La bandera rojigualda es bandera hispánica "oficial" desde mayo de 1785. Se diseñó y escogió en tiempos de Carlos III sin afán partidista alguno. Es cierto que su implantación como bandera oficial fue paulatina, empezando como enseña de la Armada española, pero hoy es la bandera de todos. Nos representa a todos.
Los carlistas empleamos otro distintivo histórico, la cruz de Borgoña, la de los tercios de la época de los Austria. Pero no la equiparamos a la bandera rojigualda. La usamos de otro modo. De hecho se ha convertido en emblema de nuestro movimiento político y como tal nunca hemos pretendido imponerla al resto de los españoles. Lo que hizo el franquismo cuando utilizó como banderas oficiales las del "partido único" fue un gesto totalitario y antitradicional. Un gesto por otra parte típico también de comunistas, islamistas, masones, nazis o de los separatistas de todo pelaje que aun hoy procuran imponer a regiones y naciones sus banderas de partido (como la ikurriña o las esteladas).
La bandera tricolor republicana, emblema sectario y partidista, sustituyó a la bandera tradicional, tras el golpe de estado de 1931. Por eso nunca será aceptada con normalidad en España. La bandera rojigualda, por el contrario, desde su mismo origen había sido la bandera de todos los españoles y por eso su restitución fue una de las condiciones que pusieron los carlistas para concurrir al Alzamiento de 1936. Si hoy está donde está es gracias a ellos. Conviene recordarlo.
Ver también:
http://javiergarisoain.blogspot.com.es/2011/07/pues-si-alzamiento-nacional-y.html
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