El otro día un amigo hacía esta observación refiriéndose a nuestra Comunión Tradicionalista Carlista:
"Los únicos que han estructurado su militancia en torno a las familias".
Así es. Cualquier otro mitin político está lleno de individuos, gente suelta que con mejor o peor intención decide dedicar su tiempo a sostener un sistema político que por ser revolucionario es esencialmente individualista. Nosotros no. Nosotros creemos de verdad en la familia como célula básica de la comunidad política, como escuela de formación social, como protagonista de la historia y como institución que debe ser oída y atendida. Por eso vamos en familia, incluso para hacer política. Y por eso, cuando pasen todas las siglas, todos los salvapatrias y todas las modas del marketing electoral seguirá habiendo carlistas.
Tampoco está de más añadir aquí que esta concepción política "familiarista" desde la base culmina en el ideal monárquico tradicional que no se contenta con un caudillo o un jefe "single" sino que aspira a que todo el conjunto de familias que forman la Patria esté presidido por una familia real y gobernado por el cabeza de esa familia.
Tampoco está de más añadir aquí que esta concepción política "familiarista" desde la base culmina en el ideal monárquico tradicional que no se contenta con un caudillo o un jefe "single" sino que aspira a que todo el conjunto de familias que forman la Patria esté presidido por una familia real y gobernado por el cabeza de esa familia.
En este tiempo de Navidad, para afianzar también un apostolado político tan necesario, contemplemos la dimensión familiar del Salvador que siendo Dios y siendo Rey quiso someterse a la pobreza y a la persecución de los tiranos con la única protección humana de una familia santa. Que Santa María y San José nos ayuden a resistir al miedo, al mal y a la desesperanza. La victoria, como siempre ha sucedido en nuestra querida Hispanidad, vendrá de su mano.
¡Feliz Navidad en familia!
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