Se puede luchar en todo y con todo. Y de tantas formas diferentes que parece que hablar de lucha parece que no es decir nada. En los tiempos primitivos, cuando luchar significaba romper cabezas o embestir con una lanza nos entendíamos mejor. Ahora luchamos, o nos creemos que luchamos, escribiendo un tuit incisivo. Nos hemos vuelto tan finos que si alguna vez nos encontramos con una lucha auténtica corremos a llamar a la policía, porque nos parece intolerable un simple empujón, no digamos lo que sería un cruce de espadas. Y sin embargo hay algo que permanece en el espíritu humano más allá de las formas cambiantes. Es una actitud que tiene que ver con el coraje, es un espíritu que nace del hombre libre y que se puede poner del lado de una causa noble lo mismo que de cualquier vicio. A veces el espíritu de lucha es lo único que distingue al vivo del muerto. Al dueño de sí del esclavo. Ya podríamos rendir pleitesía intelectual a la mejor de las causas, podríamos asentir y hasta dejarnos enrolar en cualquier ejército, si nos falta el espíritu de lucha no seremos mas que un bulto arrojadizo, pura carne de cañón. El espíritu de lucha vive hoy apenas refugiado y estilizado en el deporte, o desnaturalizado de su sentido originario cuando se habla de la lucha contra la enfermedad. Cuesta ver luchadores de verdad en la empresa, en la justicia, en la verdad. Lo propio de la lucha no es el recurso a la fuerza necesariamente sino la existencia de una confrontación cuerpo a cuerpo. Por eso las guerras futuristas, protagonizadas por drones asesinos o por misiles de largo alcance no son verdadera lucha y son por ello manifestaciones extremas de inhumanidad.
Cuando luches, ya sea físicamente o con alguna de las técnicas incruentas de la modernidad, procura mirar cara a cara a tu enemigo. Trata de comprender sus razones, o sus errores, y de respetar su decisión y su valentía de luchador. Entenderás que la verdadera victoria no consiste en aniquilar al adversario sino en transformarlo en compañero de lucha.1 nov 2021
12 oct 2021
La Hispanidad es regional, no provincial
Hay que acabar con las autonomías, sí, por supuesto, estoy de acuerdo. Porque son las nuevas taifas de los políticos corruptos. Pero poco arreglaremos con pasar de 17 a 52 departamentos. Lo que hay que hacer es recuperar las regiones, con su personalidad plena. Aunque sea complicado es lo que exige la realidad de lo que somos.
En mi caso, como navarro, podría ahorrarme este artículo porque Navarra es región y provincia a la vez. Pero como español no puedo dejar de solidarizarme con castellanos, gallegos, aragoneses y con todos aquellos españoles cuya identidad es regional, no provincial.Vamos a ver, ¿qué quería demostrar Vox al apostar por esa pluralidad artificiosa de las 50 provincias? ¿Que son más plurales 50 provincias que 17 autonomías? Pues les brindo una idea para su próxima fiesta: que pongan una caseta por cada uno de nuestros 431 partidos judiciales.
El problema no está en las regiones sino en las autonomías. Y las regiones no se desautonomizarán hasta que desterremos el perverso concepto de autonomía. Nunca las regiones fueron tan dependientes del gobierno central como ahora. Tengan en cuenta que autonomía es lo que se va dando a los hijos antes de que accedan a la independencia. Y es en esa fase cuando más evidente es la dependencia y minoría de edad del hijo. Por eso afirmo que es un error de concepto equiparar la relación con las regiones con la de los hijos que van creciendo. Las regiones no son hijas de nadie. Las regiones son antiguos estados cuyo vínculo con el conjunto de España es conyugal, indisoluble. España en este sentido no es nuestra madre sino el proyecto común que nace de la unión conyugal de las regiones, la misión que llevan a cabo todos aquellos territorios que comparten el ideal de la reconquista.
Tienen razón los asturianos. Hubo un tiempo en que Asturias era España porque no quedaba más España que Asturias. A partir de ahí España siempre ha sido el suelo que han ido civilizando y evangelizando los españoles. Desde Oviedo hasta Manila, todo es España, o Hispania, o Hispanidad.
20 sept 2021
Presente y futuro del Carlismo (Lo que más o menos dije en el Club Empel de Barcelona)
Este domingo he tenido el honor de acudir como conferenciante invitado al Club Empel de Barcelona, un reducto de la Hispanidad que es a la vez refugio amistoso, catacumba, foro de debate, fuente de formación y punto de encuentro. El título asignado (Presente y futuro del Carlismo) me permitía hablar sobre casi todo y además dió lugar al final a un interesante diálogo con preguntas del público. En realidad lo único que quedaba descartado en el enunciado era el pasado del Carlismo, o sea, esa historia admirable de 180 años de lucha en defensa de la España tradicional, ese cúmulo de ejemplos admirables que, desde luego, hubiera exigido una mayor preparación por mi parte. Además, aunque soy licenciado en historia, siempre me ha interesado más el futuro que el pasado. Digamos que siempre me ha interesado conocer el pasado para entrever mejor el futuro.
EL PRESENTE
Lo primero que hay que decir sobre el presente es que el Carlismo existe, que está vivo. La prueba es que hoy, 19 de septiembre de 2021 aquí estamos, un grupo numeroso de personas hablando sobre el Carlismo. Ayer un grupo de carlistas, en su mayoría jóvenes subieron al mítico Montejurra. Hoy mismo otro grupo estará reunido al pie de Isusquiza, en Alava. En fin, sería largo enumerar todas las ocasiones en las que hoy en día, se reúnen habitualmente los carlistas que quedan repartidos por el mundo.
Es evidente que somos pocos, que tenemos pocos medios y que nos faltan millonarios financieros. También es verdad -aunque eso pasa en las mejores familias- que no siempre vamos a una. Pero tenemos nuestras organizaciones, empezando por la Comunión Tradicionalista Carlista, que a pesar de su humildad es una organización muy seria. Tenemos además en nuestro entorno decenas de pequeños núcleos de resistencia, pequeños círculos o asociaciones generalmente de ámbito local, que hacen un trabajo cotidiano muy respetable. Contamos, y esto es quizás lo más importante, con familias enteras leales a la Tradición. Familias en las que aún hoy en día, el amor a nuestros principios se transmite de padres a hijos como se ha hecho siempre, sin grandes discursos, con el ejemplo, en el día a día. Y seremos pocos, pero más de lo que parece a simple vista.
Lo mejor de todo, nuestra mejor arma para el futuro es que podemos decir con el corazón en la mano una cosa sorprendente: que tenemos razón. Esto de tener razón es a veces una carga pesada y conlleva dos graves tentaciones que hemos de conocer y rechazar.
