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30 sept 2016

El adiós de un navarro

Se nos ha ido un navarro de los de antes. De los de siempre. Acaba de fallecer mi suegro, José María Guindano Ciprés. Un hombre cabal, un cristiano de pies a cabeza, una vida plena, de trabajo, de generosidad, 9 hijos, 8 nietos...

"Sólo siento no haber amado más a Dios" nos decía el pasado domingo, en su despedida, acompañado por su esposa y sus hijos. ¿Qué es al fin y al cabo lo importante, a la hora de la verdad?

"El quererse, siempre os he querido, lo primero es el querer". Jose Mari no deseaba pronunciar la palabra amor, tan elevada, y tan adulterada. Amar es querer el bien del otro. Y si no no es amor.

"No estamos para ser héroes, sino para ser santos". Al echar la vista atrás desde esa atalaya que supone una enfermedad larga, ese "hermano cáncer" que le ha ofrecido tantos ratos para meditar y discernir, José Mari entendía que: "No se puede ser perfectos, pero lo que nunca me ha faltado es una pauta"... Qué forma más certera de explicar la luz de la fe. La única luz que puede hacernos santos. ¿Cómo será vivir sin ella? ¿Y cómo morir sin ella?

"La alegría más grande, un hijo sacerdote". La alegría -y el privilegio- de tener a su hijo, Eusebio, celebrando la Santa Misa en la habitación del hospital, ofreciéndole el sacramento de la unción en nombre de la Madre Iglesia... Hay muchas cosas de José Mari que no olvidaremos, pero esa despedida, esas palabras y últimos consejos en familia, esas lágrimas que, como bien dijo mi cuñado Xavier al hablar en nombre de todos, no eran sólo de pena, nos dan una gran paz en estos momentos.

"En fin, es difícil dar consejos. Es mejor dar ejemplo". ...
¿Qué mejor consejo? 
¿Qué mejor ejemplo?

Descansa en paz, Jose Mari.

5 sept 2016

LA FAMILIA, TEMA CENTRAL DEL FORO ALFONSO CARLOS 2016 EN SEVILLA

En unos días, los 16, 17 y 18 de septiembre, se va a celebrar en Sevilla la clásica convocatoria de los cursos de verano del Foro Alfonso Carlos I. Este año el tema de los mismos es LA FAMILIA.

Tal vez convenga aclarar que, como carlistas, nuestra intención principal es hablar de política familiar. Y naturalmente de las políticas antifamiliares que caracterizan a todas las ideologías revolucionarias, desde el liberalismo decimonónico clásico hasta las últimas tendencias de la ideología de género. Hablaremos pues de política, y no tanto de autoayudas, ni de terapias familiares, ni de psicología evolutiva, ni de técnicas pedagógicas. Todos los enfoques tienen su valor, y muchos pueden sumar aspectos positivos apoyándose unos a otros. La familia, más que cualquier otra realidad humana, se presta a una diversidad de enfoques inmensa.


Pero dicho esto es preciso insistir en que lo que como carlistas podemos aportar es nuestra convicción de que familia es la célula básica de la sociedad, célula también política, previa al estado, cuerpo social natural elemental sin el cual la comunidad humana corre el riesgo de convertirse en una masa de individuos fácilmente manipulable. 

Programa e inscripciones aquí: 


4 sept 2016

La Comunión Tradicionalista Carlista, una organización necesaria

A lo largo de los últimos treinta años transcurridos desde su reconstitución, la Comunión se ha esforzado siempre en construir una organización. Siempre hemos tenido claro que no somos un partido político, que nos repugna la idea de ver a los auténticos españoles convertidos en un partido más, entrando en pugna con los grupos ideológicos, máquinas electorales, por la consecución de un trozo de la tarta del poder político. Pero eso no quiere decir que hayamos renunciado a trabajar de forma organizada. Para ser carlista no hace falta nada mas que tener una íntima convicción. Es cierto. No hacen falta ni formularios ni carnets. Pero ser miembro de una organización política llamada Comunión Tradicionalista Carlista, requiere, lógicamente, que esa convicción se exprese y confirme adecuadamente. La Comunión es un instrumento al servicio de España. Y para ser útil debe tener un mínimo de organización.

