Cuando los carlistas afirmamos que "el sistema es el problema" no lo decimos como un mantra partidista del que quiere vender su propio sistema alternativo. Como criticando el vigente y soñando en otro perfecto. No pensamos que ningún otro sistema vaya a hacer posible un mundo sin pecado. No creemos, como los fascistas, o como cualquiera de los ideólogos totalitarios roussonianos que un estado perfecto sea posible.
14 mar 2024
¿Un sistema perfecto?
Cuando los carlistas afirmamos que "el sistema es el problema" no lo decimos como un mantra partidista del que quiere vender su propio sistema alternativo. Como criticando el vigente y soñando en otro perfecto. No pensamos que ningún otro sistema vaya a hacer posible un mundo sin pecado. No creemos, como los fascistas, o como cualquiera de los ideólogos totalitarios roussonianos que un estado perfecto sea posible.
12 mar 2024
Estar en el debate. Salgamos de la trampa malminorista
Varios medios de comunicación, o sea, los que mandan, están estos días poniendo el foco en una serie de casos de cambios de sexo que señalan como fraudulentos. Se trata por lo general de militares o funcionarios que se habrían cambiado el DNI de hombre a mujer sin modificar ni su apariencia ni su nombre. Porque les dijeron que lo importante era el sentimiento, no la biología. Y porque hecha la ley, hecha la trampa.
El tema es tan chusco que pedimos una de palomitas para disfrutar del espectáculo. Un enfrentamiento entre progres nunca defrauda. Tiene su gracia ver como las ideólogas neopuritanas son golpeadas con sus mismos argumentos desquiciados por boca unos transexuales que ya no necesitan hormonas. Parece cosa de justicia poética cuando el hombre barbuda, que antaño habría sido un fenómeno de circo, es capaz ahora de ganar carreras ciclistas o hasta concursos de belleza a mujeres de las de antes. Y no digamos cuando el sargento Manolo accede a la custodia compartida de sus hijos porque ahora resulta que es madre (no gestante) porque lo dice un papel.
El problema es que mientras perdemos el tiempo discutiendo sobre cosas tan grotescas como a ver quién tiene derecho a entrar en los vestuarios, están dando por hecho que existiría una transexualidad verdadera, la de aquellas personas que se amputan las mamas o el miembro viril y se atiborran de hormonas por prescripción médica, y una transexualidad falsa, la de aquellas otras que reivindican el puro sentimiento. El problema es que nos dejan fuera del debate a quienes creemos ingenuamente en la biología sexuada de los mamíferos de toda la vida.
Y así todo.
Dicen unas que abortan porque con su cuerpo hacen lo que quieren. Y se pelean con otros que alquilan madres baratas porque dicen que el hijo que pasa por ese vientre no tiene nada que ver con la dueña del útero. El problema es que nos dejan fuera del debate a los que creemos en la dignidad del embrión humano.
Quieren unos gobernarse por los fondos de inversión que viene a ser la versión actualizada de las logias y dicen otros que no, que mucho mejor la sharia del profeta. El problema se que nos dejan fuera del debate a los que sabemos que pisamos el suelo sagrado y libre de países cristianos.
Dicen unos que ya está tardando la república, y dicen otros que qué elegante es este mudo rey constitucional. El problema es que nos dejan fuera del debate a los que creemos en la monarquía de verdad.
Dicen unos que la izquierda y el progreso. Otros que la derecha y virgencita que me quede como estaba antes de ZP. El problema es que nos dejan fuera del debate a los que opinamos que el sistema de partidos es la peste.
Entremos en el debate. Rompamos este círculo vicioso. Basta de palomitas. Y si sólamente hay dos sillas llevemos una tercera para enfrentarla a las otras dos. Salgamos de la trampa malminorista.
