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21 dic 2020

Se cumplieron las profecías políticas del Carlismo. ¿Y ahora qué?



Los carlistas tenemos un problema. Llevamos toda la vida, pero especialmente el último medio siglo en plan profeta, anunciando las desgracias que iban a ir viniendo. Y todo se ha cumplido. Anunciamos, como si fuera una escalera previsible de calamidades, una tras otra, el divorcio, el aborto, la eutanasia, la destrucción de la familia, el aberrosexualismo, la venta de España, el sometimiento general a la cultura anglosajona, el avance de los separatismos, la perdida de libertades, la despoblación, la crisis rural, y la urbana, la inmigración desordenada, la perdida de las tradiciones, la manipulación de las culturas y lenguas regionales, la droga y otras adicciones, la pornografía, la crisis de autoridad, el totalitarismo en la enseñanza, el feísmo, la cultura de la subvención, la manipulación de la historia, el laicismo, el anticlericalismo, la cristofobia, la descristianización sistemática... Y todo se ha ido cumpliendo, una cosa ha llevado a la otra porque los males nunca vienen solos. Porque todos ellos están íntimamente relacionados. 

La frase más repetida por los carlistas en las últimas décadas ha sido esa tan manida de "Tronos a las premisas, cadalsos a las consecuencias". Es una sentencia que recoge a la perfección la incoherencia de los que se iban lamentando por cada nuevo peldaño en la degradación general de las cosas sin querer reconocer que, paso a paso, seguíamos descendiendo porque en su momento alguien decidió que había que bajar. 

Ahora ya pocos avisos nos quedan. ¿La tercera república?, ¿la persecución abierta?, ¿el modelo chino de totalitarismo?... Todo ello, aunque terrible, no dejaría de ser una vuelta de tuerca más en una sucesión de hechos lógicamente perversa. Los que han escuchado la voz del tradicionalismo clamando en el desierto ya saben qué cabe esperar. Los que se rieron de nosotros han sido barridos por la ola. Por nuestra parte de nada nos serviría, sino para engordar el orgullo, exigir que se nos reconociera que teníamos razón. Sí, por supuesto que la teníamos... ¿pero ahora qué?

Ahora se abre un tiempo nuevo. La travesía del desierto toca a su fin. ¿Para llegar a la Tierra Prometida? Si, al final sí, por supuesto. Estamos llenos de esperanza. Pero no somos ingenuos. Después del desierto vienen las tribulaciones, la lucha contra los filisteos, el combate de David contra Goliat, y también la resistencia martirial de los Macabeos.

Llegan tiempos de acción mas que de precaución. Todos nuestros avisos son humo y llegan tarde. Ahora ya no es momento de más profecías políticas sino de organizar la resistencia y la reacción. Si has leído hasta aquí... quienquiera que seas, y estás donde estés, crea un núcleo de resistencia, una guerrilla política, social, cultural o, simplemente, familiar. Allí donde perviva un núcleo carlista ponte a su servicio. La Comunión Tradicionalista Carlista permanece vigilante y se está preparando, con humildad, con constancia, con toda su experiencia. Si llegas ahora se bienvenido. No será fácil. Ten ánimo, ten fe, haz lo que debas... Y suceda lo que Dios quiera.

16 dic 2020

¿Así se defiende el bable?


Noreña, Principado de Asturias, 2020.

Hay amores que matan. A estos extremos de subnormalidad pueden llevarnos los partidos políticos para aparentar que hacen algo por su trocito de tarta cuando realmente lo que hacen es dejarla a la altura del barro. Este tipo de señalética idiota hace más daño a la conservación del bable asturiano y a la imagen de Asturias que cualquier otra cosa. Llenando las calles de letras innecesarias lo que consiguen es presentar al bable como un capricho estúpido. 

La defensa de los idiomas minoritarios o de los dialectos se tendría que hacer de otra forma, no empeñándose en las señales. Haciendo cosas inteligentes y no esas mamarrachadas. Convocando concursos literarios, por ejemplo, o ayudando tal vez a algún programa de radio pero no con estas mamarrachadas. 

Y es que además la consecuencia política ya saben cuál es: lograr un desapego cada vez mayor de la idea de España entre los jóvenes y alentar a pirados como los que reivindican esa fantasmal "república asturiana" de la pegatina. 

Como nos pongamos todos los españoles -los gaditanos por poner un ejemplo- a transcribir nuestras diferentes hablas vamos a necesitar muchos muchos letreros. 