La primera es la de pensar que ya está todo profetizado, que ya está todo dicho y todo hecho, que ya no queda nada mas que encerrarse en la catacumba para esperar la Parusía. A lo largo de nuestra historia los carlistas hemos ido anunciando una serie de males que se han ido cumpliendo uno tras otro: la destrucción del orden tradicional, municipal, laboral, familiar, educativo, de los principios de autoridad, solidaridad, etc. El separatismo, el engordamiento del estado, la inmoralidad hecha ley, etc.
La otra tentación es la del purismo. La de engreírse por pensar que todo lo sabemos, que nadie tiene nada que enseñarnos. La de renunciar a cualquier clase de proselitismo porque eso, al fin y al cabo, implica tener un contacto con personas "impuras" que podrían contaminarnos o ensuciar nuestro sagrado depósito.
En fin, si somos capaces de superar estas dos tentaciones y nos esmeramos en cuidar lo que tenemos -que no es poco- estoy convencido de que el Carlismo tiene por delante un futuro bien amplio; que habrá carlistas en el futuro y que además tendrán mucho qué hacer y qué decir.
EL FUTURO
El futuro será lo que Dios quiera. Nosotros podemos prepararnos, podemos imaginar y podemos prever consecuencias aplicando la lógica. Pero agobios los justos. No es verdad que el futuro esté en nuestra mano. Nosotros podremos hacer mucho o poco pero quien dirige la historia es la Divina Providencia. Así que tranquilidad. No es difícil intuir que vamos a vivir una fase de agonía social que irá seguida por otras de persecución, de catacumbas, de resistencia y de reconquista. Lo que no sabemos son los ritmos con los que se irán sucediendo estas distintas fases. Además, a pesar de la globalización actual es probable que las cosas no sucedan de forma uniforme en todas las regiones y países. En todas y cada una de esas fases, en la agonía, en la persecución, en la reconstrucción... habrá carlistas. De hecho no me las imagino sin carlistas. Y también me aventuro a afirmar que esos carlistas tendrán un papel significativo: como aglutinante, como intendencia ideológica o para animar, para dirigir, para servir a los demás. En todas esas fases jugarán un papel importante las familias, las organizaciones, las "guerrillas" tradicionales y también, en un plano superior, para levantar el ánimo, el espíritu religioso así como la idea de la Hispanidad como gran ideal geoestratégco.
CONSEJOS PARA EL FUTURO
Concluyo con algunos consejos que creo que nos ayudarán a enfrentar mejor el futuro, venga como venga.
1º. Cuida tu familia. Conviértela en un bastión físico y espiritual que sirva de refugio para todos sus miembros, para los amigos y para otras familias.
2º. Cuida la organización, las organizaciones que sirven a la Tradición hispana, empezando por la Comunión. No es lo mismo trabajar en solitario que hacerlo en equipo. Esto último es más difícil y requiere esfuerzo y paciencia, pero merece la pena. Obedece a las autoridades, se disciplinado cuando se dicten cosas realmente importantes.
3º. Aprende a distinguir lo fundamental de lo accesorio. No discutas por tonterías. Se tolerante con los que en las cosas centrales piensan igual que tú. Cuando pienso en esto me viene a la memoria la rivalidad entre Quevedo y Góngora en el siglo de Oro. Los dos estaban absolutamente de acuerdo en lo fundamental. Casi hasta se podría aplicar a ambos en anacronismo de llamarlos carlistas porque efectivamente ambos creían en el mismo orden de Dios - Patria- Fueros y Rey tal como lo amamos los carlistas actuales. Sin embargo ellos son el paradigma del antagonismo vital. No deja de ser curioso. No saco este ejemplo para que les imitemos en sus riñas, lógicamente, sino precisamente para que caigamos en la cuenta de que dentro de la misma Hispanidad, y del mismo Carlismo, podemos caber personas con estilos, talantes o espíritus muy diversos.
4º. Fomentad las guerrillas, o sea, toda clase de pequeñas organizaciones espontáneas, prácticas, locales, muy pegadas al terreno, que sirvan a un ideal común, que respeten la autoridad de los que saben y la buena doctrina, pero que sepan funcionar con libertad y flexibilidad máxima. No nos ha ido nada mal la estrategia de guerrillas a lo largo de nuestra historia.
5º. Estad atentos al problema religioso pero sin obsesionarse con el mismo. Si la gente no está catequizada poco podremos hacer como políticos católicos. Por ejemplo, ¿cómo explicar el amor a la Patria a alguien que no conoce el cuarto mandamiento o, peor aún, que ni siquiera tiene un padre como Dios manda? Cualquiera de nosotros puede ayudar a la catequización, a la evangelización pura y dura a través de las instituciones de la Iglesia, pero la misión del Carlismo no es catequizar sino completar la dimensión social y política de los ya catequizados. "Dadme católicos y los haré carlistas", decía Carlos VII. Pues eso.
6º. Defendamos la Hispanidad, con ideas, libros y conferencias y con la práctica, fomentando sin descanso toda clase de lazos entre los pueblos hispanos.
En fin, con todo esto y con algunas otras cosas que seguramente me dejo en el tintero cumpliremos con nuestra misión, cada uno en el puesto que Dios le reserve, con humildad, cada uno según su vocación. Y ojo: sin quemarse, porque ese es otro de los peligros que amenazan al militante. Hay que trabajar con entusiasmo pero sabiendo medir las propias fuerzas. Llevando a cabo el trabajo encomendado de forma sostenible en el tiempo. Durante toda la vida si fuera preciso. Porque como ya he dicho no sabemos los tiempos, ni los ritmos. Sabemos que podría terminar mañana mismo. Pero que nuestra actitud es la de la mirada larga, la del largo plazo. Esa es nuestra especialidad, fieles a ella será como mejor sirvamos a Dios y a España.
18 sept 2021
Preceptos humanos
EL MUNDO
@elmundoes
· 16 sept.
A partir del próximo 15 de octubre será necesario el pasaporte Covid para poder trabajar en Italia http://socy.es/o4zwa1
Por ejemplo ¿Se puede expulsar a un joven de un seminario diocesano porque no crea necesario vacunarse? ¿Habrá que recordar que lo que hace al hombre puro o impuro no es lo que se inyecta por una aguja sino lo que sale del corazón?
Ojo con este fariseismo que amenaza a la Iglesia, a su libertad y a su misma misión: preceptos humanos como reciclar la basura, o inyectarse una vacuna están siendo elevados a la categoría de mandatos divinos. Y al mismo tiempo, claro, para llenar el vacío y ordenar el desorden, preceptos divinos como no odiar están siendo legislados chapuceramente como delitos civiles. No olviden que el verdadero revolucionario no aspira a quemar los templos sino a tener los suyos propios.
Amar incluso a los amigos
El verdadero reto del cristiano -el más difícil- es querer el bien del vecino. Solo cuando sepas amar de verdad a aquel que ves empezarán a surgir los enemigos que no ves.