7 mar 2024
Lo de Navalny
El euskera no salva
Burrocracia asfixiante
Hablen, por ejemplo, con maestros y docentes. Cada vez es más evidente que no soportan la presión burocrática y ese control compulsivo que no les deja hacer su trabajo en condiciones. ¡Dejen a los maestros en paz! Ellos son los primeros interesados en tener a los alumnos tranquilos, contentos y aprendiendo. Sus depresiones no son culpa del alumnado sino porque viendo unos niños y jóvenes que les necesitan se encuentran perdiendo el tiempo con informes, estadísticas, cursillos absurdos y redundantes, cumplimiento de protocolos obsesivos... Ellos sólo quieren estar con sus alumnos, conocerles bien para enseñarles mejor.
Y así todo. Nadie se libra de esta Administración pegajosa y obsesiva. Cuando se implantó la administración digital nos dijeron que ganaríamos tiempo, y que se ahorraría papel. Mentira. Por cada impreso de los de antes ahora hay cuatro que rellenar. Dos te los tienes que imprimir tú. Otros dos los cumplimentan en la oficina por si acaso. Y todo, además, multiplicado en todos los ordenadores... y en la nube.
¿Haremos algo para detener esta deriva enloquecedora del papeleo inútil? El tiempo que perdemos rellenando formularios es tiempo que quitamos a hacer nuestro trabajo, a atender a clientes, pacientes o alumnos. ¿Que cómo aumentar la productividad? Muchos lo tenemos cada vez más claro. Pero los chupatintas del gobierno no se enteran. No se a qué estamos esperando.
6 mar 2024
De cómo el socialismo y el liberalismo son, ambos, enfermedades del alma
Circula por ahí un discurso de Santiago Abascal ensalzando al presidente argentino Javier Milei, maldiciendo de la ideología socialista -enfermedad del alma, llama al parecer Milei al socialismo- y ensalzando de paso las virtudes de la ideología liberal. Pero resulta que el liberalismo también es otra enfermedad del alma, una enfermedad previa y maligna de la cual el socialismo no es mas que su metástasis.
El liberalismo es la enfermedad del alma que provoca, como una de sus secuelas más graves, esa otra enfermedad llamada socialismo. Porque al exagerar y bendecir allá donde triunfa la libertad individualista, y al institucionalizar el egoísmo, lo que hace es provocar una fractura social insostenible.
Los detractores asustadizos de la tiranía socialista suelen olvidar que quien empezó a traer -todo a la vez- hambre sistemática, guerra de masas, colonialismo explotador, narcotráfico, neoesclavitud racista, lucha entre sexos y odio entre generaciones, explotación infantil, esterilidad y aborto, trivialización del matrimonio y de la familia, destrucción del patrimonio, robo a través de un estado totalitario y confiscador ha sido el liberalismo. El mismo liberalismo que se impuso en todo Occidente mediante las artimañas conspiratorias de la masonería; mediante revoluciones sangrientas que hicieron del asesinato del adversario una virtud pública; mediante genocidios como el de la Vendee; mediante expolios y destrucciones del patrimonio como los que trajeron las guerras napoleónicas o las desamortizaciones; mediante guerras nacionalistas absurdas; mediante la persecución a la Iglesia; mediante legislaciones que debilitaban o socavaban la vida espiritual de los pueblos y la unidad familiar; mediante el cierre de instituciones benéficas como hospitales para pobres, gremios, cofradías, pósitos, alhóndigas, montes de piedad... La lista de los síntomas y destrozos que ha causado la ideología del "non serviam" liberal es interminable.
Es absurdo enfrentarse a las destrucciones del socialismo arrojando al fuego de sus totalitarismos la gasolina liberal que es la que inició todo el incendio revolucionario. Predicar el liberalismo como salida contra el comunismo es como defender la piratería para acabar con los males de la humanidad. Hasta que no salgamos de ese círculo vicioso, hasta que no veamos que el mal no está en la última ideología sino en todas las ideologías, no empezaremos a sanar las heridas del cuerpo social y no volveremos a encauzar las cosas de la política. Un cauce propicio que no podría ser para nosotros otro sino el de aquella vieja e imperfecta Cristiandad-Hispanidad caminante que nunca debimos abandonar.