la PRIMERA, que son una sociedad secreta, que emplea medios perversos como la mentira o la manipulación para conseguir sus fines y nunca se sabe quiénes son al final lo que marcan su estrategia. El código de derecho canónico prohíbe expresamente a los católicos la pertenencia a esa clase de sociedades, no solo a las masónicas. Es un peligro para católicos jóvenes e idealistas.
La SEGUNDA es que lo que han hecho hasta ahora ha sido favorecer el malminorismo pepero. Esa ha sido su estrategia, ser una especie de "pepito grillo" del PP pero, al fin y al cabo, para contribuir a sus sostenimiento impidiendo que surjan otras opciones políticas.
La TERCERA, y en mi opinión la consecuencia más grave o más difícil de superar, es que enrarecen el ambiente en el mundillo del asociacionismo católico que por definición debería ser transparente y abierto. Su actuación levanta sospechas, rumores, desconfianzas.
Los católicos debemos aspirar a "instaurar todo en Cristo" a "abrir las puertas a Cristo" a "construir la Civilización del Amor" a "acelerar la venida del Reinado de Cristo"... todas estas y otras muchas expresiones son equivalentes y complementarias pero en ninguna de ellas se contempla la construcción de una civilización cristiana por el puro activismo de pequeños grupos muy comprometidos. Una acción política y social católica que no cuente con una fuerte dosis de humildad y de confianza en la Gracia podrá tener alguna victoria aparente pero a la larga será estéril.
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Hacía yo estas consideraciones en facebook cuando un amigo de algún amigo sale en defensa de los yunqueros con el siguiente argumento. En realidad le agradezco su intervención, porque creo que sirve para clarificar qué es lo peor del yunque:
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