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15 ene 2021

Una entrevista al dejar la presidencia de la Comunión

 (Una entrevista de Javier Navascués) –

Javier Garisoain, es padre de familia numerosa, licenciado en historia, librero de viejo, político católico y carlista de los de siempre, escritor navarro, autor de sonetos, tuits, articulillos y microcuentos. Director de www.ahorainformacion.es. En esta entrevista hace un repaso de su etapa al frente de la Comunión Tradicionalista Carlista (CTC).

¿Qué ha supuesto para usted presidir estos años la CTC?

Ha sido un honor inmerecido. Como decía en mi carta de despedida a los militantes “no creo que pueda llegar a ser nada tan importante como ex-presidente de la Comunión”. Han sido dos años muy intensos, culminación de una larga etapa anterior en la que he sido secretario general durante otros siete años. 

¿Qué balance haría de los mismos?

Soy consciente de que he sido un presidente de transición. He recogido el testigo de María Cuervo-Arango y lo paso a Telmo Aldaz con la tranquilidad de dejarlo en muy buenas manos. Creo que, -no solo yo, sino toda la Junta de Gobierno- hemos logrado mantener a la Comunión en su sitio, guardando un equilibrio necesario en tiempos turbulentos, levantando la bandera de la Tradición política de las Españas con dignidad.

¿Qué destacaría especialmente de esta etapa?

Ha habido muchos momentos buenos. Y muchos proyectos que se han consolidado y que gracias a Dios van tomando solera como el Foro Alfonso Carlos, los Premios Hispanidad “Capitán Etayo”, Ahora Información, la Liga Tradicionalista, los Grupos de Propaganda o el apoyo a la tarea que realiza Cruz de Borgoña con sus campamentos. Un momento muy especial fue la Renovación de la Consagración del Carlismo al Sagrado Corazón que realizamos en el Cerro de los Angeles el 23 de noviembre de 2019.

¿Siente que se han quedado cosas por hacer o pendientes?

Como organización tenemos aún mucho que mejorar: en financiación; en propaganda y comunicación; en formación y compromiso de nuestros militantes… Tenemos que retomar el Plan Estratégico que quedó interrumpido a causa de la epidemia…Sin embargo siempre he creído que en política es bueno actuar con tranquilidad, sin ansiedad, haciendo lo que esté en nuestras manos, ni más ni menos. Sin vaguear, pero a la vez sin cargarse con compromisos voluntaristas que solo llevan a la frustración. Me habría gustado viajar más, eso sí, estar más en persona con tantos buenos carlistas.

Sin embargo, llega el momento de dar el relevo y es bueno no aferrarse a ningún cargo…

Por supuesto. Ninguno de nosotros somos imprescindibles. Una cosa que hay que recomendar a todo aquel que asuma un cargo es que, desde el minuto uno, se dedique a buscar y a preparar a su sustituto.

¿Seguirá militando con entusiasmo allí donde le requieran?

Naturalmente. Ahora llega el momento de obedecer y yo voy a seguir al servicio de la Causa desde la dirección de Ahora Información. Cada uno de nosotros tenemos nuestras cosas, nuestras pequeñas ideas y nuestros proyectos personales, pero la militancia y la disciplina son imprescindibles si queremos hacer algo en política. Javier Barraycoa ha dicho en alguna ocasión que en estos momentos lo importante no es qué hacer, sino a quién obedecer.

¿Cómo ha sido la transición con el Presidente entrante Telmo Aldaz?

Estamos en ello, Telmo es una persona humilde y se deja aconsejar, pero por mi parte tengo claro que debo dejarle que sea él mismo. Como siempre me ha recordado María Cuervo-Arango, este tipo de responsabilidades conllevan una especie de gracia de estado que, si se pide con fe, llega y se nota. Por otra parte tampoco tenía ningún maletín nuclear que entregarle así que entre nosotros el traspaso ha sido muy sencillo.

El hecho de que sea una figura pública, ¿puede beneficiar a la causa carlista?

Sin duda. Telmo ofrece además una imagen muy positiva del Carlismo. Es nuestra mejor carta de presentación para mostrar a los jóvenes dónde está la España de verdad, la política más respetuosa con nuestra identidad y la gente más auténtica.

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