27 may 2011
14 may 2011
Más cosas sobre las elecciones y la campaña electoral
Hace unos días publiqué en esta entrada la nota de prensa que como Junta de Gobierno hemos difundido ante las elecciones. Ahora incluyo algunos comentarios más personales que espero ayuden a entender mejor la posición de la Comunión en estos momentos.
Nuestra estrategia actual, que como todas las estrategias políticas es imperfecta, trata de conjugar dos líneas de actuación diferentes y complementarias:
Por un lado queremos "meter el pie" en el sistema alcanzando alguna representación y para ello, puesto que la partitocracia es un coto cerrado que no da la menor facilidad a los grupos extraparlamentarios, estamos intentando en los últimos años que se constituya una coalición puntual, como instrumento exclusivamente electoral, integrada por los grupos políticos que entienden los principios no-negociables como mínimo indiscutible. Esa coalición serviría para aglutinar -y multiplicar- los votos que podemos obtener cada grupo por separado. Hay que tener en cuenta que hoy más que nunca es imposible alcanzar algún éxito electoral sin apoyos económicos y mediáticos. ¿Con qué medios de comunicación o recursos económicos contamos actualmente los carlistas o cuentan los otros grupos de los no-negociables? Una agrupación electoral centrada en llevar a las instituciones voces para defender con vigor la vida, la familia, la libertad de educación y el bien común tendría sin duda un mayor acceso a esos recursos económicos y comunicativos tan necesarios. Y supondría, en fin, un gran primer paso para romper la actual situación de marginación y de manipulación que sufrimos los católicos en una España cada vez más alejada de sus raíces. En esta entrada se explica nuestro antepenúltimo intento: http://javiergarisoain.blogspot.com/2011/03/un-nuevo-intento-de-unidad-de-accion.html
La otra línea de actuación, más profunda y ambiciosa, consiste en la reconstrucción de un tejido social tradicionalista que, a largo plazo, facilite la pervivencia y crecimiento de los valores de la España tradicional así como una lógica repercusión en las elecciones e instituciones. En los últimos años, cada vez que hemos apelado al voto carlista nos hemos dirigido a un pueblo desarticulado, a los "restos del naufragio" de lo que fue "el pueblo carlista" y que hoy se encuentra disgregado en medio de sucedáneos más o menos incoherentes. En este sentido, la puesta en marcha de la Liga Tradicionalista (www.ligatradicionalista.es) es el germen de lo que está llamado a ser un gran movimiento social y político.
Por último no hay que olvidar que existe otra política pequeña, de andar por casa, no menos real que estas "grandes estrategias" que acabo de describir. Me refiero a la participación de cada uno de nosotros, en el día a día, en las comunidades de vecinos, en la vida de los colegios o asociaciones profesionales, estudiantiles, culturales o sindicales, o en alguna las mil y un caras de la vida asociativa. Dentro de esta pequeña política están las agrupaciones electorales independientes que encauzan la política municipal en muchos pueblos pequeños. Y aquí es donde puedo contar mi testimonio particular. Que nadie se extrañe si ve al señor secretario general de la CTC como número seis del Grupo Independiente de Urroz-Villa. Me pidieron el apoyo y no me he podido negar. Y además, humildemente, creo que con eso doy ejemplo de actitud carlista. Este tipo de colaboraciones puntuales, siempre que no nos distraiga de nuestros compromisos con la Comunión, es un ejercicio que nos hace bien porque nos pega al terreno, a la vida real de nuestros vecinos, y nos aleja de un peligro de ideologización cierto.
