera servir...


Me preguntan a ver cómo entendemos los carlistas, dentro de nuestra concepción foral de la política, el problema del reparto regional de competencias en educación, o en sanidad, o en materia de orden público. Va todo en una misma pregunta, mezclando asuntos que aparentemente no tienen mucho que ver como son las políticas sanitarias, las educativas y las policiales. En realidad sí tiene sentido porque todo ello son servicios por los que debe velar la autoridad. Servicio, esa es la palabra. 

La cuestión es, ¿cómo se reparten esos servicios o cuidados en los distintos órdenes territoriales? La clave desde el punto de vista tradicionalista está en los principios de subsidiaridad y solidaridad: Todo aquello que pueda solucionar una entidad inferior no tiene por qué exigir la intervención de la entidad superior. Y todo aquello que no pueda solucionar el ente inferior requerirá una intervención del superior. Con este esquema da igual que hablemos de bacterias, de baja comprensión lectora o de delincuentes. Lo que podríamos llamar el talante fuerista exige liberar -y cristianizar- el concepto de soberanía de forma que el que ostenta la autoridad no sea tanto el que ordena y manda sino el que sirve. El gobernante cristiano, ya sea un padre de familia, un alcalde, un diputado o el rey, no está donde está para hacer lo que otros ya están haciendo sino para servir -subsidiariamente- haciendo aquello que es necesario y se ha quedado sin hacer.

En el sistema moderno, el de la ideología liberal y sus derivadas, como sucedía en los sistemas pre-cristianos, la autoridad se convierte en mero poder. Ya no está donde está para servir sino para extender, como un pulpo, su influencia, capricho y voluntad allí donde lleguen sus tentáculos. Por eso el mundo de la política, cuando prescinde de Dios, como pasa con los gansters, las mafias, los narcos o las maras, se reduce a una lucha de poderes contrapuestos. En ese mundo no hay fueros que valgan porque el poderoso llegará allí donde no encuentre la resistencia de otro poderoso. 

Me dirán que eso de una autoridad dispuesta a servir más que a mangonear es un sueño utópico e imposible. Bueno, pues esa es nuestra historia, la de la Cristiandad, la de un mundo imperfecto que se empeñó en seguir ese ideal "imposible" que anunció Jesús en el Evangelio: Mateo 20: 25-26: "Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor"

La burocracia y los enchufes


Nunca han existido tanta burocracia, tantas normas o tantos controles protocolarios en la Administración. Y sin embargo nunca, como ahora, han sido tan necesarios los enchufes y el conocer a alguien para saltarse una lista de espera médica, resolver un problema judicial o agilizar cualquier trámite administrativo. La democracia era esto. Todos iguales pero unos más iguales que otros.

Pero no se crean que denuncio esto porque esté a favor de "perfeccionar" -o sea, de deshumanizar aún más- el sistema o porque me molesten los enchufes. Al revés, estoy convencido de que las cosas funcionarían mejor con menos burocracia, menos controles, menos robots parlantes y más humanidad. ¿Y con más enchufismo y amiguismo? Pues sí, también con eso, dentro de un orden. ¿Cuántas veces han ido a resolver una tontería y el funcionario o empleado de turno les ha dicho eso de "lo siento, pero el sistema no me deja"? Las normas están bien como pauta general pero incluso el sistema más perfecto hace sufrir a infinidad de personas en infinidad de ocasiones porque no es capaz de detectar y solucionar los pequeños problemas con la agilidad que caracteriza a una persona empática. El hecho de facilitar las cosas a alguien por el hecho de conocerle es lo más humano del mundo y debería ser lo más normal. Naturalmente que habrá que evitar los abusos, pero también habrá que tener en cuenta que sin esa válvula de escape de los enchufismos esto ya habría reventado por alguna parte.

He dicho "dentro de un orden", porque las recomendaciones interesadas, los sobornos, los tráficos de influencias o las mordidas son precisamente los males que sirven de justificación a los puritanos de la norma, a los que dicen que para evitar esa corrupción la única solución posible es establecer unas normas inhumanas. No. Porque esas normas dificultan la vida a los inocentes de tal forma que es peor el remedio que la enfermedad. Si hay abusos persíganse, pero no a costa de fastidiar a la mayor parte de la gente. Hay un ladrón asaltando viviendas. Lo lógico sería que la autoridad persiguiera a ese ladrón. Pero no, la mentalidad burocrática no se centra en eso, prefiere obligar bajo multa a todo el mundo a poner cerrojos o decretar un toque de queda en vez de centrar sus esfuerzos en detener al criminal.

