Esther Cerveró (Vh).- En las últimas elecciones sacaron 45.000 votos en toda España, y en la Comunitat cuentan con cuatro agrupaciones que luchan a diario por los ideales del Carlismo.
¿El movimiento carlista cala en la sociedad?
Desde luego, porque no estamos en las cosas del campesinado del siglo XIX, sino que nos preocupamos por las cuestiones que son importantes actualmente. El sistema actual va a trompicones cada cuatro años y el político tiene miedo a tomar decisiones que caigan mal. En un sistema monárquico, como el que propone el Carlismo, las grandes decisiones de estado se toman con mayor independencia y menos influido por la política electoralista del momento.
¿Qué parcela está más desatendida?
Lo más grave, aunque menos político, es el tema relilgioso y moral, así como la invasión de competencias, como los nacionalismos que contaminan todo y crean enfrentamientos donde no los hay. El estatalismo y el excesivo poder de los partidos.
¿Vamos abocados al laicismo?
Hay una tendencia muy fuerte actualmente, y no es una moda del momento, sino que está planificado, porque hay personas que están trabajando para que esto ocurra de verdad. Nosotros somos partidarios de la confesionalidad, porque si una persona quiere tener un crucifijo en una habitación del hospital, tiene derecho y se debe vivir con naturalidad, porque lo raro es que se quiera erradicar.
A demás de la religión, este movimiento se suntenta en otros dos pilares.
Aunque los principios del Carlismo son Dios, patria y rey, hoy en día hay otros que nos marcan un mínimo, definidos por el Papa Benedicto XVI que son los llamados ‘principios no negociables’ y son vida, familia, educación y bien común.
¿Tienen dificultad a la hora de quitarse estereotipos?
Un poco, pero tampoco nos preocupa. Todo el mundo tiene su historia y la del Carlismo es bastante más limpia que la del PSOE, porque no es ningún misterio que tiene una historia golpista y revolucionaria.
¿Qué presencia tienen en la Comunidad Valenciana?
Electoralmente no es muy fuerte, porque la crisis del Carlismo de finales del s. XX ha sido muy fuerte, ya que la sociedad ha cambiado muchísimo. Estamos volviendo a salir a la luz y hay cosas que no se ven, pero que sí que existen. Hay numerosas personas que han sacado iniciativas de tipo católico, educativo, cultural y de defensa del Reino de Valencia como es el Círculo Aparisi y Guijarro.
Hablemos de la lengua
La lengua es un medio de comunicación para decir la verdad, no una bandera. Los nacionalismos la manipulan. En el caso de Valencia, el nacionalismo catalán. Así, reivindican el presunto derecho de hablarlo en las Cortes españolas, cuando lo lógico es que se hable en español porque es un lugar donde debemos entendernos. Está mal el principio nacionalista porque divide en lugar de unir. Aquí en Valencia se hace muy bien al refutar la provocación de los nacionalistas catalanes, pero no hay que caer en al trampa de hacer un nacionalismo valenciano, porque si no, se les da la razón. Aunque lo más grave es la postura del PP y del PSOE de sufragar las dos posturas para que choquen y crear una cortina de humo. Así, el PP financia en Valencia a editoriales catalanistas y permite la emisión de TV3.