Nuestra estrategia actual, que como todas las estrategias políticas es imperfecta, trata de conjugar dos líneas de actuación diferentes y complementarias:
Por un lado queremos "meter el pie" en el sistema alcanzando alguna representación y para ello, puesto que la partitocracia es un coto cerrado que no da la menor facilidad a los grupos extraparlamentarios, estamos intentando en los últimos años que se constituya una coalición puntual, como instrumento exclusivamente electoral, integrada por los grupos políticos que entienden los principios no-negociables como mínimo indiscutible. Esa coalición serviría para aglutinar -y multiplicar- los votos que podemos obtener cada grupo por separado. Hay que tener en cuenta que hoy más que nunca es imposible alcanzar algún éxito electoral sin apoyos económicos y mediáticos. ¿Con qué medios de comunicación o recursos económicos contamos actualmente los carlistas o cuentan los otros grupos de los no-negociables? Una agrupación electoral centrada en llevar a las instituciones voces para defender con vigor la vida, la familia, la libertad de educación y el bien común tendría sin duda un mayor acceso a esos recursos económicos y comunicativos tan necesarios. Y supondría, en fin, un gran primer paso para romper la actual situación de marginación y de manipulación que sufrimos los católicos en una España cada vez más alejada de sus raíces. En esta entrada se explica nuestro antepenúltimo intento: http://javiergarisoain.blogspot.com/2011/03/un-nuevo-intento-de-unidad-de-accion.html
La otra línea de actuación, más profunda y ambiciosa, consiste en la reconstrucción de un tejido social tradicionalista que, a largo plazo, facilite la pervivencia y crecimiento de los valores de la España tradicional así como una lógica repercusión en las elecciones e instituciones. En los últimos años, cada vez que hemos apelado al voto carlista nos hemos dirigido a un pueblo desarticulado, a los "restos del naufragio" de lo que fue "el pueblo carlista" y que hoy se encuentra disgregado en medio de sucedáneos más o menos incoherentes. En este sentido, la puesta en marcha de la Liga Tradicionalista (www.ligatradicionalista.es) es el germen de lo que está llamado a ser un gran movimiento social y político.
Por último no hay que olvidar que existe otra política pequeña, de andar por casa, no menos real que estas "grandes estrategias" que acabo de describir. Me refiero a la participación de cada uno de nosotros, en el día a día, en las comunidades de vecinos, en la vida de los colegios o asociaciones profesionales, estudiantiles, culturales o sindicales, o en alguna las mil y un caras de la vida asociativa. Dentro de esta pequeña política están las agrupaciones electorales independientes que encauzan la política municipal en muchos pueblos pequeños. Y aquí es donde puedo contar mi testimonio particular. Que nadie se extrañe si ve al señor secretario general de la CTC como número seis del Grupo Independiente de Urroz-Villa. Me pidieron el apoyo y no me he podido negar. Y además, humildemente, creo que con eso doy ejemplo de actitud carlista. Este tipo de colaboraciones puntuales, siempre que no nos distraiga de nuestros compromisos con la Comunión, es un ejercicio que nos hace bien porque nos pega al terreno, a la vida real de nuestros vecinos, y nos aleja de un peligro de ideologización cierto.
10 may 2011
Ante las próximas elecciones
NOTA DE PRENSA
+ 9 de mayo de 2011
Muchos son los que, equivocadamente, nos piden consejo sobre qué partido hay que votar en estas elecciones. Decimos"equivocadamente" pues España no necesita de buena gente que vote a determinados partidos y luego se olvide de la acción política durante cuatro años. Nosotros les conminamos a la acción política diaria.
LOS CARLISTAS ANTE LAS ELECCIONES MUNICIPALES Y AUTONOMICAS DEL 22 DE MAYO
1. ¿A quién votar en estas elecciones? Los principios no negociables como mínimo a tener en cuenta.
Ante el deseo por incidir en la vida pública a través de las elecciones sólo podemos afirmar la licitud del voto para aquellos partidos de cuyos programas se desprendan los "cuatro puntos no negociables" expresados por el Papa Benedicto XVI en laExhortación Apostólica Sacramentum Caritatis, al proponer: "el respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad de educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas. Estos valores no son negociables".
Lamentablemente, los partidos que defienden al menos estos principios tienen una debilidad electoral que les impide alcanzar cualquier representación. Para superar esta situación, en la que se pierden esfuerzos de forma estéril, la CTC lleva varios años intentando una alianza electoral puntual que agrupe el voto de todos los partidos extraparlamentarios que defienden los principios no negociables. Hasta ahora, aunque no hemos logrado este objetivo electoral por culpa de pequeños intereses partidistas, los personalismos y las zancadillas de los grandes partidos del sistema, no renunciamos a conseguirlo en próximas convocatorias electorales.
2. El fraude de la partitocracia y el de los políticos democratacristianos y católico-liberales en particular
El sistema partitocrático vigente se caracteriza por una corrupción y derroche generalizados; da su visto bueno a leyes injustas; convierte en papel mojado la teórica independencia de la justicia; justifica maniobras tramposas como la que de nuevo va a permitir la presencia de etarras en las instituciones... día a día va cayendo en un desprestigio que a duras penas consiguen contener los medios de comunicación subvencionados.