Resumiendo el asunto con un criterio cronológico (y si algún teólogo pasa por aquí y percibe alguna herejía que me lo diga, por favor). La cuestión es que tienes que amar: primero, a Dios; segundo, a tí mismo; tercero, al próximo como a tí mismo; y cuarto: a los enemigos.
15 sept 2021
La historia no os perdona, progres
No olvido que los mismos progres que ahora os arrodilláis ridículamente con el gesto del BLM sois los nietos de los esclavistas, los segregacionistas y los luteranos del apartheid que en su momento eran lo más moderno del mundo.
No olvido que los mismos que ahora imponéis letreros en viejas lenguas pastoriles -y lo digo sin afán de ofender a nadie- sois los que no hace tanto tiempo decretábais la obligatoriedad de una sola lengua oficial normalizada en vuestras repúblicas bananeras revolucionarias.
No olvido que vosotros, los progres que os dedicáis compulsivamente a pesar el CO2 del aire y a medir la carbonilla sois los mismos que inventasteis las cadenas de montaje, el ferrocarril y los petroleros.
No olvido que vosotros, que ahora presumís de arrojar solamente bombas ecológicas y selectivas fuisteis los inventores del militarismo y la guerra total.
No olvido que vosotros, los llorones del despoblamiento rural -y del despoblamiento en general- sois los mismos que procurásteis tener a todos los "paletos" amontonados en los suburbios y los mismos que lleváis décadas dictando leyes pro-muerte.
No olvido en fin que estáis, progres, buscando una moral universal, un credo internacional, un gran imperio benéfico y que sois los mismos que habéis arrasado la Tierra con guerras nacionalistas y con una persecución constante a todo lo que ya era católico (universal).
13 sept 2021
¿Por qué se ocultan?
11 sept 2021
Suicídate, pero antes pasa por ventanilla
El pecado, en fin, para la dictadura progre no es el acto malvado en sí sino aquel que escapa a sus estadísticas: el aborto clandestino, la economía sumergida, la enseñanza en casa, las parejas de hecho, la fe, la reyerta, el maltrato o el suicidio por arrebato. Cualquiera de esas cosas, sean buenas o malas en sí mismas -eso es lo de menos-, pueden recibir la correspondiente bendición o absolución del Estado: pero antes que pasen por la ventanilla.
9 sept 2021
Aquellos pecadores humildes
Cada uno tiene sus cruces y sus pecados. Debilidades para las que hay siempre remedio cuando se conservan la fe, la humildad y la conciencia de pecado.
El problema es cuando se engorda el ego dotando al individuo de una libertad exagerada que aumenta el orgullo y oscurece la conciencia. Hablamos de la hipertrofia de la libertad o, lo que es lo mismo, del liberalismo.
En la sociedad tradicional o pre-liberal cada persona era tentada en uno, dos o tres pecados. Pero no en todos. Por eso existían, tal y como atestigua la literatura en el caleidoscopio de sus tipos humanos, ladrones generosos, asesinos fieles a su palabra, o tiranos piadosos. Nuestros abuelos eran cristianos y disponían de la lista de los diez mandamientos como una ayuda práctica para minimizar los daños. Como los compartimentos estancos que evitan el hundimiento de un barco, así es como funcionaban. La expresión genérica de "es una buena persona" no les decía nada. Las tablas de Moisés, la lista de los pecados capitales, las bienaventuranzas... eso sí que ayudaba a crecer y no la ñoñez difusa de "procura ser una buena persona".
En cambio, en este tiempo parece que final de la historia, los errores se encadenan constituyendo entre los adoradores de la intocable diosa libertad extensas estructuras de pecado. Lo de "ser buena persona" es tan solo el envoltorio del caramelo porque en realidad ellos viven y quieren que vivamos como si conculcar uno tras otro los diez mandamientos hiciera aumentar nuestros derechos.
Alguna razón tiene que haber para que los pro-muerte, por ejemplo, sean al mismo tiempo mentirosos compulsivos, para que se hayan hecho ateos, renieguen de la familia, defiendan la pornografía y relativicen los ataques a la legítima propiedad.
Me dirán que exagero, que en el mundo real hay muchos grises. Sí, aún hay grises. Todavía se vive de inercias. Pero cada vez menos. El mal se expande. Y si antes se contentaba con anularnos a cada uno con dos o tres pecados personales ahora tiene en su mano nuestra alma entera y a tiempo completo.
En resumen: antes, señores liberales, teníamos diez pecados para elegir. ¡Hasta en eso éramos más libres! Ahora es o todo o nada. Ser relativista consiste en pecar contra todos los mandamientos a la vez.
6 sept 2021
La derecha teme, la izquierda odia
La autodeterminación de Novell
Lo del obispo de Solsona, Xavier Novell, solo demuestra una cosa: que la autodeterminación entendida como libertad para romper votos sagrados es insostenible tanto para las comunidades políticas como para las personas. No me voy a hacer aquí eco de las circunstancias escabrosas que rodean este caso. Las noticias vuelan, especialmente las malas, así que no creo que nadie me necesite para informarse. Sí en cambio quiero aprovechar la ocasión para decir, ante todo, que rezo por él y por Cataluña.
Creo que merece la pena reflexionar sobre el significado de la tan manoseada autodeterminación. La idea de romper unilateralmente la unidad secular de los pueblos se facilita si previamente se ha admitido la posibilidad legal del divorcio matrimonial que no es mas que la ruptura de un voto sagrado. Porque los lazos que unen a unas regiones de España con otras, más que de hermandad son vínculos conyugales. De hecho, y muy significativamente, son uniones que a lo largo de la Reconquista se personificaron a menudo en pactos matrimoniales como, sin ir más lejos, el de Isabel y Fernando.
Así, la unidad de lo que quedaba de España en 1975 fue sentenciada a muerte con dos cargas de profundidad: la denominación de "autonomías" a las regiones, partes de un mismo cuerpo, y la introducción legal del divorcio que no es sino pura autodeterminación individual.
Por eso, volviendo a la historia del pobre Novell, el daño que su autodeterminación personal provoca al cuerpo de la Iglesia es simétrico -y coherente- con el daño que la autodeterminación separatista pretende causar en el cuerpo de lo que queda de España. Habrá más, cosas diversas que se nos escapan en el trasfondo de esta historia, por supuesto. Pero también cabe la reflexión que acabo de lanzar. Porque cuando uno bendice una idea de autodeterminación basada en la pura voluntad, tal como predica el liberalismo, está dinamitando la posibilidad de establecer lazos y compromisos ya sean personales o comunitarios, perpetuos o sagrados.
