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21 jun 2019

Las ideologías y los partidos, ese es el problema

Es muy frecuente leer en los artículos de opinión de la prensa de derechas lamentos de plañideras cada vez que constatan el grado de locura, y las cotas de poder, que alcanzan los partidos separatistas. Y buscando explicaciones para cosas que no entienden llegan a conclusiones peregrinas. Dice José María Carrascal en el ABC, por ejemplo, que el problema de Navarra es su vasquización. La hermana realidad sin embargo nos enseña que Navarra siempre ha tenido a la cultura vasca como parte inseparable de su identidad. Navarra no necesitaba al PNV ni a la ETA para ser más vasca. ¿Cuál es entonces el problema?

El problema que tenemos en Navarra, en España y en todo el mundo político occidental son las ideologías. Construcciones mentales artificiales que no se asientan en la verdad de lo que las cosas son, no se sostienen en el saber sino en la voluntad, en el podemos y en el queremos. Son doctrinas falsas, pseudorreligiones que parten de visiones reduccionistas como el laicismo, el individualismo, el militarismo, el feminismo, el colectivismo, el estatalismo, el ecologismo... o el vasquismo. Pero el problema más gordo es que esas ideologías no se quedan en los corrillos intelectuales sino que merced al sistema de partidos dividen a la sociedad en función de todas esas mentiras que llevan a las instituciones. 

Me temo que todo esto a Carrascal, y a todos los que nunca se han planteado salir de Matrix, les sonará a chino. Lo siento por ellos.  

13 jun 2019

Lecturas: Omega 666 El planeta gris, de Juan Luis Gallardo

Copio a continuación la reseña publicada por Tradición Viva pues después de haber leído la novela me parece que ofrece un resumen muy acertado de la misma. 

La nueva editorial Campomanes Editores ha tenido la feliz ocurrencia de reeditar en España «Omega 666. El planeta Gris» del autor argentino Juan Luís Gallardo, una de esas obras que necesariamente se leen en una sola jornada, pues es imposible levantar la vista hasta su conclusión.

Omega 666 es una extraña distopía, pues leída tan solo 20 años después de su primera publicación, el lector tiene la extraña impresión de ser testigo directo de los cambios sociales vaticinados por el autor.

La obra nos sitúa en la vida futura en el planeta Tierra, una vida que ha visto como las naciones desaparecían, al igual que desaparecía la inmensa mayoría de la población mundial bajo el imperio de las leyes eugenésicas. La prohibición de las relaciones heterosexuales, y el fomento del homosexualismo han conseguido la disminución progresiva de la humanidad; y la eutanasia ha conseguido dar solución a los grandes gastos en salud.

La nueva sociedad no conoce de naciones, y la Gran Coalición del Norte es la encargada de mantener el teatro de cierta forma de democracia que en los hechos deja escaso margen a la libertad, configurando una tiranía parlamentaria que controla a los individuos, marcando sus comportamientos sociales, sexuales y económicos.

Omega 666 es un triste vaticinio de las desastrosas consecuencias de la Conferencia sobre población y desarrollo del Cairo desarrollada en 1994, y que supuso el impulso de los nefastos y desastrosos falsos dogmas de la ideología de género.

La obra de Juan Luís Gallardo nos permite vislumbrar el previsible futuro al que nos conducirá el Nuevo Orden Mundial; pero a diferencia de otras distopías el autor nos proporciona la esperanza que nunca abandona a todo cristianos. En las tierras del sur, una sorprendente comunidad resiste al imperio de lo políticamente correcto, combate las consecuencias de la ideología de género, y es capaz de conservar la doctrina sana preparándose para reconquistar el mundo.

Omega 666 recuerda a los cristianos que en tiempos de persecución las catacumbas pueden ser una solución capaz de conservar los elementos necesarios para una futura restauración social.