Dentro de este panorama, una vez más hemos de advertir sobre los partidos institucionalizados que se muestran filocristianos pero que en el orden práctico siempre han olvidado defender hasta sus últimas consecuencias aquellos principios. Especialmente advertimos contra la hipocresía de los autoproclamados "democratacristianos", que apelan a los valores cristianos para conseguir votos y luego, escudándose en la prudencia u otras excusas, apoyan legislaciones anticristianas.
3. El peligro de la idolatría democrática. La abstención también puede ser válida como manifestación de la conciencia política
Muchos son los partidos que se presentarán a las próximas elecciones. Algunas propuestas son incluso atractivas, pues pretenden romper con el actual dominio partitocrático. Nosotros animamos a aquellos que deseen participar en estas elecciones, como un medio más de contribuir al necesario cambio político, a leer sus programas y confrontarlos con los cuatro principios no negociables. También creemos necesario advertir contra la "idolatría democrática" de aquellos que piensan que votar es un deber de conciencia, aunque no haya alternativas válidas según su conciencia. Nosotros creemos que la acción política es posible más allá de la mera participación electoral. Por eso nos vemos en la obligación de advertir que votar, como muchos así lo hacen, no exime de las responsabilidades políticas ni de nuestro deber para con el bien común. Recordamos que votar viene a ser como entregar una parte de la voluntad a una organización política, para que luego la administre a su antojo. Por eso el acto de votar no puede ser fruto de una frivolidad, o necesidad psicológica, sino de una profunda reflexión. Y, en este sentido, proclamamos que también es válida la abstención como manifestación de la conciencia política.
4. Los carlistas en las elecciones municipales
En el ámbito concreto de las elecciones municipales, especialmente en el de los pequeños municipios, los carlistas animamos a nuestros afiliados y simpatizantes que ya participan activamente y aportan su trabajo y esfuerzo, a través principalmente de candidaturas independientes, allí donde la tarea política se ejerce como auténtico servicio a la comunidad, lejos del aparato partitocrático.
5. En conclusión. El cambio político no llegará por las elecciones.
En una situación tan dramática como la española, es preciso, más que nunca, forjar sanamente la conciencia, no dejarse embaucar por cantos de sirena que suenan bien, pero que luego matan el espíritu. Si deseamos un verdadero cambio político, no lo conseguiremos en estas elecciones. El cambio político exige la configuración de una resistencia política frente a la presente situación. Y la resistencia política, a su vez, requiere de hombres y mujeres dispuestos a sobrellevar una lucha diaria en el orden personal, cultural y social. Si deseamos un cambio político, éste no vendrá meramente por depositar un voto en una urna. Si este gesto no viene acompañado de la formación, de la resistencia a las imposiciones culturales, las denuncias constantes a los abusos de poder, las acciones concretas en el día a día, de nada servirá. Como católicos comprometidos en la vida social y política, apelamos a Nuestra Señora la Virgen María para que nos guíe en estas horas aciagas.
Junta de Gobierno de la Comunión Tradicionalista Carlista
___
Más información:
www.carlistas.es
Delegación de Prensa de la CTC
6 may 2011
25 años de la reconstitución de la Comunión Tradicionalista Carlista
En estos días de mayo se cumplen 25 años del primero de los Congresos de la Unidad Carlista (1986) en los que tres grupos carlistas (Comunión Tradicionalista, Unión Carlista y Comunión Católico-Monárquica) además de otros carlistas "independientes" decidían superar diferencias y hermanarse en torno a un mismo IDEARIO en la reconstituida Comunión Tradicionalista Carlista. Desde entonces ya no tiene sentido esa típica acusación que dice: "es que los carlistas estáis divididos en muchos grupos". Eso es falso. Los únicos grupos políticos con denominación de "carlista" que existen desde entonces son el Partido Carlista (herederos de la revolución huguista, socialista, federalista y autogestionario) y nosotros, la Comunión, que somos los carlistas de siempre, los de Dios-Patria-Fueros-Rey. Existen otras iniciativas, asociaciones, círculos, fundaciones, secretarías, etc. -y ojalá existieran muchas más- que utilizan el nombre de carlista o tradicionalista. La mayoría de ellas, aunque no todas, se mueven en el entorno de la Comunión constituyendo el germen de la Liga Tradicionalista.
