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3 jun 2019

Nuestra Comunión: nuestras juntas

(Artículo publicado en Acción Carlista nº 147. 1 de abril 2019)
La Comunión Tradicionalista Carlista es un instrumento, un conjunto de voluntarios de todas las Españas que se ponen al servicio de una Causa, la de la Legitimidad y la Tradición política española. Es por tanto una organización política, pero jamás un “gobierno en la oposición” o un partido en el sentido de estructura ideada para el reparto del poder entre sus miembros. Nuestro objetivo es que España tenga un gobierno justo y legítimo; no que tenga un gobierno “carlista”. Hay una diferencia sustancial entre una y otra concepción del servicio público.
Tampoco es nuestra Comunión una mera agregación o federación de grupos locales o regionales de carlistas. La Comunión no está llamada a suplantar la vida social que -esa sí- surge de abajo hacia arriba. La Comunión por el contrario es una organización de ámbito nacional, jerárquica como un ejército, cuya cabeza es, en ausencia de otra Autoridad política suprema, nuestra Junta de Gobierno.
En el ámbito de cada región son los propios afiliados quienes normalmente constituyen sus propias Juntas Regionales, y es la Junta de Gobierno quien en cada caso reconoce a cada una de esas juntas y supervisa el cumplimiento de unos objetivos comunes.
Una vez constituidas, las Junta Regionales dirigen con amplia libertad la acción de los carlistas en su región: hacen un seguimiento de las autoridades “autonómicas” y municipales; convocan actos públicos, etc. Son, coordinadamente con la Junta de Gobierno, las únicas autorizadas para transmitir de forma oficial la voz de la Comunión.
Hoy por hoy no aconsejamos la constitución de juntas políticas comarcales o locales. En esos ámbitos más próximos, más pegados al terreno, es donde resulta más útil la acción de los círculos.

3 feb 2019

Nuestra Comunión: nuestros círculos

En la primera de las conclusiones de la ponencia sobre “Sociedad” aprobada en nuestro último Congreso se dice: “Es preciso animar y fomentar como primer escalón de la acción política y social las agrupaciones naturales de familias: las comunidades de vecinos, las asociaciones familiares locales. Debemos estudiar, renovar y reinstaurar como prioridad el modelo de los clásicos círculos carlistas. Todo ello ha de constituir el primer núcleo de resistencia.”

Los círculos carlistas fueron una institución política pionera. Nacieron como refugios para sobrevivir bajo el régimen caciquil del liberalismo triunfante, y se organizaron como sociedades locales, fuertemente arraigadas, que lo mismo eran casino, cuartel, capilla o escuela. Esa versatilidad debe inspirarnos hoy para desarrollar el día a día de nuestra actividad carlista.
Nuestros círculos deben reunir tres características: han de ser familiares, locales y culturales.
Familiares, porque no pueden ser ni un club de individuos ni una vulgar “sede de partido”. Tenemos que procurar que sean refugios para toda la familia, estableciendo cuotas familiares, por ejemplo.
Locales, porque han de estar muy pegados al terreno, al municipio y a la comarca, como contrapeso al desarraigo que provoca internet.
Y culturales, porque no deben sustituir a las Juntas de la Comunión en su tarea política. Los círculos están llamados a desarrollar principalmente una actividad social y cultural que sirva para atraer al mayor número posible de simpatizantes.
A partir de ahí libertad total… y saber aprovechar las oportunidades.
Por cierto, tampoco está de más recordar que nuestros círculos no tienen absolutamente nada que ver con los del partido neocomunista Podemos. Esos otros “círculos” no son más que una versión española y partitocrática de los rancios soviets de la Rusia comunista. En un primer momento, tanto en Rusia como en España pudieron ser “concejos” o “juntas” más o menos populares o espontáneas, pero en cuanto entró en juego la doctrina comunista no han margen para la duda: se han convertido en órganos jerárquicos del partido, simples engranajes de transmisión de las órdenes emanadas del soviet supremo. No hay más misterio.
(Artículo publicado en el Boletín Acción Carlista)

18 jun 2016

“La Comunión”, una organización política al servicio de España

por Javier Garisoain
Secretario General de la Comunión Tradicionalista Carlista
(Artículo publicado con ocasión de la edición del nº100 de Reino de Valencia)

Si no existiera el Carlismo, o si se hubiera quedado en una pugna sucesoria coyuntural, habría que inventarlo. Esta gran cosa que todavía llaman España es la sombra de un proyecto grandioso que tuvo sus siglos de oro; que martilleó, iluminó y lucho por la Cristiandad como ningún otro imperio; que construyó sobre roca; que salvó a muchos, y que cayó finalmente, despedazado e invadido por sus enemigos. El Carlismo no sólo lo sabe, no se limita a contarlo a quien lo quiera oir, sino que además sirve con esperanza a aquella España, y reconoce en los restos del naufragio la herencia de cosas grandes, que si fueron posibles antaño es para demostrarnos que hoy también son posibles. Porque poder siempre podemos... cuando Dios quiere.

