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1 nov 2021

¡Lucha! (Que Alguien Haga Algo Nº52)



Se puede luchar en todo y con todo. Y de tantas formas diferentes que parece que hablar de lucha parece que no es decir nada. En los tiempos primitivos, cuando luchar significaba romper cabezas o embestir con una lanza nos entendíamos mejor. Ahora luchamos, o nos creemos que luchamos, escribiendo un tuit incisivo. Nos hemos vuelto tan finos que si alguna vez nos encontramos con una lucha auténtica corremos a llamar a la policía, porque nos parece intolerable un simple empujón, no digamos lo que sería un cruce de espadas. Y sin embargo hay algo que permanece en el espíritu humano más allá de las formas cambiantes. Es una actitud que tiene que ver con el coraje, es un espíritu que nace del hombre libre y que se puede poner del lado de una causa noble lo mismo que de cualquier vicio. A veces el espíritu de lucha es lo único que distingue al vivo del muerto. Al dueño de sí del esclavo. Ya podríamos rendir pleitesía intelectual a la mejor de las causas, podríamos asentir y hasta dejarnos enrolar en cualquier ejército, si nos falta el espíritu de lucha no seremos mas que un bulto arrojadizo, pura carne de cañón. El espíritu de lucha vive hoy apenas refugiado y estilizado en el deporte, o desnaturalizado de su sentido originario cuando se habla de la lucha contra la enfermedad. Cuesta ver luchadores de verdad en la empresa, en la justicia, en la verdad. Lo propio de la lucha no es el recurso a la fuerza necesariamente sino la existencia de una confrontación cuerpo a cuerpo. Por eso las guerras futuristas, protagonizadas por drones asesinos o por misiles de largo alcance no son verdadera lucha y son por ello manifestaciones extremas de inhumanidad.

Cuando luches, ya sea físicamente o con alguna de las técnicas incruentas de la modernidad, procura mirar cara a cara a tu enemigo. Trata de comprender sus razones, o sus errores, y de respetar su decisión y su valentía de luchador. Entenderás que la verdadera victoria no consiste en aniquilar al adversario sino en transformarlo en compañero de lucha.