28 ago 2021
Consecuencias históricas
Los pueblos tienen pecados y virtudes pero sus cielos y sus infiernos no están más allá sino aquí mismo, y suelen parecerse mucho a eso que llamamos consecuencias.
Las colonizaciones europeas, salvo honrosas excepciones, fueron depredadoras, racistas y esclavistas. Los ingleses presumían de conocer a los clásicos grecorromanos pero a la hora de la verdad se dedicaron a imitar a fenicios y vikingos.
Los colonialistas franceses por su parte, siempre haciendo las cosas más complicadas de lo que son, algo debieron errar para acabar siendo expulsados como perros de indochina, de Argelia, de Costa de Marfil... Y eso por no mencionar el infierno de Haití que dejaron en su parte maldita de La Española.
Se mire como se mire, aunque viva uno empachado de leyenda negra, la Hispanidad brilla aún más cuando se comparan sus resultados prácticos con los de las otras formas de expansión europea que conocemos. El esclavismo que practicaron los europeos modernos, por ejemplo, ni siquiera tenía que ver con la brutalidad primitiva de los paganos sino que fue un neo-esclavismo, racionalista, utilitarista y racista, o sea, dotado de un aire científico. (Por cierto: "neo-" no suele significar nuevo sino peor. Casi siempre).
Pero he hablado de consecuencias. Hechos que se acumulan para anunciarnos uno tras otro la muerte del Occidente que conocemos. Creo que lo que esta aconteciendo en Europa no responde a un malévolo plan neocomunista que quería aplastar el paraíso liberal burgués sino que se trata de las puras consecuencias de malas ideas y de malas acciones.
Malas ideas que han vaciado a las naciones europeas. Vacío literal porque han hecho perder a los europeos hasta el gusto por vivir y dar vida. Y malas acciones que han creado legiones de pueblos rencorosos.
En la gran historia de los imperios los hay constructores e integradores como Roma, el Austro-Húngaro, la misma Rusia o la Monarquía Católica hispánica y depredadores racistas como los demás pequeños o grandes neoimperios. Lean a María Elvira Roca. Y cuando digo constructores e integradores no quiero decir perfectos. Lo que quiero decir es que sí, que es posible y sano establecer comparaciones. Porque conforme va pasando el tiempo la gran historia pone a cada uno en su sitio.
14 ago 2021
Internet: burbujas y discusiones
No permitáis que las redes sociales os encierren en la burbuja selecta de los que piensan como vosotros. Sed agradecidos con los que os lleven la contraria. Discutid sin enfados siempre que podáis. Buscad la verdad.
En sociedades revueltas y plurales como la nuestra es muy importante que existan espacios comunes para hablar, y para tratar de descubrir entre todos aquellas cosas que nos unen, que las hay. No me gusta el revoltijo cultural, creo que el pluralismo exagerado nos está conduciendo directamente a una dictadura que intentará poner orden. Sería mucho mejor vivir en una sociedad cohesionada en torno unos grandes principios solidos. Pero las cosas son lo que son.
9 ago 2021
¿Somos anarcos los carlistas?
Y no me refiero solo al COVID con todo su vaivén de preceptos farisaicos. Una vez conquistado el poder, alcanzada una hegemonía cultural, el "prohibido prohibir" de los perroflautas del 68 ha sido cambiado por el "prohibido disentir".
Esto demuestra dos cosas: que todo ese culto a la rebeldía de las tribus urbanas que se ensalzaba como el colmo de la libertad mientras unos y otros se dedicaban a socavar los últimos principios de la cristiandad era una impostura. Y, en segundo lugar, que al final toda sociedad necesita, como siempre ha afirmado el pensamiento tradicional, un "unum", una misma fe común. Un ideal al que servir como pueblo, aunque sea mentira.
Ahora que ya, definitivamente, somos nosotros los rebeldes no mintamos como ellos. No olvidemos nunca que la contrarrevolución no es una revolución de signo contrario sino que consiste en hacer lo contrario de la revolución. Dejemos claro que nuestra insumisión es sólo una herramienta para destruir su tiranía. Porque nuestra vocación es la de levantar de nuevo una civilización cristiana. Que somos gente pacífica y que nos gusta construir.
Soy carlista. Pertenezco a una vanguardia que lleva 200 años levantada en armas y en almas contra el orden mediocre que instauró con mentiras la revolución liberal. Nosotros podríamos por tanto, no sin motivo, erigirnos en el prototipo del rebelde, del justiciero solitario, del anarco. Sin embargo, salvo por alguna inevitable adherencia romántica, los carlistas no hacemos de la protesta el núcleo de nuestra acción. No queremos engañar exigiendo una libertad disoluta y genérica en la que no creemos. No somos anarquistas. No podemos sentirnos halagados por las caricaturas que nos pintan como el loco trabucaire que siempre está enfadado, siempre contra todo y contra todos. No es verdad. Nosotros no somos los que viven exagerando e idolatrando la libertad, nosotros queremos un buen gobierno.
Sépanlo aquellos que sonríen ante la imagen entrañable del carlista cascarrabias. Nosotros no nos contentaremos con ser una minoría más o menos tolerada. Nunca nos rendiremos. Nosotros queremos una reconquista plena y todo lo que no sea eso serán escalas necesarias, pausas inevitables. Y aquél orden con el que soñamos no estará al servicio de ninguna ideología... o volveremos a sublevarnos. Estará presidido por la justicia, para que haya libertad y nadie tendrá que presumir de anarco para defender su dignidad frente al poder porque el poder estará en su sitio, limitado por encima por la autoridad y por debajo, por el servicio.
7 ago 2021
Apartheid sanitario
El término apartheid (separación en afrikaans) ocupa en la cosmovisión progre uno de los círculos de su particular diccionario infernal junto con las palabras dictadura, segregación, fascismo y otras parecidas. Aquella legislación racista de raíces protestantes estuvo vigente en Sudáfrica hasta 1992 y todo parecía indicar que nada, nunca, podría volver a justificar su rehabilitación. Sin embargo, ha tenido que llegar la menos letal de las grandes pandemias de la historia para que los políticos del sistema globalista hayan empezado a pensar en dividir de nuevo a la gente en ciudadanos de primera y de segunda. Los primeros son aquellos que cumplen todas las normas y se inoculan sin rechistar aquello que prescribe el gobierno. Los segundos, los parias, los nuevos apestados, leprosos asintomáticos, son aquellos que -por la razón que sea- no disponen del pasaporte covid. Son los nuevos simpapeles y no podrán ir al circo.
¿Se acuerdan de cuando se crucificaba a un empresario si se le ocurría despedir a un empleado con SIDA? ¿De cómo se podía llegar a estigmatizar a un propietario por negar el alquiler a una persona seropositiva? Pues bien, ya se dan casos (acaban de hacerlo con empleados de la televisiva CNN) de despidos a personas por carecer de la documentación sanitaria que identifica a los "buenos ciudadanos". Y no solo se trata de empresas particulares. El nuevo apartheid está obteniendo el visto bueno de los tribunales y ahora son los propios gobiernos los que empiezan a cerrar el acceso a los espacios públicos a aquellos parias que no lleven la marca adecuada en la frente.
