http://www.hispanidad.com/Editorial/de-liberalismo-y-cristianismo-no-slo-soy-liberal-en-lo-econmico-sino-20130419-156110.html
así que le he respondido lo siguiente, pero no con mis palabras sino principalmente con las suyas.
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Querido Eulogio,
En tu artículo del pasado miércoles, el que provocó la respuesta de algunos carlistas de la CTC -respuesta, que no enfado-, comenzabas diciendo lo siguiente:
"...a mí tampoco me gusta el liberalismo: es una doctrina ñoña, fofa y, lo peor de todo, no es doctrina en modo alguno, es una mera contradicción."
Y en tu réplica del viernes afirmas cosas aun más contundentes en contra de esa ideología:
"... el liberalismo es una doctrina crustáceo: blanda por dentro y áspera por fuera. Justo lo contrario de lo que debe ser una doctrina que se ancle en los tres cimientos de toda antropología cristiana: bien, verdad y belleza. El liberalismo filosófico es un cuerpo sin esqueleto, hijo del naturalismo, sí, y que ha acabado en mero relativismo."
E incluso has llegado a la siguiente conclusión, que suscribo:
Por tanto, ¿el liberalismo es contrario al cristianismo? Sin duda.
Sin embargo, acto seguido dices -y no tiene pinta de paradoja chestertoniana- que te consideras "liberal en economía"... ¡y "en política"! Pero ¿se puede ser liberal "a la carta"? ¿comunista sólo en educación? ¿socialista sólo en ecología? ¿imperialista sólo en defensa? ¿feminista sólo en gramática? ¿machista sólo en estética? ¿católico sólo de cintura para arriba? ¿no habíamos quedado en la primacía de la coherencia como arma decisiva en contra del relativismo?
Como dicen los abogados en el cine: no haré más preguntas. Me limitaré a repetir un ruego: Eulogio, por favor, en buena lógica con tus propias premisas, considera la opción de dejar de emplear el término "liberalismo". Está demasiado contaminado, es demasiado confuso, exige demasiadas aclaraciones. Tú no necesitas eso, ni a Smith ni a sus amigos liberales para hacerte entender.
Por lo demás estamos totalmente de acuerdo en afirmar la defensa de la PPP (pequeña propiedad privada) ante la gran propiedad del capitalismo y ante la gran propiedad del estatalismo. Porque ambos estamos convencidos de que la propiedad privada es legítima y base de una economía sana siempre que se trate de una propiedad limitada y responsable, tal como nos enseña el Magisterio en la D.S.I.
Para concluir, me alegro de que traigas en apoyo de esta tesis el argumento de autoridad de Juan Pablo II "el Magno" de quien dices que "... condenaba el neoliberalismo". A lo largo de su fecundo pontificado Juan Pablo II dijo cosas muy profundas en contra de todas las ideologías (incluyendo la ideología del liberalismo o naturalismo político). Advertencias lógicas y palabras proféticas. Como aquella frase que soltó en uno de sus primeros viajes a Africa: "Ninguna ideología atea puede hacer crecer el bienestar ni la justicia social".
En Xto. Rey,
Javier Garisoain
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