¿Y qué pintan los concejales o cargos peperos en concentraciones antilaicistas? ¿Hasta ese grado de hiPPocresía se van a rebajar para seguir manteniendo el voto de muchos católicos que no se enteran o no se quieren enterar de la fiesta?
La Constitución impone la aconfesionalidad y eso, para un verdadero creyente, es como prohibir a un enamorado hablar con naturalidad de aquello que más ama. Pero el vacío religioso o filosófico no existe y por eso el aconfesionalismo hueco está siendo llenado por un ateísmo militante y misionero. En cabeza están ahora los perroflautas laicistas radicales de Podemos. Ellos no han llegado para cambiar la ley sino para dar cumplimiento a la Constitución atea del 78. Son malos. pero son coherentes.
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