En un primer momento, tras los Congresos de la unidad carlista, la procedencia de unos y otros todavía era algo a tener en cuenta. Es por eso que además de la Junta de Gobierno como órgano máximo de dirección se constituyó un Consejo fuerte, un órgano para dar confianza a todos en el terreno doctrinal y que, de alguna manera, representaba a los grupos políticos que habían confluido en 1986. Pasados unos años se entendió que no era práctico mantener en el seno de la Comunión esa bicefalia: Consejo y Junta de Gobierno. La actual estructura organizativa de la Comunión es el resultado de lustros de experiencia en los que se han tratado de combinar con prudencia la ortodoxia antiliberal, el respeto a la diversidad regional, la herencia histórica de una gran organización “de masas” y la visión realista de una estructura reducida que ya no cuenta con aquel “pueblo carlista” de antaño.

Desde el principio quedó claro que la base de la Comunión son sus afiliados, españoles mayores de edad que expresan su voluntad de pertenecer a nuestra organización. Sin embargo este acuerdo básico hubo de superar algunas inercias: la de quienes exageraban por ejemplo la importancia de pertenecer a una estirpe familiar carlista, como si el ser nieto de un carlista famoso pudiera eximir del pago de cuotas; o también la de quienes, ante la pobreza de nuestra influencia política, estaban dispuestos a permitir una doble militancia entre la Comunión y partidos “de orden” del sistema.

Superadas estas y otras indefiniciones la Comunión mantiene actualmente una estructura que podríamos resumir en este esquema:

Afiliado. La afiliación es un acto personal, que requiere además el aval de otros dos afiliados. A efectos prácticos, para convocatorias de toda índole, nuestras juntas y círculos tienen muy en cuenta la realidad familiar de los carlistas. Porque no somos un movimiento de abogados treintañeros sino más bien de familias comprometidas con el bien común.

Círculos locales, comarcales y provinciales. En su ámbito más próximo, la Comunión alienta la creación de los tradicionales círculos carlistas como forma de fomentar la convivencia, la transmisión del Ideal entre generaciones, la vida real y cotidiana de los vecinos y compatriotas.

Juntas y delegaciones regionales. Los órganos propiamente políticos de la Comunión son las Juntas Regionales. Allí donde no haya sido posible constituir una junta estable la Junta de Gobierno nombra delegados.

Junta de gobierno y sus delegaciones. El máximo órgano de dirección de la Comunión cuenta con una Comisión Permanente a la que se suman los presidentes regionales como vocales para formar el Pleno. Además la Junta ha ido organizando diferentes delegaciones que le ayudan en su labor: Secretaría técnica, Prensa, Relaciones internacionales, Cruz de Borgoña, Ahora información, Foro Alfonso Carlos, Bazar Carlista, Historia y Cultura, Socorro Blanco, Grupos de Propaganda, Vida y Familia, Economía familiar, etc.

Diputación General. Es el órgano máximo entre congresos y la forman el Pleno de la Junta mas los consejeros nacionales.

Congreso Nacional. Es el órgano máximo de decisión. En sus reuniones se designan los cargos de la Comisión Permanente de la Junta de Gobierno así como los consejeros. También aprueba las medidas de programa y de organización.

Publicado en Ahora información 141

2 sept 2016

Sobre los huesos de la cripta del Monumento de Navarra a sus muertos en la Cruzada

Sacar unos huesos de una tumba no parece una gran hazaña. Y sin embargo los progres nostálgicos de Pamplona (nazionalistas + comunistas + podemos) están tratando de venderlo así mientras preparan con ilusión su particular 20-N. Quieren anunciar el fin de los enterramientos de la cripta del Monumento de Navarra a sus Muertos en la Cruzada como si ello representara una gran victoria para las vitrinas del "antifascismo". Como si clausurar un cementerio que lleva 80 años sin acoger a nuevos muertos fuera una urgencia sanitaria. O como si cambiar la ubicación de unos pobres restos enemigos fuera un primer paso triunfal previo a la demolición del Monumento.

Todo el mundo sabe que los familiares son muy libres de hacer traslados óseos. Alguno diría que ya no son tan libres cuando se les presiona desde la administración para ello. Pero aunque vaciaran todas y cada una de esas tumbas, no cambiaría un ápice ni la historia ni el testimonio que supone la mera existencia de ese gran edificio en el centro de Pamplona.

Las "victorias" de los revanchistas consisten en hacer exposiciones sacrílegas o en mover huesos. La nuestra es que día tras día esas piedras de la plaza de la libertad sigan gritando que hace 80 años la gran mayoría de los navarros se alzó libremente, leal a su propio gobierno foral, en contra del gobierno laicista y totalitario "de Madrid". Eso es lo que quisieran cambiar. Y rabian porque no pueden.