Las novelas de locos se prestan al rizo del rizo de la ficcion. Lo que sucede, invento del autor, se entremezcla con lo que las mentes de los personajes enfermos mentales -inventados o descubiertos por el autor- se creen que sucede. Tiene mucho mérito ser capaz de escribir una historia detectivesca en ese ambiente y hacerlo sin que el lector pierda la seguridad al ir asimilando los altibajos y giros de la acción.
De todas formas, independientemente del arte del escritor, y del tesón que le llevó a conocer desde dentro un hospital psiquiátrico, personalmente me interesa mucho comparar el ambiente intelectual y literario que se palpa en esta novela de 1979 con el que "disfrutamos" en nuestro 2021. Para empezar... ¿Se imaginan una novela actual de Planeta incluyendo la palabra Dios en su título?
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