Estas son algunas de las ideas que he podido expresar -o que me hubiera gustado expresar con un poco más de tiemipo- hoy en una entrevista que me ha hecho Almudena Cacho en el programa "Más que palabras" de Radio Euskadi.
1. Cómo me defino:
En realidad los carlistas somos gente bastante normal aunque a los monárquicos se nos suele presentar como gente rara, de bigote retorcido. Somos católicos y monárquicos... como en el fondo es la gente que llena las calles la tarde noche del 5 de enero. Las cabalgatas de los reyes magos son el acto más multitudinario que se celebra en España. Eso demuestra que cuando la gente quiere ilusión e inocencia se hace católica y monárquica. Creo que en el fondo todos añoramos un rey de verdad. (El rey León, toda la trama del señor de los anillos... el mundo del cine está llena de esa misma búsqueda).
2. Ser monárquico hoy:
Es estar contra el sistema pero con fundamento, con una alternativa a la partitocracia (o plutocracia más bien). La verdadera monarquía es la que está limitada por arriba por las normas morales y por abajo por la voluntad de las cortes representativas. Estamos tan lejos de ese modelo por culpa del sistema partitocrático actual que desde luego los monárquicos tenemos mucho trabajo.
3. Sobre el aura de misticismo que rodea a la monarquía:
Cuando se acusa a la monarquía de ser algo irracional o mítico pienso que mucho peor, más irracional y más mítico es todo el rollo de la soberanía nacional. En realidad la idea de elegir a una familia para que encabece a la comunidad política es muy sensata y realista. Las elecciones del sistema de partidos se basan en el encumbramiento de alguien que en teoría "hace méritos", no es extraño que el resultado sea que salgan elegidos los más orgullosos. En cambio un rey hereditario por definición ha de ser humilde pues está donde está por pura providencia.
4. No tenemos rey:
Es cierto que los carlistas hoy por hoy no tenemos rey pero tampoco lo tienen los españoles. La monarquía de don Juan Carlos no sirve, así que el problema es de todos los españoles que se lo están perdiendo y no solo de los verdaderos monárquicos. De todas formas nosotros vivimos esta orfandad con tranquilidad. El rey llegará cuando tenga que llegar. Mientras tanto hay cosas que nos pueden acercar o alejar del espíritu monárquico. Por ejemplo, todo lo que sea distinguir entre la soberanía política que es la que ejerce el gobierno y la soberanía social que es la asumida por los representantes en las cortes sería un acercamiento importante a ese ideal. El sistema actual mezcla ambas soberanías y hace con ellas lo que quiere de una forma tiránica.
5. ¿Se está cuestionando la legitimidad por el caso Urdangarin?
Naturalmente que se cuestiona, pero para nosotros, que llevamos 175 años cuestionándola, no es algo nuevo. Nosotros estamos en contra de esta presunta monarquía pero no por el caso Urdangarin sino porque es una cosa falsa, un simulacro. Esta presunta "monarquía" caerá, pero no por Urdangarin sino cuando deje de interesar a los poderes ocultos que la utilizan para dar una apariencia de normalidad tradicional al sistema.
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