Pienso en santos barbudos (y bigotudos) como San José y todos los Patriarcas, San Francisco Javier y los primeros jesuítas, los Apóstoles (sí, también San Juan), San Pío de Pietrelcina, San Ezequiel Moreno... En majestuosos reyes barbados como los Magos de Oriente, los Austrias y casi todos los de la Reconquista, Carlomagno, los reyes carlistas... En políticos u hombres de acción de bigotes como Hernán Cortés y los conquistadores, Lech Wallesa, Manuel Fal Conde, Zumalacárregui, Luis de Trelles, los Cristeros mejicanos, Tomás Caylá... En escritores o pensadores como Antonio Aparisi, Juan Vázquez de Mella, Gilbert Chesterton, Valle-Inclán o Giovanni Guareschi... hasta en héroes de ficción como don Quijote, Cyrano de Bergerac, Astérix y Obélix... Superlópez (sí, Superlópez ¿qué pasa?)... Por todo ello no he tenido más remedio que dejarme bigote.
P.S.
Gracias a mi querida cuñada Berta he podido llegar a la siguiente conclusión científica:
Según mis estudios histórico-antropológicos existen cuatro clases de hombres:
Los mejores son los que tienen barba y bigote.
Después van los que tienen solo bigote que por lo general son gente maja e interesante.
Luego los que no tienen nada -entre los cuales hay de todo-
y finalmente quedan los peores que son los que tienen barba sin bigote.
P.S.2.
Me gustaría incluir también a Mario Moreno "Cantinflas" en mi lista de héroes con bigote pero no se si ponerlo en la categoría de hombres de acción o en la de pensadores.
Ya decía yo que te veía cambiado, jejeje.
ResponderEliminarSiempre he sido de los que piensan que Satanás habla por boca de las mujeres cuando nos quieren siempre apurados hasta tener la cara como el culito de un bebé.
¡Un saludo!