Después de estos 25 años llega la hora de hacer balance y, con realismo, responder a estas preguntas: ¿ha merecido la pena? ¿estamos bien, o mal? ¿qué logros hemos conseguido? ¿qué retos nos esperan?
La CTC sigue siendo un grupo pequeño, no hemos vuelto a ser aquel "partido de masas" que fuimos hace décadas, sin embargo en este tiempo la Comunión se ha ganado -o ha recuperado- un prestigio en el panorama político español, como punto de referencia del tradicionalismo político, y como instrumento para organizar al pueblo carlista y dotarlo de una dirección política coherente.
Haciendo paralelismo con aquel otro instrumento que fueron los viejos ejércitos carlistas del siglo XIX podríamos decir que el principal logro que hemos conseguido en este tiempo ha sido el de constituir unas filas. Y que el principal reto que tenemos por delante no es otro sino crecer.
Después de estos 25 años llega la hora de hacer balance y, con realismo, responder a estas preguntas: ¿ha merecido la pena? ¿estamos bien, o mal? ¿qué logros hemos conseguido? ¿qué retos nos esperan?
La CTC sigue siendo un grupo pequeño, no hemos vuelto a ser aquel "partido de masas" que fuimos hace décadas, sin embargo en este tiempo la Comunión se ha ganado -o ha recuperado- un prestigio en el panorama político español, como punto de referencia del tradicionalismo político, y como instrumento para organizar al pueblo carlista y dotarlo de una dirección política coherente.
Haciendo paralelismo con aquel otro instrumento que fueron los viejos ejércitos carlistas del siglo XIX podríamos decir que el principal logro que hemos conseguido en este tiempo ha sido el de constituir unas filas. Y que el principal reto que tenemos por delante no es otro sino crecer.
Juan Pablo II, el Grande
Como pequeña aportación en los días de la beatificación de Juan Pablo II publico estas respuestas a una pequeña entrevista que me realizaron hace unos días por el Semanario Alba:
-¿En qué JMJ estuviste y por qué fuiste?
Entre mis 20 y 30 años -que es la edad buena para estas cosas- he estado en tres jornadas mundiales de la Juventud, en la de Santiago de Compostela en 1989, en la de París de 1997, y en la de Roma del 2000. Falté a las que me venían más a desmano Czestochowa, Denver y Manila.
Fuí porque era el Papa, Juan Pablo II el Grande, quien convocaba. Me sentía convocado. Fuí para ver al Papa y para escucharle. Pero también fui para que el Papa me viera, -a mí y a otros cientos de miles de jóvenes- y que se sintiera querido y acompañado.
-¿Cómo la viviste, cómo describirías el ambiente?
Imagínate pasar unos días de verano conviviendo con amigos, visitando monumentos y paisajes, durmiendo en el suelo, viendo pasar al Papa a tu lado, tocando la guitarra en los metros de Roma o de París, practicando idiomas con jóvenes católicos de todo el mundo. Una gran experiencia, sin duda. Lo mejor de todo era sentir que había un equilibrio perfecto entre la fiesta alegre por un lado y la profundidad de los mensajes o las ceremonias por otro.
-Qué recuerdas de forma especial: mensaje del Papa, vivencia concreta...
Para asistir a la jornada de Santiago fui con la Asociación Cruz de Borgoña, justo al acabar un campamento que teníamos en Gerona. Entonces nos pegamos la paliza de ir en autobús, de Gerona a Santiago en una noche. Supongo que ahora me daría algo de pereza...
En los encuentros de París y de Roma recuerdo con especial intensidad las palabras de Juan Pablo II y cómo -en plan gamberro pero dentro de un orden- estábamos todos deseando que se saliera del guión o incluso que nos llamara la atención a los españoles por gritar demasiado.
-Resúmela en pocas palabras
Convivencia, alegría, juventud, profundidad, Iglesia, ¡Viva el Papa!
Aquí aparece algo publicado:
http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/beatificacion-juanpabloii/papa-los-jovenes-20110427
Aquí aparece algo publicado:
http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/beatificacion-juanpabloii/papa-los-jovenes-20110427
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