Leyendo discursos navideños


Hace unos días corría como la pólvora en los móviles de los católicos, ansiosos por compartir alguna buena noticia, el discurso que con voz titubeante leía Isabel Díaz Ayuso para inaugurar el belén madrileño de la Puerta del Sol. 

El contenido de sus palabras no cuadraba mucho con lo que el partido político de esta importante política del PP viene haciendo desde hace décadas para descristianizar España. Pero es igual. Que la realidad no nos fastidie más de la cuenta. Algunos se llevarían un chasco si supieran que la señora Ayuso decía cosas como estas en una entrevista que publicó el diario El País en mayo de 2019: 

"Respecto al aborto soy partidaria de que cada mujer decida qué quiere hacer con su vida". 

"De niña perdí la fe, a los nueve años, a la edad de hacer la comunión, más o menos."

Así que mejor no emocionarse tanto. Aplaudan el mensaje. Dios escribe derecho también con aquellos que no tendrían ninguna autoridad si no se le hubiera dado de lo alto. Alégrense de cada paso que se de en la buena dirección, pero permanezcan atentos a los engaños de los partidos malminoristas. Por mi parte empezaré a creer en la sinceridad de esta señora política cuando lea un discurso similar en el próximo Congreso nacional del PP.

Otro a quien también se nota que le han escrito el discurso es al presidente (de momento) de Estados Unidos. El contenido es impresionante, digno de un cardenal de la Iglesia. Lo que pasa es que no lo lee igual que Ayuso... es como si estuviera pidiendo un milagro. 


https://youtu.be/FmGiIRHrHC0

Y hablando de políticos y religión... Ahora mismo sería un buen momento para recordar que NO se puede excomulgar a los políticos que van a traer la eutanasia. Por una simple razón y es que ya quedaron excomulgados antes por traer el aborto. 

1 dic 2020

Opiniones deleznables


Siempre he pensado que existen opiniones equivocadas, que sobre gustos no hay nada escrito aunque hay gustos que merecen palos. Solo aquel que cree en la existencia de verdades puede tener el privilegio de denunciar los errores y las mentiras. Siempre me han enseñado que lo que son respetables son las personas y no lo que estas puedan decir; porque hay que maldecir al pecado, no al pecador. Sin embargo, hasta ahora, el mantra típico de las ideologías progres era ese que decía que "todas las opiniones son respetables".

¿Decían eso por convencimiento, o más bien como táctica para ir haciendo respetables sus errores? 

Por fin tenemos la respuesta. Una vez alcanzada la hegemonía cultural o, de alguna forma, todos los resortes del poder, la mezcolanza ideológica progre ha dado la vuelta a la tortilla. Se acabó la respetabilidad de las minorías. A partir de ahora ya sólo sirve el pensamiento único, la voz de la OMS, lo que diga la prensa oficial, las agencias de verificación o las empresas de Cupertino. 

Ayer mismo, uno de esos gurús progres que lo mismo sirven para profesor de filosofía, que para candidato del PNV, que para asesor de la "marca España" afirmaba en un tuit que existen "opiniones deleznables". Es reconfortante saber que empezamos a coincidir en algo. Pero al mismo tiempo resulta alarmante entender que aquella respetabilidad que exigieron para sus ideas cuando eran marginales ya no sirve ahora para nosotros, los apestados que ya no sumamos la mitad mas uno. 

Acabamos de asistir a la enésima manifestación multitudinaria contra la enésima ley de educación. Y lo único que queda en el aire es una pregunta: ¿para qué ha servido? En una familia normal, cuando el padre decide que vamos de excursión, aunque cuente con el respaldo de la mayoría, sabe que tiene que negociar si se alza alguna voz en contra. Porque su aspiración no es satisfacer a la mayoría sino tener a toda su gente contenta. ¿Qué suelen hacer en cambio los gobiernos con las manifestaciones? Ignorarlas. Y cuando eso no es posible ridiculizarlas. 

El respeto a las minorías ha muerto. Ahora todo lo que no sea mayoritario entra en la categoría de bulo, de fake o de discurso de odio. Los que hemos quedado fuera de esa mayoría triunfante ya no tenemos ideas, tenemos fobias. Ya no somos una diversidad protegible sino una anomalía a extinguir. Nuestras opiniones ya no son respetables. Son deleznables.