Si queremos un mundo mas amable, más humano, más nos valdría anteponer cosas tan humanas como la amistad por encima del cumplimiento de la norma. En definitiva, dar l sistema un enfoque más empático de forma que si alguien se salta la cola todo el mundo entienda que es porque se trata de una excepción, o de una emergencia, y no de un caradura. Porque ¿Qué es más difícil? ¿Tener muchos amigos o cumplir todas las normas? No hablo de eliminar la norma. Hablo de anteponer la humanidad. Como cuando en la circulación rodada prevalece lo que diga el guardia por encima de la señalética.

En definitiva, que cuando las leyes se hacen para el hombre, con sentido común y proporcionadas, no se hace tan necesario el auxilio extraoficial. Pero cuando, como ahora, se exagera el cumplimiento de forma farisaica, la única manera de no convertirse en robot, esclavo de la ley, es recurrir a la ayuda de amigos y conocidos. Moraleja, tengan amigos porque eso es lo que abre puertas, y si está en su mano favorecer a alguien -dentro de un orden- háganlo, porque el mayor placer del mundo es ese: servir.

6 abr 2024

No quieren la reconciliación


Las ideologías inmanentistas que sustentan el progresismo triunfante no creen en el perdón o la reconciliación. Para ellos la reparación es revancha, y la memoria es simple reescritura de la historia. Neologismos como memorialismo, resignificación o negacionismo ocultan su incapacidad para trascender, para perdonar y para convivir. Por eso no van a parar. Por eso piden la demolición del Monumento de Pamplona o dinamita para la Cruz más grande del mundo.

No se contentan con reivindicar la memoria de la España roja, no les basta con publicar libros o levantar memoriales a sus muertos. Eso sería -es- entendible y hasta respetable. El problema es que necesitan destruir la memoria, los monumentos y los recuerdos de los demás, necesitan imponer su visión sectaria de las cosas, necesitan azuzar el victimismo en todos los ámbitos. Es absurdo negociar con ellos porque carecen de empatía y buena voluntad. Siempre he creído que debemos intentar un acercamiento entre los extremos, siempre trabajar por la paz. Pero seamos realistas. O se les hace entender que hay que respetar o esto acabará muy mal.

En cuanto al caso de Navarra es preciso recordar que la guerra del 36-39 afectó a toda España. Es tramposo presentar el caso de Navarra como si fuera una isla criminal. Es injusto catalogar a todos los combatientes de un lado como "cuneteros", lo mismo que sería inaceptable llamar "violamonjas" a los del otro. Seamos sinceros, ¿qué habría pasado en Navarra si llegan a ganar los rojos? ¿Qué pasó con los carlistas o los católicos en general en Cataluña y Valencia? Dejen la historia a los historiadores, denuncien los crímenes verdaderos y documéntenlos. Yo estaré con ustedes a la hora de condenarlos. Pero no cometan la injusticia de insultar a toda una generación que -mal que les pese- se alzó con libertad y valentía para servir a sus ideales con nobleza.

Por otra parte, si alguno pensaba que exhumando los huesos ilustres que reposaban tanto en Cuelgamuros como en el Monumento de Navarra se iba a apaciguar el talibanismo rojo verá que estaba muy equivocado. No buscan la reconciliación sino la pura revancha. No justicia sino venganza. Los huesos eran un peldaño necesario en sus planes. Los huesos solo reciben respeto cuando se cree en algo trascendente. Si no crees en nada la sobreactuación por las fosas o la recuperación de restos es pura hipocresía, una pose que se adopta para humillar al adversario.

Lo peor es que esto se veía venir. Que si hemos llegado a este punto es gracias a la estrategia malminorista que infecta desde hace décadas a los dirigentes políticos y sociales del conservadurismo más o menos católico. Cada retroceso, cada cesión, nos la han vendido como la solución definitiva al conflicto. Tienen tanto miedo que no se dan cuenta, o sí, de que ceder al chantaje mafioso de quienes no creen en nada es preparar la próxima humillación. Es ya muy tarde. Se ha perdido mucho. Pero no se ha perdido todo si un número suficiente de españoles se organiza, resiste con paciencia, documenta los hechos y se conjura en no ceder nunca más, ni un paso que vaya en detrimento de la verdad o de la honra de nuestros muertos. Porque aquí resulta que todo el mundo tiene sus muertos. La diferencia es que nosotros honramos cuerpo y alma. Ellos sólo huesos.