He dicho “proyecto grandioso” aunque lo cierto es que para la gran mayoría de sus protagonistas pudo no tener más horizonte personal que las montañas de Covadonga, o la comarca agreste de una partida facciosa, o el humilde paisaje vecinal de una cooperativa agrícola. La inmensa mayoría de los súbditos leales de aquella Monarquía Católica, como la mayoría de los carlistas que han mantenido su Ideal y sus gestas en 180 años han sido gente sencilla, poco dados a las estrategias de salón, a los maquiavelismos continentales, o a las jugadas torticeras de la geoestrategia. Ni siquiera los más políticos de entre los tradicionalistas respondemos bien al tópico del que se reúne con los amigos para "arreglar el mundo". Nosotros somos ante todo realistas, nos gusta pisar tierra firme y no alejarnos más de la cuenta del tañido de nuestro campanario local. Si hay que arreglar algo, seguro que es más urgente la fontanería consistorial que el tejado mundial. Sabemos que la política más que el arte de lo posible es la artesanía de hacer lo que se pueda. Los carlistas estamos escarmentados de discursos grandilocuentes, de ideologías que todo lo explican, de partidos que prometen una salvación material a golpe de BOE, por su arte y por su listura. Y sin embargo, cuando nos detenemos para conmemorar alguno de nuestros pequeños hitos -los 30 años del Congreso de la Unidad Carlista, los cien números de un humilde medio de comunicación regional...- se nos ensancha el corazón al comprobar que todo encaja. Que todas y cada una de estas batallas merecen la pena. Que es la suma de todas esas pequeñas luchas lo único que hace a este mundo -a esta España- aún habitable.

Escribo en el arranque de una nueva y duplicada campaña electoral. Un circo mediático y televisivo en el que los actores de una compañía teatral llamada PPSOECIUDEMOS pugnan por captar nuestra atención y hacer cada uno de ellos gestos que los diferencien de sus compañeros. Es una invasión mediática que estigmatiza a todos aquellos que no aparezcan en sus encuestas, que persigue -o al menos procura como daño colateral- el desánimo, la eterna abstención política de quienes tendríamos tanto que decir. Pase lo que pase el 26 de junio puedo garantizarles que el próximo gobierno de España será 100% “progre”: abortista, laicista y socialdemócrata. Los demás no contamos. No es que seamos incómodos, es sencillamente que “no existimos”. Y sin embargo nosotros, los carlistas, aunque nos abstengamos hoy en la urna, nunca podremos renunciar a la responsabilidad de ser la única organización política que entronca, que enlaza -siquiera sea mediante un hilillo-, con la España tradicional. Y la única que durante casi doscientos años ha venido viviendo y practicando con los pies en el suelo el Ideal de nuestros clásicos. Que no nos hemos limitado a conservar la momia embalsamada de Calderón. Que no somos los inevitables y simples nostálgicos.

Por todo esto digo que si no existiera la Comunión Tradicionalista Carlista habría que inventarla. ¿Qué otra organización política será capaz de resistir con esperanza a los próximos gobiernos del fanatismo progresista? ¿Qué otro grupo humano, político y social ha seguido paso a paso los desvaríos de la revolución liberal sin someterse al dictado de lo políticamente correcto, contraponiendo la vigencia de la Tradición, alzando una voz contemporánea y fresca para rebatir las viejas ideas modernas? ¿Qué otra herencia política concreta -si no es la carlista- está en condiciones de afrontar un debate intelectual serio con los cantamañanas de las ideologías “progresistas”?

17 nov 2015

VEN AL CERRO DE LOS ANGELES. Celebramos el día de la Comunión Tradicionalista Carlista


Este próximo sábado, víspera de la solemnidad de Cristo Rey, nos reuniremos en el Cerro de los Angeles (Getafe) españoles que aún creemos en una España católica y justa, diversa y unida, social y foral, ordenada y libre. No hace falta ser carlista para venir a proclamar con nosotros unos principios que casi nadie más defiende: una España de familias, municipios y regiones libres, unida en su fe multisecular frente a los mangoneos del nuevo orden mundial y a los de sus títeres que son los partidos políticos. Una España, unas Españas, fieles a su tradición, a su historia y a sus raíces. Una España real, que vive en el día a día, aunque no tenga representación en los parlamentos ni reflejo en los grandes medios de comunicación, que está dispuesta a resistir al mal gobierno calle a calle, puerta a puerta, cueste lo que cueste, todo el tiempo que sea necesario. Una España que está llamada a constituir una gran red social de resistencia contrarrevolucionaria.

