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11 jun 2023

El consentimiento y la Montero


Ahora que la ministra Irene Montero parece que va a dejar la primera línea política debido a los navajeos cutres que caracterizan a la partitocracia, quisiera romper una lanza en su favor y agradecerle al menos una cosa: el haber puesto sobre la mesa un concepto, el consentimiento, que se nos estaba olvidando. 

La Montero no entiende nada, y por eso ella y sus compañeres ecofeministes han acusado a las derechas de querer "eliminar el consentimiento" insinuando que todos los que no piensen como elles están, por aquello de la presunción de inocencia, de parte de los violadores.

Lo que yo digo es que quienes eliminaron de verdad el consentimiento, eso que en forma de promesa solemne se intercambiaban los contrayentes en cualquier cultura humana decente, son ellos, tanto los progres de izquierdas como los progres de derechas. Unos y otros se lamentan de unos conflictos que día a día enrarecen el ambiente y dificultan cada vez más unas sanas relaciones entre hombres y mujeres ¿Les extraña que un mundo sin matrimonio y antifamilia se haya vuelto oscuro?

El invento del ministerio podemita consiste en imaginar un consentimiento que necesita ser compulsado cada cinco minutos: ahora sí, ahora no, ahora sí, ahora no... Sin embargo, como digo, resulta que en todas las culturas humanas decentes, cuando existe un consentimiento matrimonial serio, solemne y público, hombres y mujeres saben a qué atenerse. El problema creciente por lo tanto no lo tienen aquellos que se ajustan al intercambio ceremonioso de unos votos sagrados, sino los que se arrejuntan trivializando el sexo. Porque eso del aquí te pillo, aquí te mato, se mire como se mire, siempre será una fuente enorme de problemas. Si supiérais, progres, un poquito más de literatura, sabríais que vuestras cuitas son las mismas que sufrían hace cinco siglos la puta vieja celestina y sus compañeras, las mismas preocupaciones que salpican todas las culturas con historias de celos, cuernos, violaciones y crímenes pasionales. 

La locura del solo sí es sí equivale a prostituir a hombres y mujeres, porque aunque no haya un pago monetario por medio es como si hubiera que abonar un peaje, facturar y guardar el ticket por cada encuentro sexual. Por eso he dicho hace tiempo que la solución sería la de volver al "Sólo "sí quiero" es sí, quiero". *

¿Queréis fomentar el respeto mutuo entre sexos y unas sanas relaciones entre hombres y mujeres? ¿De verdad? Pues pedid perdón todos -unos y otros- por haber pisoteado la institución matrimonial. Y si no lo hacéis así esto irá cada día a peor. Porque normalmente se cosecha lo que se siembra.



(* https://www.ahorainformacion.es/blog/la-ley-del-solo-el-si-quiero-es-si-quiero/)

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