Malos tiempos para la libertad, para la igualdad y para la fraternidad. Muy malos cuando las ideologías que eclosionaron en 1789 se sienten tan fuertes que ya no necesitan disimular sus malas intenciones con bellas y vacías palabras.
5 ago 2021
La crisis demográfica y los viejos del PSOE
Joaquín Leguina, prototipo de viejo socialista asustado, ha conseguido colar este lacrimógeno titular en la prensa: "Que haya pocos niños crea soledad". Leguina, que además de ex-empleado del PSOE es demógrafo, ha sido fichado por el CEU para ocupar el cargo de Director del Observatorio Demográfico. Se supone que con el objeto de ser una voz que alerte y denuncie las desastrosas políticas demográficas y antifamilia que nos han llevado a la situación actual.
Es evidente que con este nombramiento la universidad de la Asociación Católica de Propagandistas no buscaba un ejemplo de coherencia sino presentar un figurón que aún conserva cierto gancho periodístico. Pero la cosa no deja de ser chocante porque, si nos paramos a pensar un poco, decir PSOE es lo mismo que decir pornografía, anticonceptivos, divorcio, feminismo, aborto e ideología de género. O sea que si hay que buscar algún culpable de la crisis de nupcialidad y natalidad que asola nuestra patria es el PSOE, bien acompañado por la leal oposición malminorista, quien se lleva la medalla de oro.
Leguina, que ha sido durante décadas un pez gordo en la organización socialista dice ahora que "es preciso influir en la esfera política y empresarial" o que "necesitamos una política para que las mujeres puedan cumplir ese deseo (de tener más hijos de los que tienen)". ¡Arrepentidos quiere Dios! Pero arrepentidos de verdad, no caraduras. ¿Quiere el Observatorio Demográfico del CEU llamar la atención de los medios? Pues en su próxima rueda de prensa saquen otra vez a Leguina, pero vestido de saco y con ceniza en la cabeza.
¿Un año sin don Juan Carlos?
El coche eléctrico no arranca
Lo del coche eléctrico parece que no cuaja. Las cuentas no salen. ¿De dónde podría salir la electricidad necesaria para mover todo el parque automovilístico actual? ¿De quemar en grandes centrales el mismo petróleo que ahora se va quemando poco a poco en cada coche? Para ese viaje... Y eso sin entrar en otros graves problemas aún no resueltos como son la financiación de unos vehículos caros; los puntos de conexión que resultará difícil o imposible poner al alcance de cualquiera; o hasta el reciclaje de las baterías y otros componentes altamente contaminantes. A corto plazo el vehículo eléctrico podría quedarse en algo así como los cochecitos del golf, un capricho para algunos.
La respuesta de nuestros políticos es la de siempre: la huída hacia adelante. Vender la burra aunque la burra ya lleve un tiempo muerta. Cuando existe un empeño ideológico la realidad es lo de menos. Lo que no saben es que la realidad siempre, siempre, se acaba imponiendo. En este asunto caótico de la movilidad más valdría estudiar los problemas con un poco más de humildad, dejar de lado los tintes electoralistas, dar prioridad a la libertad de las familias y dejar trabajar a los expertos, que los hay.
El silencio atronador de los médicos
El pasado 29 de julio se publicó en Navarra el Decreto Foral 71/2021 "por el que se crea la Comisión de Garantía y Evaluación de la prestación de ayuda para morir de la Comunidad Foral de Navarra y el Registro de profesionales sanitarios objetores de conciencia para realizar la prestación de ayuda a morir". Tanto eufemismo ñoño provoca arcadas. "Prestación de ayuda para morir" lo llaman.
Supongo que en el resto de comunidades autónomas harán el mismo copia y pega demostrando una vez más que todo este rollo de las autonomías no es para defender peculiaridades regionales sino para ejecutar con mayor eficacia las normas totalitarias que vienen dictadas desde arriba. No, de Madrid, no, de más arriba.
Lo que no entiendo es por qué no se rebelan los colegios de médicos. Primero les imponen una ley que contempla el matar a los pacientes como una prestación sanitaria más. ¿Y encima a los que no estén conformes se les obliga a inscribirse en una lista? No señor. La lista, en todo caso, tendría que ser la de aquellos matarifes o verdugos que estén dispuestos a cobrar un sueldo por ejecutar mediante inyección letal a sus pacientes. Si yo fuera médico no me apuntaría en una lista de objetores porque el no matar a los pacientes es lo que va incluido en la profesión. Es la podredumbre moral de los que acceden a acabar adrede con la vida de sus pacientes lo que, en todo caso, merecería ser consignado en la lista de la ignominia.
El silencio de los médicos en defensa de sus propios códigos éticos es atronador. Me temo que tendríamos que haber guardado los aplausos aquellos para los médicos que aún se atreven a denunciar el aborto, la eutanasia o la vacunación infantil.
En fin, como paciente exijo que la lista de eutanasiadores sea pública. No me interesa la lista de los buenos médicos que quieran seguir siendo fieles al juramento de Hipocrates. Quiero saber quiénes son los malos, dónde viven y a qué se dedican. Quiero saberlo para curarme en salud, y para cambiarme de acera cuando me los encuentre por la calle. Por si acaso.
30 jul 2021
Castillo y los castellanos
No conozco demasiado al personaje. Apenas las cuatro cosas que van llegando en las escuetas biografías de internet, pero a falta de alguna que otra sorpresa el profesor Castillo parece estar cumpliendo con creces los niveles típicos de incoherencia propios de esta clase de políticos. Se llama Pedro y es católico, pero lidera un movimiento marxista; rechaza el imperialismo yanqui pero su mujer y sus hijos (Alondra, Jennifer y Arnold) militan en una secta protestante. Cada cosa que hace es un insulto a sus abuelos. Es como otro pequeño y fraudulento Evo. Lo siento por el Perú.
Incluso el sombrero chotano que lleva con orgullo, imitando el efecto de los jerseis populistas de Morales, no es de origen inca, ni huari, ni del Tahuantinsuyo, ni nada parecido. ¿De dónde se creen que vino? En efecto, lo trajeron los hombres de Castilla. Sus propios antepasados. Esos mismos que él pisotea con su ceguera ideológica. Antepasados peruanos indios y mestizos que, en el momento crítico de la revolución liberal antihispánica del XIX, hicieron del virreinato el último reducto realista.
Como dice María Elvira Roca, los hispanos tienen un problema con su pasado, con sus abuelos, con sus complejos. Sobre esta enfermedad de autoodio es imposible construir políticamente nada que no sea una republica bananera dominada por USA o por China. O sea, más de lo mismo.
