"Veo muchas caras conocidas, y me alegra, pero también veo muchas desconocidas -al menos para mí- y eso es bueno, buenísimo, porque eso significa que la Comunión está creciendo. Y a esos correligionarios "nuevos" que estáis aquí, que quizás no nos conocemos todavía, quiero deciros que es posible que no seamos amigos -todavía-. No pasa nada, ya lo seremos, o no, porque la amistad se forja cuando se comparte, con la acción común. Pero es que además tampoco tenemos por qué ser amigos todos los carlistas. Tenemos que mirar alto, tenemos que pensar en crecer, en una Comunión abierta a distintos grupos, a distintas "sensibilidades", a personas que estén unidas no por mera simpatía sino por un mismo ideal. En ese sentido no somos amigos, (quizás, todavía...) pero es que somos algo más: ¡somos hermanos!, hermanos de trinchera, hermanos de lucha. Nos hermana un ideal. Somos hijos de una misma madre y de un mismo padre: de una Patria y de un Ideario. Así que tengamos confianza en ese crecimiento y pensemos a lo grande, sin miedo, pensemos en crecer. Porque la Comunión no se ha inventado para ser un grupo de amigos, no ha nacido para estar a gusto nosotros, para estar agustito, para pasarlo bien. Si además lo pasamos bien, !mejor!. Si estamos a gusto, ¡mejor!. Si somos amigos, ¡mejor!. Pero nuestro objetivo no es ese. Nuestro objetivo es servir. Como equipo, como Comunión, como grupo entregado.
Ahora bien, digo que hay que crecer pero tampoco nos equivoquemos pensando que el éxito dependerá de nuestro número. Nosotros no somos el relevo de nadie. No somos el siguiente experimento electoral que va creciendo hasta que llega su momento. No señor. Nosotros ya tenemos una bandera y esa bandera la pueden levantar cien mil, la pueden levantar mil, la puede levantar apenas un puñado de personas o la puede levantar uno solo. Mientras quede un carlista vivo en pie España seguirá en pie, porque en su bandera de Dios-Patria-Rey seguirá presente la identidad de España. A veces como un río, a veces como un arroyo, a veces como un hilillo que casi no se ve pero que enlaza con la España de siempre, con nuestros clásicos, con lo que es España, con nuestro ser, con nuestra identidad. Y si se perdiera España, si se perdiera la Comunión Tradicionalista Carlista, si no existiese la Comunión ¿qué harían los españoles? Pues harían lo que ya están haciendo por desgracia muchos compatriotas. Empezar de cero, penosamente; o inventar a base de ocurrencias; o peor aún se dedicarían a copiar. Mirando a ver qué hace la Meloni, a ver qué hacen los conservadores neocon en Estados Unidos, o en Brasil, a ver qué hace la derecha francesa, o los monárquicos de no sé dónde, o a ver qué hacen los católicos polacos. ¡Pues enhorabuena a los católicos polacos y a los monárquicos de donde sea! Nosotros no estamos aquí ni para copiar ni para inventar. Somos españoles, somos hispanos, somos la continuidad histórica de algo que no puede morir porque es superior a nosotros. Y si nosotros somos un punto, aunque sólo sea un punto de apoyo, un pequeño círculo, quizás sea suficiente para que ese hilo continúe, y para que España siga siendo lo que tiene que ser. "
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