Que nadie espere promesas del Carlismo. La Comunión Tradicionalista es una organización política -una pequeña, humilde y muy realista organización- que nació para servir y no nos rebajaremos al nivel de arregladores o trileros de programa. No somos un partido, no queremos partir nada, no confiamos en campañas de marketing político, estamos curados de espanto, llevamos 200 años de lucha contra las ideologías revolucionarias y sabemos que las únicas soluciones milagrosas serán las que quiera regalarnos Dios mismo. En lo que de nosotros dependa seguiremos manteniendo en el campo político la misma bandera de los mismos principios. Alguien tiene que hacerlo. Somos pocos pero puede que seamos suficientes.

12 may 2013

¿Ha pensado Vd. en afiliarse a la Comunión Tradicionalista Carlista?




Estimado amigo,

Permíteme que te haga una -o varias- preguntas.

¿Existe algo parecido a la COMUNION TRADICIONALISTA CARLISTA en España?

¿Qué otro grupo político conoces que pueda acreditar 180 años de servicio generoso a los ideales de la Tradición Española?

¿En dónde crees que militarían actualmente todos los héroes de nuestra historia milenaria?

¿Quien defiende como los carlistas las raíces católicas de España, encarnadas en el Ideal de Monarquía Católica?

¿Qué otro grupo proclama NADA SIN DIOS como referente político para asegurar, como pedía el beato Juan Pablo II que se abran a Cristo también las puertas de la Política?

¿Cuál es el grupo político líder en el movimiento pro-vida en España?

¿Quién más sino los carlistas sabe armonizar en su justa medida el amor a la patria chica de cada uno con el que merece la patria grande de todos?

¿Qué otro grupo político piensa en la Hispanidad, en todas esas Españas que vivieron durante siglos unidas por una misma fe y un mismo rey como un proyecto que está por reconstruir?

¿Quién habla aún hoy de fueros?

¿Quién sino la CTC sabe explicar que los fueros no son una reliquia antigua sino la forma típicamente española de concretar el principio cristiano de subsidiariedad?

¿Quién como el carlismo entiende de verdad la variedad cultural y lingüística de Las Españas como una riqueza que no debe ser manipulada por intereses políticos separatistas ni separadores?

¿Quién exige la descentralización, y la consiguiente responsabilidad, no sólo para las regiones como establece el ruinoso sistema autonómico sino también para las comarcas, los ayuntamientos y las familias?

¿Quién pide, con todas sus consecuencias: "Más Sociedad y menos Estado" para romper el falso debate entre lo público y lo privado en el que se enzarzan izquierdas y derechas?

¿Qué partido es capaz de poner en su sitio a una política que está sacada de quicio, que lo invade todo, que legisla sobre todo, que lo inspecciona todo y que mata la iniciativa social antes de que nazca?

¿Existe algún otro grupo político monárquico de verdad en España?

¿Quién sino la CTC defenderá la Monarquía Tradicional como garantía de un gobierno estable y libre de la lacra de la partitocracia?

Todas estas y otras muchas preguntas parecidas solo tienen una respuesta: la COMUNION TRADICIONALISTA CARLISTA. Y porque sabemos dar respuesta a todos estos problemas, a todas las incertidumbres, es por lo que la CTC está creciendo.

La Comunión se organiza en juntas territoriales, pero no se limita a ser una máquina electoral o un partido pensado para el reparto de cargos. La Comunión es un partido anti partidos, una común-unión de la que surgen iniciativas como círculos, asociaciones, editoriales... todas las entidades que integran la Liga Tradicionalista y las que, con tu ayuda, pueden seguir floreciendo.

En este momento de crisis profunda de nuestra Patria te pido que te plantees en conciencia la posibilidad de solicitar tu afiliación a la Comunión Tradicionalista. Estamos a tu disposición para aclarar cualquier duda o responder a cualquier objeción.

Si la respuesta es que SÍ pincha en el siguiente enlace y rellena la solicitud de afiliación.
http://www.carlistas.es/descargas/FormularioafiliacionCTC.pdf
O bien, simplemente, responde a este correo electrónico y te indicaremos los pasos a seguir.

Somos más de los que crees y todos y cada uno tenemos una gran responsabilidad y hemos de asumirla, cada uno en la medida de sus posibilidades. Si no existiera la Comunión habría que inventársela.
Porque no existe nada parecido. Te estamos esperando.

En Xto. Rey,
Javier Garisoain






http://www.carlistas.es/descargas/FormularioafiliacionCTC.pdf

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