Nueva manipulación de las palabras del Santo Padre
Diversos medios y periodistas del entorno liberal, neocon o incluso algún presunto tradicionalista que ha caído en la trampa, han aprovechado una nueva catequesis del Papa sobre el milagro de la multiplicación de los panes y los peces (25 de julio) para acusar al Papa de comunista, materialista, pobrista y hasta de modernista negador de los milagros.
Libertad Digital, por ejemplo titula: "El Papa corrige a Cristo: "El milagro no es multiplicar los panes y los peces". Este titular es una manipulación como una casa. Aunque, la verdad, cualquiera que sepa un poco de historia sabrá que nada mas propio de los liberales que mentir. Siempre lo han hecho.
A veces por otra parte, entre los católicos, parece que quienes más obsesionados están por todo lo que dice el Papa son los que nos acusan de papólatras sólo porque reconocemos su legítima autoridad. Cuando el papa patine -que todo es posible- o diga cosas que no me cuadran me podré callar o mostrar una disconformidad respetuosa, lo que nunca haré es sumarme al carro de los neocon o de los liberales que no se preocupan por la ortodoxia del Papa sino que tratan de manipular a la Iglesia al servicio de sus ideologías.
Por su parte, un redactor de Electomania.com ha escrito: "El Papa Francisco pide cambiar el "multiplicar" de los panes y los peces por "compartir". Resulta que en el Evangelio no aparece la palabra "multiplicar". Así que no hay nada que cambiar. ¿Cuál es el problema entonces?
En esta ocasión el Papa no niega ningún milagro, lo que hace es explicar en qué nos concierne el mandato de "Dadles de comer". ¿De verdad vamos a ser tan simples de creer en Jesús sólo porque un día hizo aparecer de la nada cinco mil panes? ¡Por favor! ¡Que ha creado el Universo! Para quien tiene fe en el auténtico Jesús lo de los panes y los peces es una anécdota. Para los más simples -o para los materialistas- era un acontecimiento que les llevaba a querer proclamarlo rey. El Papa, como digo, pone el foco no en el fenómeno milagroso en sí sino en el hecho de repartir. Y nos recuerda que si damos con fe, si repartimos en nombre de Dios poniendo lo poco que tengamos con amor, aun nos sobrará. En eso consiste realmente la caridad, en dar sin medida, sin cálculos. Así lo han hecho todos los santos y así lo pueden confirmar por ejemplo las familias numerosas. Todo lo que se da con generosidad al final vuelve con creces, y rebosa.
En este mundo tan polarizado parece que cada vez cuesta más defender la verdad y poner las cosas en sus justos términos. Si apoyas al Papa te tachan de comunista. ¿Comunista yo? Lo que siempre he sido es antiliberal. O, en todo caso, comunionista... Aunque siempre he pensado que los -ismos los carga el diablo y por eso cuanto menos se usen mejor.
No se si esta maniobra farisaica de ir a buscar la paja en el ojo papal se hace para utilizar a la Iglesia como arma arrojadiza contra las ideologías adversarias o si se emplea directamente para provocar división e inquietud entre los católicos. En cualquier caso, no se fíen ni un pelo de los titulares ni de los comentarios periodísticos. Acudan a la fuente, oigan con buena fe la palabra del Papa y verán que no ha dicho nada terrible, ni comunista, ni modernista. Lo ha dicho en el típico estilo jesuítico, sí, ese que a veces nos pone un poco nerviosos porque obliga a pensar. Sólo es eso. Además, las enseñanzas o reflexiones de sus homilías o catequesis -como las de cualquier otro sacerdote de Dios- aprovecharán más o menos, estarán más o menos inspiradas, moverán más a unos que a otros, serán más o menos ocurrentes o agudas. Pero aprovecharán mucho más si se escuchan con buena intención, tratando de encontrar la viga propia.
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Evangelio de la Liturgia de este domingo narra el célebre episodio de la multiplicación de los panes y los peces, con los que Jesús sacia el hambre de cerca de cinco mil personas que se habían congregado para escucharlo (cf. Jn 6,1-15). Es interesante ver cómo ocurre este prodigio: Jesús no crea los panes y los peces de la nada, no, sino que obra a partir de lo que le traen los discípulos. Dice uno de ellos: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es esto para tantos?» (v. 9). Es poco, no es nada, pero le basta a Jesús.
Tratemos ahora de ponernos en el lugar de ese muchacho. Los discípulos le piden que comparta todo lo que tiene para comer. Parece una propuesta sin sentido, es más, injusta. ¿Por qué privar a una persona, sobre todo a un muchacho, de lo que ha traído de casa y tiene derecho a quedárselo para sí? ¿Por qué quitarle a uno lo que en cualquier caso no es suficiente para saciar a todos? Humanamente es ilógico. Pero no para Dios. De hecho, gracias a ese pequeño don gratuito y, por tanto, heroico, Jesús puede saciar a todos. Es una gran lección para nosotros. Nos dice que el Señor puede hacer mucho con lo poco que ponemos a su disposición. Sería bueno preguntarnos todos los días: “¿Qué le llevo hoy a Jesús?”. Él puede hacer mucho con una oración nuestra, con un gesto nuestro de caridad hacia los demás, incluso con nuestra miseria entregada a su misericordia. Nuestras pequeñeces a Jesús, y Él hace milagros. A Dios le encanta actuar así: hace grandes cosas a partir de las pequeñas, de las gratuitas.
Todos los grandes protagonistas de la Biblia, desde Abrahán hasta María y el muchacho de hoy, muestran esta lógica de la pequeñez y del don. La lógica del don es muy diferente de la nuestra. Nosotros tratamos de acumular y aumentar lo que tenemos; Jesús, en cambio, pide dar, disminuir. Nos encanta añadir, nos gustan las adiciones; a Jesús le gustan las sustracciones, quitar algo para dárselo a los demás. Queremos multiplicar para nosotros; Jesús aprecia cuando dividimos con los demás, cuando compartimos. Es curioso que en los relatos de la multiplicación de los panes presentes en los Evangelios no aparezca nunca el verbo “multiplicar”. Es más, los verbos utilizados son de signo opuesto: “partir”, “dar”, “distribuir” (cf. v. 11; Mt 14,19; Mc 6,41; Lc 9,16). Pero no se usa el verbo “multiplicar”. El verdadero milagro, dice Jesús, no es la multiplicación que produce orgullo y poder, sino la división, el compartir, que aumenta el amor y permite que Dios haga prodigios. Probemos a compartir más, probemos a seguir este camino que nos enseña Jesús.
