Esta última batalla palestino-israelí tiene muy mala pinta. Nadie va a ganar nada. Y en este conflicto veo con lástima a los cristianos divididos entre los liberales pro-israel, gente de orden que se ha tragado la propaganda sionista y los pro-palestinos, que parecen ignorar la doblez e insolidaridad de los lideres musulmanes.
¿Quién tiene razón en esta guerra? Nadie y todos a la vez. Todos tienen culpa, todos son víctimas. Algunos piensan que se podrían dirimir responsabilidades si nos remontáramos al origen histórico de los hechos. El problema es que no es posible ponerse de acuerdo sobre dónde fijar ese origen histórico. Si aceptáramos como causa del problema el reciente lanzamiento de misiles sobre Israel la culpa sería de los palestinos de Hamas. Si nos centráramos en la ocupación violenta que propició hace décadas el nacimiento del moderno estado de Israel la culpa sería de los sionistas. ¿Pero quién no ha invadido antes Tierra Santa? Antes de los nuevos hebreos lo hicieron los ingleses, los turcos, Saladino, los cruzados, los árabes, los bizantinos, los romanos, los persas, los filisteos, etc.
¿Equidistancia? Por supuesto. Y ahora mas que nunca. En el plano teológico los judíos se han quedado cortos y los musulmanes se han pasado de largo. Unos no reconocieron al Mesías y otros creyeron a un falso profeta. Por eso la única esperanza de paz en Tierra Santa no está ni en el triunfo de los unos ni en el de los otros sino en la conversión a Jesucristo. ¿Un reino cristiano de Jerusalen? ¡Ojalá! Jesús es el único príncipe de la Paz. Si nosotros, los cristianos, no se lo decimos ¿quién lo hará?
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