Título: Omega 666. El planeta gris
Autor: Juan Luís Gallardo
Editorial: Campomanes Editores (Sevilla,2019)
Páginas: 275
PVP(incluido gastos de envío): 10 €
ISBN: 978-84-120050-0-4

3 jun 2019

Nuestra Comunión: nuestras juntas

(Artículo publicado en Acción Carlista nº 147. 1 de abril 2019)
La Comunión Tradicionalista Carlista es un instrumento, un conjunto de voluntarios de todas las Españas que se ponen al servicio de una Causa, la de la Legitimidad y la Tradición política española. Es por tanto una organización política, pero jamás un “gobierno en la oposición” o un partido en el sentido de estructura ideada para el reparto del poder entre sus miembros. Nuestro objetivo es que España tenga un gobierno justo y legítimo; no que tenga un gobierno “carlista”. Hay una diferencia sustancial entre una y otra concepción del servicio público.
Tampoco es nuestra Comunión una mera agregación o federación de grupos locales o regionales de carlistas. La Comunión no está llamada a suplantar la vida social que -esa sí- surge de abajo hacia arriba. La Comunión por el contrario es una organización de ámbito nacional, jerárquica como un ejército, cuya cabeza es, en ausencia de otra Autoridad política suprema, nuestra Junta de Gobierno.
En el ámbito de cada región son los propios afiliados quienes normalmente constituyen sus propias Juntas Regionales, y es la Junta de Gobierno quien en cada caso reconoce a cada una de esas juntas y supervisa el cumplimiento de unos objetivos comunes.
Una vez constituidas, las Junta Regionales dirigen con amplia libertad la acción de los carlistas en su región: hacen un seguimiento de las autoridades “autonómicas” y municipales; convocan actos públicos, etc. Son, coordinadamente con la Junta de Gobierno, las únicas autorizadas para transmitir de forma oficial la voz de la Comunión.
Hoy por hoy no aconsejamos la constitución de juntas políticas comarcales o locales. En esos ámbitos más próximos, más pegados al terreno, es donde resulta más útil la acción de los círculos.

1 jun 2019

Mi felicitación al Círculo Aparisi de Valencia en su 60 aniversario

Sr.D. José Monzonís

Presidente del Círculo Aparisi y Guijarro
Valencia
Querido amigo y correligionario, querido Pepe:
No puedo estar físicamente en Valencia el día de vuestro 60 cumpleaños pero quiero enviar al menos en estas líneas todo mi afecto hacia vosotros, los socios de ese Círculo, y mi admiración hacia esa institución ejemplar.
El Círculo Aparisi nació en un momento tremendo para nuestra Patria, cuando estaba empezando ya a gestarse la traición de la transición. Durante estas seis décadas ha sido testigo de pérdidas incontables y dolororísimas que no voy a enumerar. Es la pura realidad. Los carlistas estamos habituados a las tormentas, dicen que somos inasequibles al desaliento. Nacimos para luchar contra la anti-España, igual que nuestros tatarabuelos de las Navas y de Bailén. No vamos a engañarnos por tanto a estas alturas con discursos triunfalistas de ninguna clase. El Reino de Valencia, como todas las Españas, sufren en sus familias, en sus pueblos, en sus empresas culturales, sociales y económicas de una falta de savia que les hace vivir como cuerpos sin alma. Llevamos tanto tiempo sometidos a la tiranía de unos políticos que se han empeñado en alejar a los pueblos de España de su Tradición, católica, foral y monárquica…
Y sin embargo ahí estáis vosotros, el Círculo Cultural Aparisi y Guijarro, acompañado por sus hermanos, los otros círculos carlistas del Reino de Valencia, un selecto grupo de leales que levanta la Real Señera, y la rojigualda española, y la cruz de Borgoña de toda la Hispanidad. Lo hacéis con confianza, sabiendo que el triunfo, o el fracaso, está en las manos de Dios y que nosotros no somos mas que pobres instrumentos a su servicio.
Como carlista, he sido testigo admirado de cómo a la sombra del Círculo y de todo el Carlismo valenciano alentaba ese rescoldo de pueblo sencillo y generoso. Como navarro, siempre entendí vuestra lucha contra aquellos que pretendían desordenar y envenenar con el odio nacionalista vuestros afectos regionales, históricos y lingüísticos. Me consta que habéis luchado sin descanso, día tras día. Así debe ser, porque nuestra lucha no es para una campaña sino de la vida entera. Dios os lo premiará. Mientras tanto vayan mis felicitaciones en nombre de vuestros correligionarios de toda España. Enhorabuena, que cumpláis muchos más.