Tampoco hoy la multiplicación de los bienes resuelve los problemas sin una justa distribución. Me viene a la mente la tragedia del hambre, que afecta especialmente a los niños. Se ha calculado —oficialmente— que alrededor de siete mil niños menores de cinco años mueren a diario en el mundo por motivos de desnutrición, porque carecen de lo necesario para vivir. Ante escándalos como estos, Jesús nos dirige también a nosotros una invitación, una invitación similar a la que probablemente recibió el muchacho del Evangelio, que no tiene nombre y en el que todos podemos vernos: “Ánimo, da lo poco que tienes, tus talentos y tus bienes, ponlos a disposición de Jesús y de los hermanos. No temas, nada se perderá, porque, si compartes, Dios multiplica. Echa fuera la falsa modestia de sentirte inadecuado, ten confianza. Cree en el amor, cree en el poder del servicio, cree en el poder de la gratuidad”.
Que la Virgen María, que dijo “sí” a la inaudita propuesta de Dios, nos ayude a abrir nuestros corazones a las invitaciones de Dios y a las necesidades de los demás.
27 jul 2021
Lo que más o menos dije el viernes a los carlistas participantes en la peregrinación a Covadonga (Nuestra Señora de la Cristiandad)
Me ha pedido María Cuervo-Arango, como anfitriona de este encuentro de Oviedo, previo a la andadura que comenzáis mañana, que os envíe un saludo para unirme de alguna manera a esta peregrinación, a este encuentro. Y lo primero que tengo que decir es que me dais mucha envidia porque las peregrinaciones religioso-patrióticas son siempre una ocasión estupenda para disfrutar y para que salgan muchas cosas buenas.
Supongo que estaréis de acuerdo conmigo en llamar a esto una peregrinación religioso-patriótica. Nosotros no hemos de tener ningún problema, ni confundimos, ni hacernos un lío porque estén lo patriótico y lo religioso unidos. De hecho España nació y ha renacido en varias ocasiones, en el Concilio de Toledo, en Covadonga, en la Reconquista, en la lucha contra el protestantismo, en la lucha contra Napoleón, en la Cruzada... Ha nacido y a renacido en torno a los ideales que unen la Fe y el sentido de Hispanidad. Así que creo que ir a Covadonga es una buena elección. Podría haberse hecho la peregrinación a otras Covadongas que tenemos en nuestra historia. Pero sea como sea en este momento de nuestra historia está claro que necesitamos una nueva Covadonga, necesitamos una nueva reconquista. Y Covadonga lo que nos demuestra es que esa nueva reconquista empezará como Dios quiera, cuando Dios quiera y donde Dios quiera.
En cuanto al asunto de la misa tradicional -que supongo que estarán los nervios a flor de piel estos días y que será en el camino un tema de conversación constante- ya os imaginaréis muchos lo que os puedo decir: que mantengáis la calma, que tengáis fe, que tengáis confianza, que las grandes obras en la vida no se consiguen sin cruces, que las pruebas son las que hacen que al final el Espíritu vaya soplando... Y si es del Espíritu saldrá adelante. En eso no tengáis la menor duda, por muchas dificultades que se vean en un momento dado. El testimonio que puedo dar yo en este tema es paradójico porque yo personalmente no soy una persona de misa tradicional, nunca he estado en esos ambientes, posiblemente porque he vivido siempre rodeado de sacerdotes muy respetuosos siempre con las formas y sin abusos litúrgicos ni cosas raras. Tengo dos hermanos sacerdotes y dos hermanas monjas y conozco muchos ambientes de iglesia. Siempre he tenido una gran simpatía por el latín como lengua universal, católica, me parece que sería estupendo que se recuperara y también todas aquellas formas litúrgicas que devuelvan el espíritu de lo sagrado, de la celebración más profunda de la liturgia. Así que, como digo, hay que tener confianza en que la Iglesia es mucha Iglesia y los renglones torcidos al final se acaban enderezando. Hay que tener paciencia, hay que tener también mano izquierda, poner buena cara y nada... seguro que estos días los aprovecháis muy bien y llegáis a Covadonga con una gran sonrisa, aunque llueva -que no sería nada raro en Asturias- o aunque os salga un oso, que espero que no.
Por último decir que ya siento que os hayáis perdido por culpa del virus la charla que ibais a tener con Javier Barraycoa que, según se anunciaba, iba a hablar sobre el compromiso de los católicos en la política. Yo lo único que os puedo decir sobre esto, en dos palabras, es que si sois católicos españoles y queréis hacer política que os hagáis carlistas si no lo sois. Que trabajéis desde el Carlismo. Que aunque parezca hoy por hoy una cosa humilde y pequeña es un hilo o una corriente que nos enlaza con todo lo bueno de la historia de España, empezando por ejemplo con Don Pelayo y con los cristianos de Covadonga.
¡Y sin más, me despido con un Viva Cristo Rey, Viva España, Vivan los Fueros, Viva el Rey, Viva Asturias!
24 jun 2021
Queridos nazionalistas, sois unos mentirosos
Lo que Navarra vivió a principios del siglo XVI fueron unos años turbulentos marcados por las guerras de banderías nobiliarias, corruptelas eclesiásticas y tensiones internacionales europeas. En la guerra de Navarra intervinieron castellanos, aragoneses, franceses, suizos, alemanes e italianos. Al final hubo un cambio de dinastía pero nunca se planteó la extinción del reino. El reino de Navarra salió de aquel periodo pacificado y fortalecido en sus instituciones. Fernando el Católico y los reyes de la casa de Austria juraron siempre los fueros navarros y las tensiones y problemas fueron los habituales en cualquier otro estado de la Cristiandad. Nadie, a principios del siglo XVI, se planteaba aquel proceso como un conflicto étnico entre vascos y españoles. Nadie. Ese es un anacronismo absurdo inventado por la mitologia euskadiana.
Lo que terminó con el reino de Navarra en 1841 (y con todos los demás reinos y consejos de la Monarquía) fue la ideología jacobina del nacionalismo liberal. La misma que inspiró, por imitación, a los nacionalismos periféricos en todos los rincones de la Hispanidad.
La manipulación de la historia de la conquista de Navarra y su anexión a la Corona de Castilla, en fin, tal como la hacen los euskadianos ahora, es un típico caso de historicismo aprovechado. Y no tendría ningún sostén si no fuera por el dinero del PNV y las bombas de ETA.
Libros: Feria, de Ana Iris Simón. La sombra del árbol que hemos heredado
Acabo de leer FERIA -justo cuando Ana Iris Simón acaba de tener a su primer "niño melocotón"- y no puedo menos que agradecerle la forma y el fondo que ha sabido dar a esto que no es una novela sino un ensayo familiar que ayudará a entender lo que queda de España a quien se sumerja en sus páginas. Creo que si cada familia tuviera su propia Ana Iris para contar cada epopeya doméstica las Españas volverían a ser lo que fuimos. Una tradición blindada contra las mentiras de las ideologías del progreso.
