(Artículo publicado en Acción Carlista nº 147. 1 de abril 2019)

Tampoco es nuestra Comunión una mera agregación o federación de grupos locales o regionales de carlistas. La Comunión no está llamada a suplantar la vida social que -esa sí- surge de abajo hacia arriba. La Comunión por el contrario es una organización de ámbito nacional, jerárquica como un ejército, cuya cabeza es, en ausencia de otra Autoridad política suprema, nuestra Junta de Gobierno.
En el ámbito de cada región son los propios afiliados quienes normalmente constituyen sus propias Juntas Regionales, y es la Junta de Gobierno quien en cada caso reconoce a cada una de esas juntas y supervisa el cumplimiento de unos objetivos comunes.
Una vez constituidas, las Junta Regionales dirigen con amplia libertad la acción de los carlistas en su región: hacen un seguimiento de las autoridades “autonómicas” y municipales; convocan actos públicos, etc. Son, coordinadamente con la Junta de Gobierno, las únicas autorizadas para transmitir de forma oficial la voz de la Comunión.
Hoy por hoy no aconsejamos la constitución de juntas políticas comarcales o locales. En esos ámbitos más próximos, más pegados al terreno, es donde resulta más útil la acción de los círculos.
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