Recomiendo esta lectura, sin duda, aunque no espere nadie un libro carlista o de tradicionalismo político. Feria es un mosaico familiar contemporáneo en el que se apenas se desvelan las raíces de una tradición popular que se resiste a morir. Aporta esperanza, porque habla de la familia, la estirpe, la tierra y la tradición como enemigos del progreso falso y decadente de la modernidad.
Leyendo esta reivindicación vital de Ana Iris Simón no he dejado de pensar en La señorita Prim. El personaje de Natalia Sanmartín participaba en la reconstrucción un mundo pequeño y humano, con un toque afrancesado y un tanto artificial, como de cuento. Ana Iris, en cambio, recoge los jirones de su universo manchego, tan reales que aún se pueden tocar. ¡Qué gran equipo formarían ambas, diferentes como un Quijote y un Sancho femeninos, o -mejor aún- como dos variantes de un mismo Quijote- si quisieran arremeter, juntas, contra los molinos de ese engaño llamado progreso!
Y me quedo con las ganas se saber algo más de ese antepasado carlista Diego Simón, que Ana Iris menciona en el entierro de Hilario. Y de saber por qué, en la historia del gigante-molino, dice eso de que "... tras don Alonso apenas nadie me había sabido ver como lo que soy, ni a mí ni a ninguno de los míos, salvo un puñado de críos y un carlista adolescente una vez, pero nadie le tomó en serio. Pocos tomaron en serio a los carlistas, realmente. Si no que se lo pregunten a Valle, que como Alonso y como la señora del visillo seguramente habría sabido reconocerme." Supongo que algún día me enteraré.
Quiero dar, en fin, la enhorabuena a Ana Iris Simón, por todo, por el libro, por el hijo y por la sombra del árbol que ha heredado.
22 jun 2021
Oración a Santo Tomás Moro, patrón de los gobernantes y los políticos
Enséñanos a cumplir con nuestro deber, a buscar siempre el bien común, a ejercer las responsabilidades con inteligencia y sentido del humor. Y cuando llegue la hora del testimonio supremo del martirio, enséñanos a la entrega confiada. Amén
Libros: Señor del mundo, de Robert Hugh Benson
La verdad es que no he leído ni muchos tratados de oración ni demasiada literatura mística pero me da la impresión de que estas cuatro páginas de Benson en las que se explican las rutinas de su protagonista ante el sagrario pueden ser muy inspiradoras. La novela es buena, con un tono profético que asusta un poco, pero es posible que estas páginas sean las de mayor mérito.
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BENSON, Robert Hugh
Señor del mundo
Cristiandad, Madrid, 2015
Traducción de Leonardo Castellani.
Libros: El hobbit, de J.R.R. Tolkien
En casa tenemos la sana costumbre de leer a los niños casi todas las noches. Hoy hemos terminado El Hobbit y sé que pase lo que pase mis hijos siempre recordarán cómo viajaron con su padre, viviendo las más increíbles aventuras, acompañando a unos personajes inolvidables.
"¡Claro! - dijo Gandalf-. ¿Y por qué no tendrían que cumplirse? ¿No dejarás de creer en las profecías sólo porque ayudaste a que se cumplieran?"
Así termina esta historia. ¡Qué gran reflexión final para un gran libro!
Libros: La Alpujarra, de Pedro A. de Alarcón
Así lloraba, con toda la incongruencia de los liberales que se van haciendo conservadores a la vez que viejos, el académico Pedro Antonio de Alarcón, en 1873. Lloraba por los pobres alpujarreños, amargados por "los que han convertido la Revolución de 1868 en una conspiración contra la Religión católica".
No se pierdan esta impresionante confesión del liberal Alarcón: "... los mismos qué solíamos felicitarnos de la desaparición del antiguo orden social y político de España (...) hemos venido a reconocer, en cambio, a fuerza de crueles lecciones (...) que esa libertad y esas ideas, lejos de domesticar, de civilizar, de dignificar más y más cada día a las clases bajas (...), las han hecho retroceder a la primitiva barbarie. "
ALARCÓN, Pedro Antonio de
La Alpujarra
Victoriano Suárez, Madrid, 1940
Paginas 112-113.
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En otros países cristianos el paso venenoso y disolvente del liberalismo dejó como herencia cosas peores... como la cossa nostra.
Libros: Los renglones torcidos de Dios, de Torcuato Luca de Tena
Las novelas de locos se prestan al rizo del rizo de la ficcion. Lo que sucede, invento del autor, se entremezcla con lo que las mentes de los personajes enfermos mentales -inventados o descubiertos por el autor- se creen que sucede. Tiene mucho mérito ser capaz de escribir una historia detectivesca en ese ambiente y hacerlo sin que el lector pierda la seguridad al ir asimilando los altibajos y giros de la acción.
De todas formas, independientemente del arte del escritor, y del tesón que le llevó a conocer desde dentro un hospital psiquiátrico, personalmente me interesa mucho comparar el ambiente intelectual y literario que se palpa en esta novela de 1979 con el que "disfrutamos" en nuestro 2021. Para empezar... ¿Se imaginan una novela actual de Planeta incluyendo la palabra Dios en su título?
Libros: El desierto de los tártaros, de Dino Buzzati
Literatura de la buena. Esa que ofrece mil libros posibles dentro de un solo libro según sean la edad y estado de ánimo del lector, el clima, la velocidad de lectura, la salud, las noticias, las experiencias recientes, etc. Un acicate para mirarse en un espejo y hacerse preguntas incómodas como, por ejemplo, ¿qué estoy haciendo con mi vida?
26 may 2021
Libros: Apocalipsis Z, de Manel Loureiro
Hace años que le oí a Javier Barraycoa hablar con respeto de los muertos vivientes como metáfora de la sociedad enferma que nos rodea. Me acabo de terminar esta novela de zombies (ambientada entre Vigo y Pontevedra, por cierto) y creo que viene bien leer cosas de estas. No para quedarse en la chorrada del miedito adolescente sino para alimentar dentro de nosotros el espíritu de resistencia, para ayudarnos a optar siempre por lo fundamental: la vida, la familia, la fe y la esperanza.
LOUREIRO, Manel
Apocalipsis Z
Dolmen. Palma de Mallorca. 2007
294 p.
25 may 2021
Censurado en Twitter. Ecos en Hispanidad.com y en Navarraconfidencial.com
Una vez más en Hispanidad.com y en Navarraconfidencial.com se acuerdan de uno. En este caso para que conste nuestra protesta ante las chapucillas que hacen los de Twitter para tratar de mantener su cotarro políticamente correcto.
Gracias!
HISPANIDAD.COM:
NAVARRACONFIDENCIAL.COM / ESPAÑACONFIDENCIAL.COM